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Medio ambiente

La catástrofe ambiental que ha provocado un aumento del 47% del cáncer en Nápoles

Durante años, sustancias químicas peligrosas fueron eliminadas sin control alguno en el área de la Campania, lo que generó una contaminación sin precedentes

Un investigador analiza el agua de un río potencialmente contaminado en el municipio de Avellino.
Gianni Esposito
24/02/2025
5 min
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NápolesLa semana pasada, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH) emitió una sentencia histórica contra Italia: condenó al país por no haber actuado con la urgencia necesaria ante la catástrofe ambiental en el área de la Campania (al sur del país) conocida como Terra dei Fuochi, en catalán Terra dels Focs. La decisión reconoce que la población de esta zona ha vivido durante más de tres décadas en un entorno de riesgo "suficientemente grave, real y comprobado" para la salud humana. El TEDH concluyó que Italia violó el derecho a la vida y un ambiente seguro, y exige al gobierno italiano desarrollar en un plazo de dos años una estrategia concreta para la descontaminación del territorio. Entre las medidas ordenadas se incluye la creación de un sistema de monitoreo independiente, una plataforma pública de información y la implementación de acciones específicas para reducir el impacto en la salud de los residentes.

La planta incineradora de Acerra, operativa desde 2009.

La crisis ambiental en la Campania empezó a intensificarse entre 1994 y 2012, cuando se proclamó el estado de emergencia debido a los residuos sólidos urbanos, lo que llevó a la derogación de leyes destinadas a la construcción de infraestructuras para la gestión de residuos. La crisis de la basura en Nápoles, con montañas de desechos agolpados en las calles, fue una de las manifestaciones más visibles de este desastre ambiental. Como consecuencia, el territorio se vio afectado por la proliferación de vertederos ilegales donde la Mafia, en complicidad con empresas y autoridades, depositaba y enterraba residuos industriales. Estos desechos no sólo provenían del norte de Italia, sino también de otros países europeos que encontraron en la Camorra una vía rápida y barata para deshacerse de los materiales tóxicos.

La cantera de Tufino.
El mayor depósito de residuos empaquetados de Campania.

Crema de residuos

Durante años, sustancias químicas peligrosas fueron eliminadas sin control alguno, lo que generó una contaminación sin precedentes. Uno de los aspectos más alarmantes de la crisis fue la práctica sistemática de la quema de residuos para reducir su volumen y liberar espacio. Se incineraban neumáticos, aceites, disolventes, plásticos, residuos textiles e incluso medicamentos y se generaban enormes columnas de humo negro visibles en el horizonte. Fue esta imagen, repetida durante años en las provincias de Nápoles y Caserta, la que llevó a acuñar el término Tierra de los Fuegos. Paralelamente, se enterraban barriles de desechos altamente tóxicos sin tratamiento alguno, quedando contaminados acuíferos y ríos. La exposición prolongada a estas sustancias tóxicas afectó gravemente a cultivos enteros de frutas y hortalizas. Esto perjudicó a la producción agrícola local y puso en peligro la seguridad alimentaria de la región.

Desde 1988 se tenían indicios de estas prácticas, pero las denuncias fueron ignoradas durante décadas. La contaminación de las fuentes de agua llevó a la intoxicación del ganado, y con el tiempo también empezaron a hacerse evidentes los efectos sobre la salud humana. Los estudios científicos han confirmado lo que las comunidades locales llevaban años denunciando. Según el Instituto Superior de Sanidad Italiano, la incidencia de cáncer en la Tierra de los Fuegos es un 11% superior a la media nacional en hombres y un 9% en mujeres. Los tipos de cáncer más frecuentes –hígado, estómago y pulmón– están directamente relacionados con la exposición prolongada a sustancias tóxicas. Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer Pascale de Nápoles reveló que entre 1992 y 2012 la mortalidad por tumores en la provincia de Nápoles aumentó un 47%, mientras que en la de Caserta el incremento fue del 40% frente a los veinte años anteriores. Otras investigaciones han demostrado un aumento preocupante en enfermedades respiratorias y malformaciones congénitas en bebés, lo que refuerza la gravedad de la crisis.

Una familia que ha rehabilitado el suelo contaminado de su finca.
Una fotografía de Marzia Su hijo de 10 años murió de un tumor que generalmente se diagnostica a personas mayores.

A pesar de estos alarmantes datos, las acciones políticas han sido prácticamente inexistentes. En 2015, en la provincia de Caserta, el Cuerpo Forestal del Estado descubrió la mayor zona de vertidos ilegales de residuos tóxicos de Europa. Sin embargo, la descontaminación de estos terrenos ha avanzado a un ritmo extremadamente lento. Hoy en día, un total de 240 puestos han sido clasificados como "lugares contaminados" que requieren la descontaminación inmediata del suelo, las aguas superficiales e incluso las aguas subterráneas, según los datos de cobertura del suelo de CORINE de 2018, aunque es probable que el número real sea mucho mayor.

El problema no se limita a la Mafia, sino que involucra a todo el país. Empresas de diversas regiones aprovecharon durante años los bajos costes de la Camorra para deshacerse ilegalmente de sus residuos industriales; la Campania se convirtió en el gran vertedero de Italia. Mientras las organizaciones criminales obtenían beneficios millonarios, los residuos tóxicos se acumulaban sin control y provocaban el colapso del sistema de gestión de basura. El tránsito ilegal de residuos ha sido una fuente de enriquecimiento para clanes mafiosos, empresarios y políticos. El negocio de la basura se convirtió en un círculo vicioso en el que la corrupción y la impunidad permitieron que el problema se perpetuara. La política italiana, en lugar de abordar el desastre con medidas efectivas, optó durante años por la negación y la inacción. La descontaminación de la Tierra de los Fuegos es un proceso costoso y lento, cuyos resultados no serían inmediatos, lo que le hace incompatible con los tiempos a corto plazo de la política.

Ahora la sentencia de Estrasburgo obliga al estado italiano a actuar. La sentencia representa una victoria para los activistas, asociaciones locales y familias de las víctimas, que durante años han denunciado la crisis sin ser escuchados. Con este propósito es interesante seguir el cumplimiento de esta sentencia, puesto que el fracaso en su implementación podría establecer un precedente negativo para otros casos de violaciones graves de derechos humanos relacionados con la contaminación ambiental. Sin embargo, queda por ver si el gobierno implementará realmente un plan de recuperación efectivo o si la Tierra de los Fuegos seguirá siendo el símbolo de la negligencia política, la impunidad criminal y el sacrificio de una región entera en nombre del beneficio económico.

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