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¿Cómo afecta a los niños el cambio horario?

Los niños pueden mostrarse más nerviosos, somnolientos e incluso irritables

Un reloj despertador y un niño durmiendo
ARA
26/03/2025
3 min
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BarcelonaLa noche del 29 al 30 de marzo, a las 2:00 h, se dará entrada al horario de verano; por tanto, el reloj deberá adelantarse una hora, hasta las 3.00. El nuevo horario hará que se alargue más el día y empiece a oscurecer más tarde, unos cambios que, si pueden afectar al estado de ánimo de los adultos, en el caso de los niños y niñas todavía afectan más.

¿Qué efectos tiene?

"El hecho de cambiar la hora puede cambiar el ritmo de todos", asegura el neurofisiólogo clínico y jefe de la unidad de trastornos del sueño del Hospital Sant Joan de Déu Òscar Ramon Sans Capdevila. De hecho, según Sans, es normal que durante los primeros días después de cambiar el horario los niños se sientan algo "fuera de fase", hasta el punto de notarse algo más nerviosos, somnolientos e incluso irritables o de mal humor. El propio neurofisiólogo deja claro a la escuela de salud del hospital que se tarda entre cinco y seis días en recuperarse de ese cambio horario.

¿Qué podemos hacer para mejorar esa transición?

Lo aconsejable es que unos días antes de que se haga el cambio de hora se avancen progresivamente las actividades rutinarias diarias entre 10 y 15 minutos al día para que la transición sea menos brusca. "En cuanto a la hora de acostarse y levantarse, es especialmente importante hacer esta adaptación los días previos. Así, si normalmente el niño suele acostarse a las 21 horas, puede ponerlo a dormir los días previos entre 10 y 15 minutos antes, así la primera noche los pondremos a dormir a las 8.00 horas. 15 y así hasta adaptarnos al nuevo horario. Debemos seguir con las mismas indicaciones a la hora de despertarlo", detalla el jefe de la unidad de trastorno del sueño. Por la mañana, además, es importante aumentar la exposición a la luz solar en su dormitorio y en casa. "Una manera de aumentar la exposición a la luz diurna es ir andando a la escuela oa la guardería para favorecer esta exposición a la luz de la mañana y estimular la producción de serotonina", ejemplifica Sans.

Según el experto, si la rutina lo permite, hacer una siesta durante las primeras horas de la tarde también puede ayudar a disminuir la sensación de cansancio durante el día. "Pero esta siesta no debe ser más larga de lo que es habitual en la guardería. Para niños mayores, los niños en horario escolar, la siesta no tendrá que superar los 30 minutos y sólo durante los primeros días de adaptación al cambio de hora".

¿Y si no se pueden seguir estas pautas?

Entonces, según Sans, el consejo para el sábado es enviarlos a la cama un poco más tarde y después recuperar algo de tiempo en los días siguientes para volver a los ritmos normales. "En poco tiempo, cinco o seis días, veremos que estarán acostumbrados al nuevo horario establecido y que ese nerviosismo o dificultad para dormirse desaparece del todo".

Y después del cambio horario, ¿qué?

Para no alterar el reloj biológico es clave que con el nuevo horario se baje las persianas, aunque fuera sea claro, una hora antes de acostarse para indicar al cerebro que es hora de reducir la actividad. Seguir una rutina relajante una hora antes de acostarse y no cambiar la hora de las comidas son otros consejos.

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