Vox se estanca y pierde la pugna con el PP

El partido de extrema derecha se queda en 11 diputados y ya no es la primera fuerza de la derecha en el Parlament

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BarcelonaSi Vox tenía dos objetivos en estas elecciones del 12-M, sólo ha logrado uno. Su candidato, Ignacio Garriga, ha quedado derrotado en el codo con codo con el PP y el partido deja de ser la primera fuerza de la derecha en el Parlament. Mantendrá a los 11 diputados que ya obtuvo en el 2021, aunque suma cerca de 29.000 votos respecto a los últimos comicios. Este resultado certifica que han salvado los muebles en su otro propósito: normalizar la presencia de un partido abiertamente xenófobo como el suyo en las instituciones catalanas, al que ahora se sumarán los dos diputados de Aliança Catalana.

Garriga lo dejó claro cuando salió a valorar los resultados acompañado del líder estatal de los ultraderechistas, Santiago Abascal. "Nos consolidamos como una fuerza política en Cataluña", ha afirmado, con un balance que era más de victoria que de derrota. Ha avisado que en los próximos cuatro años de legislatura servirán para que el partido siga poniendo sobre la mesa "los problemas reales de los catalanes, como el creciente islamismo y la creciente inseguridad". Más contundente ha sido Abascal, que ha entrado a bromear con "las obsesiones del PP con Vox" y ha asegurado: "Matarnos no será tan fácil". "Que lo tengan claro los que quieren que abandone sus ideas y afloje las banderas", ha dicho a sus votantes.

La campaña del partido en las catalanas ha vuelto a estar monopolizada por los discursos de odio, sobre todo contra el islam. Garriga no ha dejado de hacer afirmaciones falsas en debates, entrevistas y mítines que vinculen la inmigración con la delincuencia, sin aportar datos que lo validen. La cara más agresiva de la formación apareció en uno de los últimos actos electorales, el pasado jueves en Reus, en el que el propio Abascal se enfrentó a una docena de manifestantes antifascistas.

Más soportes xenófobos

De hecho, el líder de Vox celebraba ayer que esta vez no han sido los únicos en pregonar un mensaje antiinmigración porque ahora existe una “fuerza política separatista” que les ha dado la razón. La entrada de los dos diputados de Aliança Catalana, con quienes coincidieron en el eslogan de campaña “Salvem Catalunya”, les puede haber restado algunos votos movidos únicamente por los ataques contra la población migrante.

Los dirigentes de Vox han vivido la noche electoral con un ambiente optimista desde el Hotel Avenida Palace, en la Gran Vía de Barcelona, ​​donde los parlamentos se han hecho bajo un techo con cinco arañas de cristal ostentosas. Esta vez sin la escena de gritos desatados en el balcón que tanto gusta a los de Santiago Abascal, porque este bastión turístico no disponía. El último cántico que ha coreado la sala antes de escuchar a todo volumen el himno de España ha sido un atronador “Puigdemont en prisión”.

Dosier Los resultados del 12-M, partido por partido
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