El análisis de Antoni Bassas: 'Louis Vuitton desfila, los Mossos pegan a los vecinos y el Ayuntamiento de Barcelona calla'

Si el turismo presiona, si Louis Vuitton puede cerrar el Parc Güell con dinero, si el Ayuntamiento no informa y si la policía pega a los vecinos que protestan mientras ven pasar el lujo, ¿qué sociedad nos queda?

Esta noche ha comenzado la campaña de las elecciones europeas y la rueda de las noticias sigue la imparable marcha cotidiana. Pero mientras ocurren cosas, en la sociedad también pasan cosas. Recomendamos a padres, madres, maestros y aspirantes a conseller de Educació en general que se miren esta entrevista con el creador de las pruebas PISA, Andreas Schleicher, que está en Barcelona en la reunión anual del Círculo de Economía. Y dice esto: “Los estudiantes en Cataluña aprenden demasiadas cosas y con poca profundidad”. Y también: "La inmigración no puede ser una excusa por los malos resultados". Y una clave: “El problema de España es que se ha centrado en poner a todo el mundo sobre un nivel mínimo sin importar demasiado al resto de estudiantes. En cambio, los países con más excelentes son los que se esfuerzan por encontrar el talento de todo el mundo que forma parte del sistema”.

Tenemos un sistema de educación desbordado. ¿Y la salud? En la página siguiente del ARA encontramos una reflexión de dos médicos excelentes, Josep Tabernero y Valentí Fuster: aumentan los conocimientos en salud, pero también las inequidades. Saben que la obesidad es un problema y, en cambio, las muertes por obesidad aumentan por el incremento de la diabetes, la hipertensión y el colesterol.

Es decir, la realidad es dual: nunca había habido tanta información, pero le cuesta transformarse en conocimiento. Sabemos qué ocurre en el mundo, pero asistimos impotentes. Sabemos que hay algo llamado inflación y gentrificación, pero no podemos hacer nada. Pagamos la comida muy cara y los campesinos cobran poco. Este tipo de fenómenos genera malestar.

Las calles de las ciudades son muy duales. Barcelona es a la vez exponente de riqueza y miseria. En los mismos chaflanes del Eixample cerrados porque están filmando una película o por la que se puede pasar de tantos turistas, hay dos personas sin hogar viviendo. No durmiendo, no, viviendo, como en un asentamiento. Y entonces ocurren cosas como ésta: Louis Vuitton organiza un desfile de lujo, el parque queda cerrado varios días por los preparativos del acto, los vecinos se quejan y se manifiestan y los Mossos cargan contra gente normal y corriente que se siente excluida, abandonada y abusada.

“Se han hecho fiestas aquí en el barrio, pero no así, que parece que los vecinos somos terroristas. Nos piden el carnet para entrar en nuestra casa, para ir a buscar a los niños al colegio, para movernos por el entorno. Lo mínimo que podemos hacer es algo de ruido”.

Hoy explicamos que, “más allá del desfile, tras las protestas late un malestar vecinal empollado durante muchos años por las externalidades que les genera convivir con uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Los alrededores del Parc Güell son una zona especialmente tensionada, donde los vecinos llevan años reclamando una mejora de la gestión para combatir la masificación turística. Pero otra de las quejas de los vecinos es el hermetismo del Ayuntamiento sobre cuánto ha pagado Louis Vuitton, si es que ha pagado nada, por cerrar el Parc Güell para uso privado. Desde BSM, la empresa municipal que gestiona el parque, no se han hecho públicas las cifras alegando que se trata de un acuerdo con un privado que incluye un compromiso de confidencialidad. Pero el Ayuntamiento sí remarca que se trata de un gran evento de "dimensión internacional" que supone una "oportunidad para fortalecer un sector que ya es estratégico en la ciudad, como son las industrias creativas". Y que para el montaje y la celebración se han tenido que contratar a 500 personas.

Si el turismo presiona, si Louis Vuitton puede cerrar el Parque Güell con dinero, si el Ayuntamiento no informa y si la policía pega a los vecinos que protestan mientras ven pasar el lujo, ¿qué clase de sociedad nos queda? ¿El Ayuntamiento de Collboni no es capaz de hacer algo tan sencillo como decir que con el acto hemos ganado tanto dinero que irá a esta y esta inversión en el barrio?

Barcelona es una capital mundial y esto crea riqueza, pero también problemas. ¿Cómo hacemos para repartir la riqueza y hacer pequeños los problemas? Un alcalde socialista debería estar entregado a encontrar una respuesta.

Buenos días.

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