Andreu Dotti, cofundador de Innovamat: "Nadie daba un duro por mí; mi madre sí, la única"
El cofundador de Innovamat, a quien diagnosticaron dislexia y TDAH, recuerda que de pequeño "odiaba" ir a la escuela hasta que a finales de primaria la cosa cambió
![Andreu Dotti de pequeño](https://static1.ara.cat/clip/49e70307-5f80-4aad-8a40-b729d16f80aa_16-9-aspect-ratio_default_0_x389y578.jpg)
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Andreu Dotti Boada (Vacarisses, 1994) es el cofundador de Innovamat, una organización de didáctica de las matemáticas que actualmente da servicio a más de 21.500 docentes de 2.300 escuelas en 8 países.
Fue a la escuela Pau Casals, la pública del pueblo. "Odiaba ir a la escuela. Tenía mucha ansiedad. Cuando se acercaba el mes de septiembre no podía dormir por la noche. No aprendí a leer hasta segundo de primaria, cuando me diagnosticaron dislexia y TDAH. De pequeño cuesta mucho entender qué significa esto. Y yo automáticamente pensé que era tonto".
¿Y después de clase? "Más escuela, tutores, clases particulares para ayudarme". Pero un día cambió todo esto. "Hacia final de primaria me di cuenta de que no era tonto, sino que todos somos diferentes y que ciertas cosas me costaba más aprenderlas, pero otras no. Y que las que me costaban más, con esfuerzo y estrategia, también podía aprenderlas. Tuve mucho apoyo familiar".
¿Y las matemáticas? "Me gustaban, pero como las relacionaba con la escuela tampoco era un apasionado. Me apasionaba la construcción. Estaba todo el día construyendo cabañas en el árbol".
Su madre era psicopedagoga y su padre era emprendedor. "Mi padre murió cuando yo tenía 4 años y no le conocí, pero soy quien me parezco más a él. Recuerdo el sufrimiento de mi madre de quedarse sola con tres niños, pero también recuerdo positivamente todo el apoyo de entorno, de los tíos".
Su referente
Su abuelo era un referente. "Era albañil de pueblo. Tenía su propia constructora pequeña, pero construía las casas de inicio, las pensaba, las diseñaba y, claro, yo le veía tan apasionado... Mi sueño de pequeño era ser albañil. Era lo que a mí me gustaba, estar fuera de la escuela, en la calle, construir cosas".
Es el pequeño de tres hermanos. "El mayor tiene siete años más que yo y somos el día y la noche. Yo soy un nervio, impulsivo, y él es tranquilo, reflexivo, es ingeniero químico. La media me lleva tres años y es médico en el Hospital Clínic". Los tres son de ciencias. "Ellos eran muy buenos estudiantes. Nadie daba un duro por mí; mi madre sí, la única".
El deporte fue una ayuda. "Jugaba a fútbol. Me ayudó el hecho de formar parte de un equipo donde todos juntos tienen un objetivo competitivo para alcanzar. Empecé a ser entrenador con 15 años y es donde he aprendido las mayores lecciones para liderar personas. Mi primer proyecto emprendedor fue montar el campus de fútbol del pueblo".
Fue al instituto en Terrassa. "Fue un trauma. Los cambios los vivía fatal. Yo no podía ir de convivencias. Todo lo que era alejarme de mi entorno... Pero en tercero de la ESO podías elegir algunas especializaciones y eso me permitió tener más confort en el ámbito escolar. Y decidí realizar el bachillerato tecnológico".
Una idea que surge en la biblioteca
Estudió ingeniería civil en la UPC. "Innovamat surgió en la biblioteca. Hacía de profesor de mecánica de sólido rígido en una academia universitaria. Un compañero de clase, Isaac, hacía de profesor de matemáticas. Estudiando juntos los fines de semana, pensamos en ayudar también a alumnos de secundaria y bachillerato. Montamos una pequeña academia, BrainArt. Íbamos a escuelas a ofrecerles servicios de refuerzo y también una extraescolar de matemáticas, pero que pudieran entender, jugar. Nos inspiramos en el Museo de las Matemáticas de Cornellá.
La primera semilla. "Conociendo el sector educativo vimos que había un problema con las matemáticas. ¿Cuántos alumnos las odian y no las entienden? ¿Y cómo puedes ayudarles? La solución tampoco es hacerlo fuera de la escuela. Los niños ya pasan allí muchas horas. En 2016 fuimos a Boston gracias a la Richi Foundation y conocimos el sector emprendedor".
En 2017 se hace realidad. "Tuvimos la suerte de conocer a Laura Morera y a Cecilia Calvo, matemáticas, profesoras e investigadoras. Sin ellas no seríamos nadie y con ellas empezó Innovamat".