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Crisis ecológica

Acuerdo 'in extremis' en la ONU para movilizar 200.000 millones de dólares para proteger la naturaleza

Los gobiernos pactan crear un fondo público-privado que incluirá ayudas directas de los países ricos por 30.000 millones anuales a partir de 2030

Literatura y naturaleza: una relación promiscua Cinco novedades En las que la naturaleza es protagonista
19/03/2025
3 min
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BarcelonaEn el mundo hay un millón de especies naturales en peligro de extinción. La vida salvaje se ha reducido un 69% en los últimos 50 años. Por eso, los gobiernos de todo el mundo se pusieron deacuerdo finalmente en 2022 en Montreal para proteger al menos el 30% de los ecosistemas en 2030, pero había que ver cómo se financiaba esta tarea descomunal. Éste era el objetivo de la cumbre de la ONU de la Biodiversidad COP16 que se celebró el pasado noviembre en Colombia y que acabó sin acuerdo. Las negociaciones se han reanudado esta semana en Roma, y ​​finalmente el pacto se ha sellado cerca de la medianoche del jueves, cuando terminaba el plazo. Los 150 gobiernos reunidos en la capital italiana han acordado "movilizar 200.000 millones de dólares anuales desde 2030" para financiar la protección y la restauración de ecosistemas con dinero público y privado y con varias figuras financieras. Unos fondos que incluyen –y ahí estaba el gran escollo– ayudas directas de los países ricos a los más pobres: serán de 20.000 millones anuales a partir de 2025 y de 30.000 millones anuales a partir de 2030.

Colombia, Susana Muhamad, a última hora del jueves después de dar el mazo para certificar el acuerdo. El plenario de la COP16 ha ovacionado el acuerdo final después de tres jornadas de intensas negociaciones en Roma. La cumbre quedó encallada en Cali (Colombia) el pasado noviembre precisamente por la falta de consenso en ese mecanismo financiero, que había tensionado las conversaciones hasta el último minuto. Allí, ya en tiempos de descuento y fuera de plazo, Muhamad introdujo esa provisión de dinero en el texto final del acuerdo, pero era tan tarde que la mayoría de representantes políticos ya habían cogido los vuelos de vuelta a sus países y no existía el quórum necesario para poder votar. Así, la negociación se reanudó en Roma este pasado martes y, aunque en algunos momentos parecía que se daba marcha atrás en el texto propuesto, finalmente se ha confirmado el mecanismo financiero pactado.

Este mecanismo no satisface a todo el mundo, porque la única parte de que son ayudas directas queda reducida a 30.000 millones de dólares anuales, mientras que para la lucha contra la crisis climática se han acordado 300.000 millones anuales. Pero al menos prevé finalmente una provisión de fondos globales para la ingente labor de proteger y restaurar los ecosistemas naturales en todo el mundo, un hito que no es menor dentro del contexto geopolítico actual.

Estados Unidos no estaba en la reunión porque no forma parte de la Convención por la Diversidad Biológica de la ONU, pero la ola expansiva de sus políticas extractivistas y de su guerra comercial se ha sentido en las reticencias de muchos países a cerrar un acuerdo muy ambicioso.

Compartir los beneficios de los recursos genéticos extraídos de la naturaleza

Lo que sí logró pactarse a tiempo en Colombia es la creación de otro fondo, el llamado Fondo de Cali, que este martes en el inicio de las conversaciones en Roma se creó formalmente. Se trata de otro mecanismo por el que las empresas que exploten la riqueza genética de los recursos naturales de un territorio (ya sea por hacer fármacos, cosméticos, biotecnología o por cualquier otro uso que se haga de la información genética de estos organismos, animales o plantas, incluso a través de inteligencia artificial) tendrá que compartir una parte de los beneficios en éste. Y se prevé que al menos el 50% de ese dinero revierta en los pueblos indígenas y las comunidades locales que habitan los lugares con mayor biodiversidad del planeta de donde se extrae esta información crucial para la ciencia y la industria.

Susana Muhamad, que ha liderado esta cumbre en Roma como presidenta de la COP16 de Cali, dejará su cargo de ministra de Medio Ambiente después de esta reunión. Lo hace por motivos que no tienen que ver con la biodiversidad: presentó su dimisión al presidente de Colombia, Gustavo Petro, junto a otros tres ministros que hicieron lo mismo, en protesta por el nombramiento como ministro del Interior de Armando Benedetti, un polémico político acusado de corrupción y de agresiones machistas.

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