5 prioridades para detener la caída del catalán: ¿qué hacer?
Los expertos en lengua señalan los 5 puntos clave de las encuestas y las 5 prioridades para detener la caída del catalán


Barcelona"Son datos preocupantes porque el catalán sigue minorizándose", afirma el sociolingüista Avel·lí Flors-Mas. "Debemos ser conscientes de nuestro marco demográfico", señala la sociolingüista y profesora de la UOC Maite Puigdevall. "El catalán resiste", remarca Albert Branchadell, profesor de la UAB. Los expertos en lengua han analizado con el ARA la Encuesta de Usos Lingüísticos de 2023 que se hizo pública el miércoles y que sitúa a los hablantes de catalán habituales en el 32,6%. Éstas son las 5 claves para entender la encuesta y 5 prioridades para salvar el catalán.
5 claves para entender la encuesta
1. Los catalanohablantes no desiertan
"La comunidad catalanohablante muestra una resistencia importante, teniendo en cuenta el contexto de bajísima natalidad", señala Avel·lí Flors-Mas. Está de acuerdo el profesor Albert Branchadell. Hay cerca de 3 millones de hablantes habituales de catalán, de los que 1,2 millones lo hablan más del 80% de su tiempo. En un contexto muy adverso, esta comunidad está "bien trabada, tiene resistencia y voluntad", dice Flors-Mas. Y el dato que lo demuestra es que la transmisión lingüística intergeneracional no se rompe: hay más personas que la adoptan y transmiten a sus hijos. Esto evidencia que "la lengua no está en peligro, no tocamos hueso" y que el catalán "mantiene el prestigio y es una lengua de futuro", dice Maite Puigdevall. "Si comparamos la situación del catalán con otras lenguas similares, desde el bretón al occitano, el alsaciano, el gallego o el euskera, el catalán es líder destacado con una posición privilegiada", reseña Branchadell.
2. El catalán atrae hablantes, pero no lo suficiente
El catalán ha ganado 267.600 nuevos conocedores (mayores de 15 años), pero la población ha crecido en cinco años en casi 400.000 personas; por tanto, no se llega a compensar el incremento de población. Avel·lí Flors-Mas señala que se detecta "una pérdida de capacidad de atracción hacia el catalán": históricamente la población que se identificaba y hablaba catalán era más que la que lo tenía como lengua inicial y ahora se recorta esa distancia; en cambio, se dobla la identificación con el catalán y el castellano (14%). "Poco a poco estamos entrando en unos usos muy bajos de catalán", advierte el sociolingüista de la URV, Miquel Àngel Pradilla.
3. Pierde peso el catalán monolítico, 100% catalán
El alto volumen migratorio y la movilidad de los recién llegados hace que haya una gran bolsa de no hablantes de catalán, de hablantes esporádicos y de "catalanohablantes en construcción". Por primera vez la encuesta visibiliza a los 1,6 millones de personas que nunca hablan catalán y los 2,2 millones de personas que lo hablan esporádicamente. "Debemos cambiar el imaginario colectivo del catalanohablante tipo, ya no es blanco siempre y no habla catalán siempre. El multilingüismo es una tendencia en alza —dice la sociolingüista Maite Puigdevall—. El catalanohablante habitual va disminuyendo, hay menos densidad de este grupo vayas donde vayas y, por tanto, el catalán está menos presente". Esto, a su vez, complica la integración en el catalán de los recién llegados y hace de tractor hacia el castellano.
4. La bilingüización, ¿un estadio intermedio o final?
Para Branchadell, la encuesta invita a "aceptar una tendencia: renunciar a la idea del hablante monolingüe en catalán, que es una idea del siglo XX o XIX". "Existe el cliché de que el bilingüismo es un estadio transitorio entre el monolingüismo catalán o castellano y quizá sea un estadio final", apunta. "Lo que queremos son personas que tengan el catalán en su repertorio y que sean usuarias del catalán en algún grado. Esto es más realista que revertir en un escenario en el que el catalán es la lengua mayoritaria de la población", opina. Para Puigdevall no se puede renunciar a que el catalán sea la lengua habitual hegemónica en el ámbito público: "Aspiramos además, no a mantenernos. Las cifras no deben paralizarnos", afirma.
5. La caída entre los jóvenes, una señal
La Encuesta de Usos Lingüísticos es una encuesta autoevalutiva y multicanal (hecha sobre todo por internet y teléfono a 8.700 personas) que sólo tiene en cuenta los mayores de 15 años, por lo que no se refleja la etapa escolar. Pero la franja de edad que más hablantes habituales pierde es justamente la siguiente, los jóvenes de 15 a 29 años: caen del 35% al 29%. "Esto es una barbaridad y quiere decir que están pasando cosas en el modelo educativo: en la escuela no pasa lo que tenía que pasar y es que debe ser la lengua vehicular y la que hablan todos los alumnos de forma no ritual y no latinizada", dice el profesor y sindicalista Gerard Furest, quien reconoce también el impacto del "problema sistémico" del conting. También sube en esa franja joven la identificación como bilingüe del 16,2% de la población.
5 estrategias para mejorar la salud del catalán
1. Priorizar el uso del catalán
"Un castellanohablante monolingüe debe encontrar catalanohablantes que actúen como monolingües", dice Avel·lí Flors-Mas. Es decir, "la masa catalanohablante debe priorizar siempre el uso del catalán para corregir el importante desequilibrio que existe". Para que el catalán pueda incorporar hablantes, la lengua debe estar presente en el día a día, "necesitamos recuperar espacio y usos intensivos", dice. Como la sociedad tiene grandes bolsas de no-catalanohablantes, deben encontrar más catalán en todas partes. Y más teniendo en cuenta que "para convertirse en catalanohablante necesitas 10 años", apunta Puigdevall. "Debemos cambiar muchos hábitos durante mucho tiempo", añade, y en especial "la convergencia lingüística hacia el castellano", critica Pradilla. Para Furest, "no hemos asumido la mentalidad de conflicto" en los últimos 30 años y no se ha "generado discurso lingüístico", lamenta. Él pone al mismo nivel el papel de los políticos y de la ciudadanía: "Cuanta más autoestima de la ciudadanía, más obligaciones de los políticos; y cuanto más liderazgo de los políticos, más apoyo de la ciudadanía".
2. Intervenir en el "agujero" de la acogida
"Tenemos un agujero en la acogida porque se hace mayoritariamente en castellano", critica Puigdevall, quien recuerda que el Estado tiene las competencias de inmigración, pero también señala como responsables a los servicios sociales. Si sólo se incorporan un 4,4% de los inmigrantes al catalán, es un porcentaje muy escaso respecto a los extranjeros que viven aquí. Por eso Puigdevall remarca que hay que abrirles la puerta e invitarles a la comunidad: "No tenemos más alternativa que incorporarlos como nuevos hablantes, para su justicia y nuestra. El vínculo humano es crucial porque sólo entras en un espacio si te quieren", dice Puigdevall para cortar el discurso xenófobo y segregador.
3. Forzar a cumplir la legalidad vigente
"Solo cumpliendo la legalidad vigente -es decir, las normas de convivencia validadas por el Tribunal Constitucional- de forma sistematizada -es decir, con inspecciones- el catalán ya avanzaría", afirma Furest, poniendo deberes al Govern. Lo dice en referencia al mundo educativo, pero también al mundo laboral, que ni acoge en catalán, ni ofrece las posibilidades de formarse a los trabajadores, ni tampoco les exige el catalán como requisito. Los expertos señalan a este entorno como un problema importante. "Hay que forzar la disponibilidad lingüística en el mundo socioeconómico privado, es necesario desplegar la idea de que tenemos derecho a utilizar el catalán en todos los ámbitos", dice Flors-Mas. Furest apunta que desde la Intersindical ya se reclaman clases de catalán en horario laboral. "Tenemos que resquebrajar el techo de cristal del catalán: tenemos que tensionar una legalidad que todavía no nos es favorable, y eso es lo que debe hacer la política", advierte Pradilla.
4. Acceso universal al aprendizaje
Hay 1,1 millones de personas nacidas fuera de Catalunya que dicen que quieren mejorar el catalán, pero no hay suficiente oferta de cursos, ni suficientemente adaptados a las necesidades de los trabajadores, sobre todo los más precarios. El Govern ha anunciado un día después de la encuesta una inversión de 8,8 millones de euros al ampliar los recursos para la enseñanza de la lengua y el fomento del uso, especialmente entre los recién llegados, los profesores, la salud y el comercio. Pero Pradilla está "obsesionado" con la educación en la etapa temprana: "No saldremos adelante si no somos capaces de repensar el modelo lingüístico educativo —sentencia, contundente—. Debemos autocentrar el modelo en la lengua catalana de manera efectiva, clara y sin subterfugios. Debemos asumir que necesitamos revitalizar una lengua".
5. Crear oportunidades de utilizar el catalán
Para que la cadena del catalán funcione, no es suficiente con tener competencia, sino que también son necesarias oportunidades de uso y voluntad de utilizarlo. "Si se da el conocimiento y la oportunidad, vendrá la voluntad de utilizarlo", opina Branchadell. La posibilidad de utilizar la lengua pasa por el ocio, las redes sociales, los videojuegos, la cultura, las nuevas tecnologías, etcétera. Obviamente, también para que hable catalán en la calle. Para Flors-Mas, son vitales los espacios informales de aprendizaje y uso del catalán. "Las entidades asociativas deben tener un papel más importante y consciente", dice el sociolingüista. "Es necesario un pacto entre instituciones, gobierno, agentes sociales y ciudadanía", dice Branchadell.