Adeu a Ciutadans, el partido que nació para arrinconar al catalán

El partido no logra representación parlamentaria: no llega al 1% de los votos, por debajo del PACMA

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PalmaEl partido taronja se queda sin representación en el Parlament: no ha llegado ni al 1% de los votos, por debajo del PACMA. Pero hace cinco años que Ciutadans se despide. Desde la dimisión de Albert Rivera, el partido se convirtió en un zombi del escenario político: fallecido en vida, iba perdiendo representación en cada ciclo electoral. Pero es en Catalunya, escenario de su nacimiento, donde Carlos Carrizosa firma su epitafio. Adiós al partido que nació para arrinconar al catalán, ganó las únicas elecciones que se han hecho con el 155 en vigor y ambicionó gobernar España. El proyecto original ya no tiene nada que ver con la despensa del PP en la que se había transformado en los últimos años. Ni siquiera el regreso de Carles Puigdemont ha reavivado un fuego que se extinguía.

Carrizosa dio un paso adelante cuando ya no quedaba nadie. “Dijimos: «¡Tenemos que salir con el cuchillo entre los dientes para luchar por Cs!», explica al ARA. Pero el secretario general, Adrián Vázquez, respondió a la llamada anunciando su paso al PP a media campaña. La expresidenta de la formación, Inés Arrimadas, le envió alguno whatsapp para darle ánimos y le regaló un par de "me gusta" en las redes sociales. De Rivera, nadie sabe nada más allá de que sigue afiliado a Cs: el temor que se dé de baja hace que los naranjas lo revisen constantemente.

La reconciliación de Carrizosa con Jordi Cañas ha sido una de las grandes claves de esta última carrera. Para sobrevivir, ambos dirigentes enterraron los recelos mutuos. Diseñaron una campaña que recuperaba el tono chulesco de sus inicios en Cs, cuando llamaban “Uno, dos, tres, TV3” por cada diputado que tenían en el Parlament (entre 2006 y 2012). Con el partido naranja se marchan los primeros parlamentarios que rechazaron emplear el catalán en la institución. También los precursores de la performance: quedan para la memoria colectiva el discurso de Arrimadas blandiendo bruscamente una bandera española desde la tribuna, las excursiones para arrancar lazos amarillos o el viaje del grupo parlamentario a Waterloo para decir a Puigdemont que "la República no existe".

"Hemos trabajado como cosacos en Catalunya, sin ninguna ayuda del partido a nivel nacional", asegura el candidato naranja, que reivindica la "dignidad" en la derrota. Ésta ha sido la gran paradoja de Cs. El único partido nacionalista español que se creó en Catalunya nunca logró estar cómodo en Madrid, donde creció como contrapunto de Podemos y del Proceso. Le alimentaban las élites económicas y mediáticas de la capital del Estado, pero perdieron el interés cuando Rivera rechazó apartar a Pablo Iglesias como socio del PSOE en la Moncloa. Ese fue el fatal error del dirigente que se dio a conocer desnudo en un cartel electoral, y que al marcharse dejó el partido listo para desguazar.

Agonía en la mayoría de edad

“Volveré al trabajo de abogado, y volveré a trabajar gratis para el partido, como cuando lo fundamos”, promete Carrizosa, que encontró la fama como adversario de la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, durante la tramitación de las leyes de desconexión, el 6 y 7 de septiembre de 2017. El proyecto, creado en 2006 a partir de un manifiesto de intelectuales y anticatalanistas contrarios a la inmersión lingüística, con el runrún de fondo de la reforma de 'Estatut, ha llegado agónico a la mayoría de edad. Sin embargo, los naranjas se niegan a tirar la toalla. Aseguran que de una forma u otra seguirán existiendo y aún les queda a corto plazo el cartucho de las europeas.

"Llevamos 18 años política en Catalunya y llevan 18 años preparando nuestra esquela, hay partidos que han suspirado para que desaparezcamos, hay un piloto de hateros que nos han increpado en las redes y en las calles. Para todos ellos tengo una mala noticia: Ciutadans se presentará en las próximas elecciones catalanas. Con este resultado puede haber una repetición electoral", decía Carrizosa al terminar la noche electoral. "Nunca nadie en España ha salido de un parlamento y ha vuelto a entrar: nosotros lo haremos".

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