Un ciclista olímpico o un chef de estrella Michelin: los otros protagonistas de la Copa América

Cuatro personas explican en el ARA el impacto que tiene la competición de vela en sus vidas

5 min
Jordi Esteve, cocinero del nectario
Dosier Barcelona a vela: la Copa América en la ciudad Desplega
1.
Guía para entender la regata más mediática del mundo
2.
"La Copa América es una oportunidad para que la Barcelona postolímpica vuelva a mirar en el Mediterráneo"
3.
Un ciclista olímpico o un chef de estrella Michelin: los otros protagonistas de la Copa América

BarcelonaEl ARA entrevista a cuatro personas involucradas en la competición que surcará el mar barcelonés, sea por su pasión por la vela, por el reto profesional que les supone o porque el campeonato se celebra junto a su casa.

1.
Jordi Gallen

Instructor de Vive la Vela

Jordi Gallen, instructor de Viu la Vela.

"En pocos minutos se olvidan que están flotando en medio del mar"

La relación de Jordi Gallen con la Copa América podría considerarse una historia redonda. “Siempre me ha gustado el mar, pero lo cierto es que hasta hace dos años nunca había probado la vela. Eso sí, ahora es una de mis pasiones”, reconoce. Él es uno de los monitores que se encarga de enseñar y transmitir el amor a los más pequeños a través de Viu la Vela, el programa que en el marco de la Copa América acercará este deporte a alumnos de 6º de primaria de unas 350 escuelas.

“Cuando empezó a moverse el proyecto en Barcelona un colega de la uni me animó a meternos y gracias a ello me formé como instructor y pude estar navegando durante meses”, recuerda. Después de la formación vio que esto podía gustarle como trabajo.

“Navegar con velero es algo simplemente fantástico. Es muy diferente de un barco de motor porque aquí el trabajo lo haces tú, pero quien manda es el viento. Tú no puedes ir como quieras, sino que debes entender cómo funciona el viento y no puedes ir contra él. Tienes que aprender a domesticar una fuerza natural y eso es superchulo”, detalla entusiasmado. Una vez acabó la formación, Gallen lo tuvo claro: "Yo quería transmitir esa sensación, y más viendo que los chavales se lo pasan tan bien".

Después de unos meses como instructor de vela de alumnos de doce años, se ha convertido en uno de los coordinadores de las actividades escolares de vela, pero lo que más le gusta sigue siendo salir al mar con los más pequeños . “Me sorprendió que hay muchos niños que vienen y todavía no han visto nunca el mar, eso me impactó mucho y es verdad que siente la primera vez a muchos les da miedo”, explica el monitor, de sólo 21 años. A pesar de este miedo inicial, el joven insiste en que la vela es una actividad segura "si sabes lo que haces". “Las personas que estamos allí, estamos formadas y transmitimos esta seguridad a los chavales. Cuando llevan 20 minutos navegando, lo que tiene miedo porque no sabe nadar ya se ha olvidado que está flotando en medio del mar y sólo se ríe cada vez que una ola lo moja de arriba abajo”, explica.

2.
Théry Schir

Cyclor del Alinghi

Théry Schir, cyclor de l’Alinghi

"A bordo del barco tenemos ciclistas"

Cuando era niño, Théry Schir (Lausana, 1993) salía a navegar en el lago Lemán con su padre, aficionado a la vela. "Me apunté a un club con barcos pequeños, pero mi pasión era el ciclismo" explica. Théry soñaba con llegar a los Juegos Olímpicos y lo hizo dos veces, como ciclista, en 2016 y 2020. Este año ha hecho feliz al padre, ya que forma parte de la tripulación del Alinghi Red Bull, uno de los seis barcos de la Copa América. “Dejé la vela cuando era un niño y ahora vuelvo. ¡Es como tener 14 años de nuevo!” dice.

¿Pero que hace un ciclista a bordo? En la edición de 2017, el equipo de Nueva Zelanda introdujo a los ciclistas, tripulantes que generan potencia para el barco pedaleando sobre bicicletas estáticas adaptadas. Su energía acciona un sistema hidráulico que controla diversas funciones, como el ajuste de las velas; unas tareas que antes se realizaban con los brazos.

Los equipos buscan ciclistas profesionales. “Todos tienen corredores que conozco del ciclismo. En realidad, no es distinto en términos de rendimiento físico. La diferencia es que aquí nos hacen ganar peso para tener más potencia y realizar un curso de seguridad por si el barco tumba. Como estamos dentro de unos compartimentos pedaleando, existe riesgo de quedar atrapado en caso de accidente, así que tenemos máscaras para respirar bajo el agua. ¡Nunca lo he utilizado!”, bromea.

3.
Jordi Esteve

Cocinero del Nectario

Jordi Esteve, cuiner del Nectari.

"Me pareció una idea divertida preparar menús para los yates"

Jordi Esteve (Barcelona, ​​1980) es el cocinero del Nectari, con una estrella Michelin, y el mundo náutico no le es ajeno. Él ya había trabajado en cruceros de lujo tanto en Barcelona como en Mallorca. Y es a raíz de esa proximidad que le ha salido la oportunidad de cocinar por los yates que irán llegando a la capital catalana para seguir la Copa América. “Cuando la gente viaja con barcos de lujo, algunos tienen chef privado, otros alquilan uno y otros necesitan catering. Entonces me pareció superchulo, una idea muy divertida, preparar menús para los yates”, explica el cocinero.

La operativa es la siguiente. Esteve ofrecerá dos tipos de menús: el Tradicional y la Evolución (145 y 165 euros por persona, respectivamente). Los entregará a los barcos por la mañana en cajas pensadas para guardar en la nevera. "Estos barcos tienen neveras muy grandes", explica. Y el personal de a bordo es quien se encargará de seguir las sencillas instrucciones de montaje de cada plato que van incluidas en la caja. Mínima intervención. Además, ofrecerá servicios extras, como vajilla –para quien no la tenga– u otras delicias como un jamón (y un cortador en su caso), quesos, sushi, ostras y una extensa carta de champagnes y cavas top , describe.

Para el menú Tradicional el cocinero ha diseñado una comida para lucir la gastronomía propia: una rusa “a la catalana”, torta de recapte, ventresca de atún con pimiento escalivado o minitortilla de patatas individual con pan con tomate. Quienes prefieran la Evolución, dentro de la caja encontrarán aceitunas verdes líquidas esferificadas, canelón de aguacate y tártaro de atún, pieles de bacalao con mayonesa de chorizo ​​o una deconstrucción de ensalada caprese (un cucurucho con espuma de burrata, polvo tomate y hojas de albahaca con caviar de aceite de oliva). En ambos casos el postre será el que ya sabe que triunfa en este tipo de barcos: un pastel de queso cremoso y mucha fruta cortada. La idea es que si la experiencia que Esteve inicia con la Copa América es buena, el servicio se pueda mantener activo una vez acabe.

4.
María del Pino Suárez

Presidenta de la Asociación de Vecinos la Ostia de la Barceloneta

María del Pino Suárez, presidenta de l’Associació de Veïns l’Òstia de la Barceloneta.

"Han visto que el barrio es una joya"

María del Pino Suárez lleva 43 años viviendo en el barrio de la Barceloneta. "Le he visto cambiar una barbaridad", dice. Es la presidenta de la Asociación de Vecinos de la Ostia, y, ahora que muchos comparan la acogida de la Copa América con la revolución que supuso que en el año 92 la ciudad acogiera los Juegos Olímpicos, recuerda cómo fue la transformación. “Todo el mundo me decía: «No entiendo que haces viviendo en la Barceloneta con su mala fama», y después de los Juegos todo cambió. Cuando sacaron los tinglados del paseo pensaba: «Han visto que el barrio es una joya», dice.

Tres décadas después, Suárez ve la Barceloneta más histórica como un poblado celta de los dibujos de Astérix: viven rodeados por romanos, es decir de turistas. De hecho, ahora teme que la Copa América sea un impulso para acabar haciendo que toda la Barceloneta sea un barrio turístico. "El precio de los alquileres no ha parado de subir y cada vez hay más pisos que son segundas residencias de extranjeros", afirma.

Ahora bien, y pese a no estar a favor de la competición como tal, Suárez admite que ha servido para “hacer mayor la resistencia vecinal” y para que los jóvenes se impliquen para conseguir que la Barceloneta siga siendo “de los sus vecinos”. También que la vela ha servido para que se vuelva a poner el foco y "se valore" la Barceloneta, si bien no tiene claro que su impacto final sea del todo positivo para una zona donde "todavía viven vecinos que tienen un sentimiento muy fuerte" de barrio”.

Dosier Barcelona a vela: la Copa América en la ciudad
Volver al índice
stats