¿Te saltas los créditos iniciales de las series? Esto es lo que piensan sus creadores
El botón de saltarse las introducciones de las ficciones se pulsa 136 millones de veces cada día, según Netflix
BarcelonaSi eres fan de Ventdelplà, es muy probable que puedas cantar de arriba abajo Descobreix-te de Gerard Quintana, la canción inicial de la serie de TV3 protagonizada por Emma Vilarasau. Si eres más de Juego de tronos, seguro que se te afilan las orejas cuando escuchas los violines solemnes de la introducción del principio y, si has visto al menos un capítulo de Plats bruts, podrás reconocer en cualquier momento la característica música de Quimi Portet que servía para arrancar la serie. Aunque puedan poner nerviosos a los espectadores más impacientes, los créditos introductorios son a menudo una de las marcas de identidad de las series y, si triunfan, ayudan a estrechar el vínculo entre el producto audiovisual y sus seguidores. Netflix introdujo hace unos años el botón para omitir el opening de las series y rápidamente la gran mayoría de las plataformas de streaming lo incorporaron. Los datos evidencian el éxito: cada día es pulsado unos 136 millones de veces, según cifras de Netflix. ¿Qué significa esto para los creadores de la música y las imágenes de los créditos iniciales?
"Los openings son, a menudo, momentos musicales. La existencia de este botón nos puede perjudicar porque es un espacio menos que tenemos para poner nuestra música. Pero cada serie se concibe de una manera concreta. Hay series que tienen openings y otras que no", explica el compositor Arnau Bataller, autor de bandas sonoras de ficciones como Todos mienten y Sé quien eres. Bataller señala que los créditos iniciales son una manera de recordar una ficción y de crearle una identidad. También funcionan como la puerta de entrada al universo de cada serie. "Son una transición entre lo que estás haciendo y aquello que verás en la televisión. Y, aunque no estés mirando la pantalla, puedes saber que ya está en marcha la serie. La música tiene la capacidad de ir más allá de la propia imagen, la podemos reconocer sin ella. Esto también es importante", dice el compositor, que pone de ejemplo la precuela de Juego de tronos, La casa del dragón, recién estrenada. "En el primer episodio hemos escuchado como la banda sonora todavía hace referencia al motivo principal de la cabecera de Juego de tronos. Es un guiño a aquella identidad sonora", subraya Bataller.
A pesar de todo esto, Bataller reconoce que él también ha pulsado el botón de omitir los créditos iniciales alguna vez. "Los openings tienen sentido, sobre todo, con las series de emisión semanal. Sirven para recordar los capítulos anteriores cuando ha pasado tiempo desde que los viste. Pero cuando haces un maratón y ves un episodio tras otro, no necesitas que cada vez te vayan recordando la introducción. Aquí, esta opción de ahorrarte los créditos tiene su sentido", reflexiona Bataller.
Roger Vicente, director creativo de la empresa The Others, tiene una opinión similar. El creador, que se ha encargado de títulos de créditos de series como Merlí: Sapere Aude, señala que los openings son un elemento clave "para crear vínculos entre los espectadores y las ficciones", y permiten "generar expectativas narrativas, insinuando cosas que pasarán en la trama". En Merlí: Sapere Aude, por ejemplo, idearon una introducción con fragmentos de Barcelona mediante un efecto collage que simulaba "las experiencias del mundo universitario, que cada uno vive a su manera". Vicente explica que, como profesional, le gusta ver los créditos iniciales de las series, pero admite que "una vez vistos, no siempre los repito". Por eso él sería partidario de que "la primera vez que alguien mira una serie, no tuviera la opción de saltarse el opening".
La estrategia de incorporar nuevos elementos
Sin embargo, a veces saltarse los créditos iniciales puede implicar perderse contenido nuevo vinculado a la ficción. Algunas producciones audiovisuales han optado por la estrategia de introducir elementos diferentes en cada opening para conseguir que los espectadores sigan siendo fieles. Uno de los casos más populares es Los Simpson, que en cada capítulo lo aplicaba por duplicado: en los primeros segundos, Bart Simpson aparece castigado copiando en la pizarra una frase que cada vez cambiaba y, al final, la familia se encuentra en el sofá ante la televisión con personajes diferentes.
La serie de Disney+ Solo asesinatos en el edificio ha adoptado una opción similar. A menudo incorpora en la introducción elementos nuevos que hacen referencia a la trama y que están destinados a captar la atención de los espectadores más espabilados. La ilustradora valenciana Laura Pérez, encargada de los dibujos de los créditos iniciales de la serie, explica que al principio no sabía qué significaban estos detalles. "Me pedían que dibujara pequeños elementos, como por ejemplo una abeja que se movía o un vaso de cóctel, pero eran muy crípticos. Después he ido descubriendo que tienen vinculaciones con la trama y que sirven para jugar con el espectador para que vaya descifrando el misterio", dice Pérez.
Para ella, los créditos iniciales "son un trabajo artístico fundamental", que va muy unida a cada serie. "Definen el aspecto. Pienso en la introducción de Twin Peaks, que te adentra en una atmósfera fascinante, o en la de Dexter, que son frutas cortadas como una serie de metáforas de los asesinatos y la sangre", señala la ilustradora. A pesar de que entiende la existencia del botón para saltarse los créditos porque "tiene una finalidad comercial, conseguir que el espectador esté el máximo de tiempo en la plataforma", Pérez es partidaria de apostar por unos buenos créditos que hagan muy reconocible cada producción: "Si pones unos títulos interesantes, menos gente querrá saltárselos para ir directamente a la serie".