

BarcelonaDicen, dicen, dicen que ahora va de verdad. Los más veteranos recordamos aquella ocasión en la que Rosa María Mateo, entonces administradora única de RTVE, nos convocó en el Colegio de Periodistas acompañada de un puñado de directivos y un grupo de bandejas de canapés: anunció, ufana, que, en dos años, la programación en catalán en los canales del ente se cuadriplicaría y pasaría de 20 a 80 horas semanales. No fue el caso. Ahora se hace un vaito más atrevido: toda la programación de La 2 será en catalán. Y el plazo vuelve a ser dos años. Dicen, dicen, dicen que ahora va de verdad. Pero ya veremos, ¿vale?
En todo caso, cabe preguntarse cuál es el impacto de todo ello en TV3, la cadena que ha conseguido ser la más vista del país durante quince años consecutivos. Dudo que, en términos de audiencia, sufra un mordisco significativo. Seguro que los presupuestos de estos programas serán modestos, como los que tienen las actuales propuestas de RTVE para el catalán. En resumen: no buscan conquistar los audímetros, sino cumplir los requisitos de servicio público. El expediente plurilingüe. Pero será interesante constatar si ese 2,3% de share que registró La 2 en Catalunya el año pasado se mantendrá, subirá o bajará. Temo que sea la última opción, porque seguro que habrá menos presupuesto que para la actual parrilla, mayoritariamente en castellano y para todo el Estado. Y la ventaja competitiva de la que disfruta TV3 por el hecho de emitir en catalán será difícil que se desplace hacia esta futura La 2 de semi low cost y, previsiblemente, moderada desde el punto de vista catalanista, que es donde los medios de la Generalitat tienen su granero de público, por muchas Escanas que intenten romper ese relato.
El verdadero peligro para la hegemonía de TV3 en el mercado en catalán es otro. El PSOE sabe perfectamente que su supervivencia electoral depende, en buena medida, de los resultados que obtenga en Catalunya (y, en menor medida, en Andalucía). La 2 en catalán es el poco de miel para endulzar los labios, pero el oso que aparecerá en cualquier momento para intentar abrazar TV3 es La 1. De momento, ya es la segunda cadena en Catalunya cuando hace tres años sufría por no caer en la quinta posición, detrás de La Sexta, y marcaba mínimos históricos. La amenaza es que RTVE monte un primer canal competitivo fichando talento del universo audiovisual catalanohablante… para realizar televisión en castellano. Por eso negocia con Buenafuente. Por eso hicieron pasar a Marc Giró del catalán al castellano y ahora todavía lo han promocionado más pasándolo de La 2 a La 1. Ricard Ustrell podría ser otro candidato a dar el salto: la ambición de crecer lo ha hecho pone de manifiesto muchas veces y el comunicador está abriendo estos días oficina de su productora en Madrid. Bienvenida sea esa futurible La 2 en catalán, pero el movimiento sísmico importante está a punto de producirse en otra región del territorio televisivo: con epicentro en Madrid y efectos que se notarán en Catalunya.