Esta vivienda tiene una planta muy larga y de ancho que no excede los seis metros. Por eso resulta esencial la propuesta que ha hecho CRÜ de aprovechar lo que era un minúsculo patio y convertirlo en una potente entrada de luz en un punto neurálgico de la casa.
Bañarse en el centro de la casa: un hogar luminoso y con un innegable punto escenográfico
Violeta (Barcelona). Obra del estudio de arquitectura CRÜ

Una planta baja de Barcelona, de esas que son la base de la terraza de un centro de manzana, ha pasado de ser una vivienda larga y estrecha, oscura y muy fragmentada, a mostrarse como un hogar luminoso y con un innegable punto escenográfico. La clave de este proyecto de reforma firmado por CRÜ –un estudio de arquitectura dirigido por Joan Astallé en colaboración con Lluís Salvatella y Jana Amengual– es haber sabido entender la importancia del minúsculo patio que estaba prácticamente en el centro de la vieja casa. Y sobre todo haber visto las posibilidades transformadoras de ese espacio que en otro tiempo fue residual.
Era tan pequeño aquel patio que podemos decir que tenía las medidas de una bañera. Lo podemos decir después de observar lo que ha hecho CRÜ para cambiar radicalmente el aspecto y también la forma de vivir en la casa: los arquitectos han tumbado las limitaciones verticales del antiguo patio y, con una estructura de viguetas de hierro, han creado una especie de atrio que se convierte en un espacio neurálgico del hogar. Ahora es el sitio para regalarse un baño relajante, pero tiene muchos más beneficios. Construida la bañera central en una plataforma de aproximadamente medio metro de altura respecto al nivel general, es también el sitio que centraliza los servicios húmedos de la casa. Esconde las tuberías que abastecen el lavabo que hay en uno de los lados de la bañera; las que van al fregadero de la cocina que tiene en otro de los lados, y permite también las jardineras de plantas bastante exuberantes que rodean el baño y que, además, son un gran telón de fondo para la cocina y el comedor.
Tampoco es esto todo lo que este espacio central aporta a la casa. Como techo de donde estaba el pequeño patio, los de CRÜ han situado un gran lucernario. Así, la pareja que habita no sólo puede dar un baño con el cielo encima, sino que además es el espacio por el que entra una gran luminosidad en una vivienda que como en otras entradas de luz sólo tiene los dos extremos. Además, como el lucernario tiene un mecanismo para abrirlo, facilita que la vivienda se ventile.
Ahora bien, según remarcan los responsables del proyecto de reforma, uno de los aspectos más positivos que ha hecho este espacio central para el baño, la luz y la vegetación es que resulta determinante para la distribución de la vivienda. Se trata, sin duda, de una distribución original por la forma abierta en la que se relacionan las distintas estancias y porque buena parte de esta casa no tiene tabiques. De hecho, desde la misma entrada al hogar, un mueble de armarios da paso por ambos lados a un espacio multifuncional, que puede ser salita, estudio o un segundo dormitorio si se necesita. Es el mismo tipo de mueble que existe en el dormitorio principal, una estancia que está en relación directa y abierta con el baño central de la casa, el espacio más lúdico. Eso sí, con acceso desde la habitación de los propietarios existe un baño con ducha e inodoro, de total intimidad. Como lo es también, cerrado e íntimo, un pequeño baño para las visitas.
En todo caso es interesante ver cómo la nueva distribución de esta casa, desde la entrada hasta la terraza –que tiene una pequeña balsa–, ha generado una secuencia de espacios que favorece la circulación fluida, no sólo física, sino también visual. Pero al mismo tiempo se mantiene la intimidad de las estancias, gracias a los distintos niveles y elementos separadores tan amables como lo son unas buenas plantas.