Laporta ya no tendrá que avalar nunca más para ser presidente del Barça
Una enmienda a la ley del deporte elimina la exigencia y deja esta garantía en manos de los mismos clubes, a través de los estatutos respectivos
BarcelonaNi Joan Laporta ni su junta directiva podrán olvidar fácilmente la madrugada del 17 de marzo del 2021. A las dos y media, con el toque de queda todavía en vigor, cuando ya tenían el agua en el cuello, pudieron firmar ante notario la garantía por valor de 125 millones de euros que les permitía tomar posesión del cargo y pasar a ser miembros de la junta directiva del Barça. Una escena que no se volverá a repetir nunca más. Y es que, a partir de esta semana, ya no será obligatorio por ley que los directivos de un club que no es sociedad anónima deportiva (SAE) tengan que avalar el 15% de los gastos. La negociación de los presupuestos del Estado ha acabado con una enmienda a la ley del deporte para eliminar una exigencia que estaba vigente desde la década de los 90.
Joan Laporta se ha salido con la suya. El presidente del Barça, que estaba pendiente de renovar el aval, ve como los políticos han acabado haciendo caso a su petición, según han confirmado al ARA fuentes gubernamentales. Laporta, que tiene fama de saberse mover muy bien entre bambalinas, ha sabido tocar las teclas correctas para hacer presión política, tanto en Catalunya como en Madrid, para que esta normativa desapareciera. Los años de la primera etapa como presidente azulgrana y también su pasado político –fue diputado en el Parlamento y regidor en el Ayuntamiento de Barcelona– lo han ayudado. Pero el abogado barcelonés no ha estado solo en esta lucha. Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, también ha intercedido para que se pusiera punto final a la normativa de los avales.
En realidad, ya hacía años que los clubes que no son SAE –con excepción del Real Madrid– protestaban por esta normativa, pero no ha sido hasta la pandemia que su petición ha sido escuchada. Los presupuestos que mueve el Barça –de 1.000 millones antes del covid – ya no tienen nada que ver con los que había a finales del siglo pasado. Por poner un ejemplo, en la primera etapa de Laporta como presidente, el 2003, el aval rondaba los 20 millones. Seis veces menos que el que tuvo que presentar después de ganar las elecciones, ahora hace unos meses.
A pesar de que Florentino también estaba interesado en acabar con la exigencia de los avales, la medida beneficia directamente al Barça y al Athletic Club. No parece casualidad, pues, que hayan sido un partido catalán (ERC) y uno de vasco (PNV) los que más presión han hecho por que, en medio de la negociación de los presupuestos, el presidente del gobierno español Pedro Sánchez incluya esta enmienda en la ley del deporte. Tampoco se tiene que olvidar la influencia del actual ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta. Laporta se ahorrará los 125 millones, y Aitor Elizegi, presidente del Athletic, no tendrá que hacer frente a los cerca de 21 millones que le cuesta ocupar la silla principal del palco de San Mamés.
El papel de José Elías y Eduard Romeu
Hasta ahora, a pesar de que el coste de los avales se había ido disparando, los dirigentes no tenían muchos problemas para conseguirlos. Primero, con patrimonio personal. Y, también, porque las entidades financieras eran más flexibles a la hora de exigir dinero a los avaladores. Era una cuestión de confianza, sobre todo teniendo en cuenta que la burbuja del fútbol no paraba de hincharse. Pero con el covid se encendieron todas las alarmas, sobre todo en el Barça.
El riesgo de que no se cumpliera con el presupuesto –y, por lo tanto, que se tuvieran que ejecutar los avales– era altísimo, y esto hizo que las entidades exigieran el 100% del dinero a Laporta y a los suyos. Es aquí cuando entra en escena, por ejemplo, la figura de José Elías (Audax Renovables), que contribuyó con 40 millones de euros y situó a Eduard Romeu a la junta azulgrana en el cargo de vicepresidente económico. O Jaume Roures, que a través de Mediapro ayudó con 30 millones. Al final la directiva reunió 115 millones, y los 10 restantes los puso el Banco Sabadell. Las negociaciones del aval generaron tensiones que contribuyeron a la renuncia antes de tiempo de Jaume Giró, hoy consejero de Economía y que era el hombre fuerte de la candidatura de Laporta.
La medida saldrá adelante gracias a una enmienda que se tiene que aprobar en el Senado el jueves, y que implicará dos cosas. La primera, que ya no será obligatorio el 15% de los presupuestos y que se deja en manos de los clubes que no son SAE –a través de sus estatutos– regular esta medida. Y la segunda, permitir a las directivas cancelar con efecto inmediato los avales que ya están presentados. Una medida que tiene mucha importancia porque, más allá del dinero depositado, cada mes los directivos tienen que abonar una cantidad notable a los bancos en concepto de intereses. Hasta ahora, estos avales del 15% del presupuesto se tenían que presentar a la Liga, excepto si la directiva de turno hubiera presentado beneficios durante su mandato.
"La desaparición de esta normativa desestresará mucho la governanza del día a día del Barça. No os podéis imaginar cuántas cosas se han dejado de hacer por culpa del aval. Cuando se apruebe todo ello será un motivo de celebración", apuntan al ARA fuentes del club. Así, una vez eliminada la exigencia legal, la directiva de Joan Laporta ya tendrá vía libre para cancelar el aval de 125 millones. Y es que, según se lee en los estatutos azulgranas, la necesidad de presentar la garantía va ligada "a la forma y las condiciones que en cada momento establezcan las disposiciones legales vigentes". La carta magna del Barça no exige nada más que aquello que está establecido por ley. Y si la ley dice que no hay que avalar nada, pues no hace falta nada.
Otro cambio de estatutos
La eliminación del aval levantará polvareda. "Si avalando el 15% del presupuesto el Barça ya ha tenido dirigentes que no estaban capacitados para el cargo, imagínate quién puede llegar a mandar si no se pide nada a cambio", apunta al ARA uno de los avaladores de la junta actual. En líneas generales había consenso que exigir el 15% del presupuesto era excesivo, pero también se imponía la tesis que tendría que haber algún requisito mínimo, algún tipo de contrapartida, para poder entrar en una junta directiva. "Sin avales, no hay ninguna manera de poder hacer responsable una directiva de las posibles pérdidas que tenga el club. Esto supone un riesgo muy grande para la entidad. Hasta ahora, de alguna manera, te juegas el patrimonio. Pero sin avales, ya no hay nada de esto", apunta esta misma fuente.
Desde la directiva, que esperaba como agua de mayo esta medida, se ha abierto la posibilidad de retocar los estatutos para exigir algún tipo de contrapartida a las juntas. "A lo mejor un porcentaje más bajo, o una cantidad fija... Ya se verá. Lo que no tenía sentido es que se tenga que presentar un aval de 125 millones, porque al final esto condiciona las decisiones que tomas. Tienes la cabeza más pendiente de salvar tu patrimonio que de hacer el que más le conviene al club", comenta un miembro del equipo directivo azulgrana . Esto, sin embargo, sería más adelante.