Radiografía del catalán en comarcas centrales

El oasis lingüístico de Vic: ¿el catalán sigue siendo la lengua del patio?

Las escuelas mantienen la vitalidad del catalán pero el Ayuntamiento detecta "señales de alarma" en la calle y presenta un plan de choque

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Alumnos del CEIP Doctor Salarich de Vic.

VicUna de las imágenes que más sorprenden a los visitantes que pasean por Vic y paran la oreja es que los hijos de los inmigrantes interactúan entre ellos en catalán. No importa el color de la piel: la lengua del parque es el catalán.

Las oleadas migratorias de los últimos 30 años han hecho crecer a Vic de los 30.000 a los 48.000 habitantes, el 40% de los cuales han nacido fuera de Catalunya. Y las cifras corroboran lo que oyen las orejas, que se han ganado miles de nuevos hablantes: mientras que el 51% de habitantes tiene el catalán como lengua materna, el 60% la utiliza de forma habitual en la Catalunya Central ( mucho más que la media catalana, del 36%). El catalán ha sido un elemento de cohesión, arraigo y ascenso social para muchos inmigrantes y sus hijos.

Últimamente, sin embargo, hay indicios de queoasis de Vic se está resquebrajando: el alto volumen migratorio sostenido, las burbujas lingüísticas en el ámbito laboral y la dinámica de conjunción al castellano, junto con otros factores estructurales, han dado "señales de alarma", según Bet Piella, al frente de la nueva concejalía de Lengua, que acaba de lanzar un plan de acción para pasar "de la seducción a la militancia". Según las encuestas sociolingüísticas, en las comarcas centrales ha habido un retroceso en el uso social del catalán en los últimos diez años de tres puntos, y la sensación es que empieza a llegar la ola expansiva del terremoto lingüístico que tiene lugar en el área metropolitana.

Los modelos lingüísticos, esenciales

El patio de la Escuela Doctor Joaquim Salarich, ubicada en uno de los barrios periféricos de la ciudad, es un ejemplo de la diversidad que hoy puebla la capital de Osona. Vic fue pionera a finales de los años 90 al repartir a los recién llegados a todas las escuelas de la ciudad, públicas y concertadas, para evitar la segregación. Hoy se sigue aplicando este modelo. Desde que empezó el curso se han escolarizado sobre la marcha 365 niños y adolescentes en Vic, prácticamente 3 todos los días de escuela. Por eso, los nueve centros de la ciudad tienen aula de acogida. La de Salarich tiene 18 alumnos de los 489 que forman la escuela. Una parte del alumnado son de Vic provenientes de familias de origen extranjero que, la mayoría de las veces, no tienen el catalán como primera lengua. "Para muchos, el catalán es la segunda o tercera lengua", explica Roser Riera, asesora en lengua, interculturalidad y cohesión social (LIC) de los Servicios Educativos de Osona.

Esto obliga a las escuelas como Salarich a no dar por obvia la lengua, sino a hacer del catalán la espina dorsal del proyecto pedagógico. "Siempre es un objetivo en todas las situaciones de aprendizaje y en todas las áreas –explica la directora, Anna Soler–. Aquí el 100% de los maestros hablan catalán, en espacios formales e informales, porque es nuestra primera lengua y también porque creemos que ser un modelo lingüístico es fundamental, ponemos mucho énfasis. También velamos para que sea la lengua de todos los agentes que intervienen en la escuela. rato en un espacio de valor lingüístico".

Las salidas culturales, la biblioteca escolar, la relación con las familias... El claustro tiene la consigna de priorizar el catalán en todas partes. "No se puede bajar la guardia –dice Mireia Planas, jefe de estudios del centro–, porque la mayoría de incentivos y referentes que tienen los alumnos fuera de la escuela, en las redes o el audiovisual, están en castellano ". "Y porque queremos mejorar sus resultados educativos, que tengan mayores oportunidades", añade la directora.

Más diversidad, más catalán

La inmigración de la llanura de Vic se ha diversificado, tras la primera ola esencialmente magrebí, que llegó a un entorno poco castellanizado (a finales de los 90, Vic tenía un 17% de nacidos en el resto del Estado, mientras que en núcleos del área metropolitana superaban el 40%, que eran parte de la anterior ola migratoria). Esto ha hecho que el peso del castellano como lengua materna no haya decantado la balanza. Y como el catalán es la lengua de la escuela, "los jóvenes hablan a menudo catalán entre hermanos y también lo hablan en la calle, porque es el idioma que los une a todos, que tienen orígenes muy diferentes", explica Mireia Planas. Y añade: "Hablan más catalán las familias que vienen de Marruecos, de la India y del África subsahariana que los que en casa tienen el castellano".

Desde los Servicios Educativos y el Ayuntamiento coinciden en que "la llegada importante en los últimos tres años de alumnos de latinoamérica está condicionando el uso del catalán; se siente más castellano en el patio oa la hora de comer". "En las aulas de acogida, quienes tienen más dificultades para avanzar son castellanohablantes, porque encuentran que no necesitan hacer el esfuerzo", observa Riera. A esto se le añade la capacidad de arrastre que tiene el castellano, incluso entre jóvenes catalanohablantes. "Es un problema sistémico, multifactorial, que no podemos focalizar en unos recién llegados. Es el momento de repensar la inmersión", señala el sociolingüista Llorenç Comajoan, profesor de la Universidad de Vic (UVic-UCC).

"El modelo Vic funcionó, en parte, porque el entorno sociolingüístico es proclive hacia la lengua catalana. No fue un milagro, fue un esfuerzo político y de muchas personas. Ni tampoco ahora es un oasis, porque todavía hay situaciones muy distintas en las escuelas concertadas y las públicas. Pero hace años que se tuvo claro que los alumnos debían aprender sobre todo a interactuar en catalán y, si cuando salen ven que les es útil, aquí tienes la explicación del milagro", resume Comajoan.

Es el caso del actor y doctorando en química Moha Amazian (Vic, 1995), que habla catalán con los hermanos e incluso el padre, y con la madre le mezcla con el amazige. Estudió en una escuela de alta complejidad de Vic (entonces el Montseny, hoy La Sínia) donde se encontraban "hijos de inmigrantes del sur de España, de marroquíes y algunos subsaharianos e indios" y hablaban castellano en el patio. Fue en secundaria que, "entre que hablaba catalán con la familia y los amigos, e hice teatro extraescolar, me acabé de convencer de que esta lengua es la que quiero y hablaré", explica. Este verano interpretará Tirando lo Blanco al Festival Griego.

Alumnos en el patio de la Escuela Doctor Salarich de Vic
Jóvenes en un parque del barrio del Remei de Vic

Un entorno catalanizado para aprender

El entorno, pues, favorece la adopción del catalán: más del 70% de los habitantes de las comarcas centrales dicen utilizar el catalán en su día a día y en el 86% de los comercios de Vic hablan catalán. Ahora bien, hay flancos a los que es difícil llegar: por un lado, los trabajadores que aterrizan en barrios con el 50% de inmigrantes y en entornos laborales donde el catalán es invisible y, por otro, los recién llegados que pueden funcionar en castellano, lo que corroboran cuando los catalanohablantes los cambian sistemáticamente de lengua. "El problema es cuando te llegan jóvenes a 3º y 4º de ESO, que no tienes margen para que aprendan catalán, porque necesitas unos cinco años. Cuando se incorporan al mundo laboral (la cárnica, mayoritariamente), pierden todo el catalán que han aprendido", lamenta Riera. "Es corresponsabilidad de los empresarios formar a unos trabajadores que den valor al catalán y que entiendan por qué les es útil. Hay que hacer mucha más formación en horario laboral", defiende Comajoan. "En Vic quien habla catalán tiene aún más posibilidades de progresar", asegura Bet Piella.

Por eso, hace casi veinte años que Vic tiene un plan educativo de entorno para mejorar la cohesión y el éxito educativo de los jóvenes hasta los 18 años, que incluye parejas lingüísticas, formación en lengua a los monitores, orientación laboral y actividades en los centros cívicos. Y también existe una comisión lingüística que agrupa a las entidades que ofrecen cursos de lengua a adultos (CPNL, EOI, Cáritas, Cruz Roja, Educación y Ayuntamiento) para dar oportunidades de aprendizaje. Ahora se añade una concejalía de Lengua.

Multas por no rotular en catalán

Hasta los 2000 en Osona no había sido necesario tener conciencia lingüística: era una sociedad monolingüe, sin dilemas lingüísticos. Hoy, con un 33% de inmigrantes extranjeros en Vic (y un 28% en Olot y un 23% en Manresa, por encima de la media catalana, del 16,3%) y en un contexto general de retroceso del catalán, desde el Ayuntamiento quieren anticiparse a un retroceso más importante. Buena parte del Plan de Acción por la Lengua "va dirigido a los catalanohablantes" y el primer punto es "pedir que no cambien la lengua ante las personas racializadas". De hecho, incluso ha abierto sede en Vic la entidad Mantenc el Català. La ciudad también ha designado un centro cívico como epicentro de la lengua, el Centro Cultural Joan Triadú.

Además de querer revertir el sometimiento lingüístico, las medidas que impulsará el plan de acción son tan concretas como la introducción de cláusulas lingüísticas para la contratación pública, la creación del sello de Empresa Lingüística Responsable, la creación de un buzón de quejas, la sensibilización lingüística en el ámbito deportivo y la redacción de un Reglamento de Uso de la Lengua Catalana (en el que, por ejemplo, se conmina a los representantes institucionales a hablar siempre catalán). El punto más sorprendente es el anuncio de que se multará a los establecimientos que no cumplan la ley de política lingüística, lo que hasta ahora es competencia de la Generalitat. "Pero no están sancionando y queremos que nos dejen sancionar. Es que es una ley, no inventamos nada nuevo", expone Piella. Por el momento, los agentes cívicos informarán de la normativa y Piella está convencida de que encontrarán la manera de hacer aplicar el Código de Consumo vía inspecciones municipales (que ya controlan, por ejemplo, la normativa de accesibilidad). "Nosotros no lo tenemos perdido. Hacer el clic depende de nosotros", dice la concejala de Estrategia Económica, Desarrollo Territorial, Comercio y Actividades, Cultura y Lengua.

"La supervivencia del catalán no está en peligro en Osona –afirma Llorenç Comajoan–. Debería haber un cambio sociolingüístico muy fuerte de la lengua de ambiente para que ocurriera esto. Ahora bien, ¿el uso del catalán es el mismo hoy que hace 15 años? No, porque el mundo ha cambiado mucho. Hoy el catalán es una lengua comunitaria en Cataluña; nos guste o no, está en minoría demográfica. La gente a veces se sorprende porque en su imaginario en Vic solo hay catalanohablantes, y eso hace años que no es así". La concejala Bet Piella pone las últimas cifras: "En el 2023 se empadronaron en Vic 3.130 personas, el 78% de fuera del estado. Estas personas sólo aprenderán catalán si sienten que se habla, como ha ocurrido en los últimos 30 años”, resume.

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