El terror sale del nicho
Una nueva hornada de escritoras y la entrada de grandes editoriales en el género hacen que cada vez haya menos estigma y más lectores
BarcelonaAsociar la literatura de terror con monstruos, sangre e hígado y sustos es lo habitual entre lectores y no lectores. Incluso dentro del sector editorial, este género ha estado muy vinculado a un tipo de historias que le han mantenido en los márgenes de la industria, marcado en buena parte por un estigma. Pero en los últimos años las cosas han empezado a cambiar. Una nueva hornada de escritoras (la mayoría son mujeres) ha irrumpido en el mercado literario con relatos y novelas inscritas en el género que han visto la luz bajo los sellos de editoriales de narrativa clásica y contemporánea y que han arrastrado a miles de lectores. El éxito de la saga Blackwater (Blackie Books), de Michael McDowell –que todavía colea entre los 10 más vendidos en Catalunya–, y los libros de Mariana Enríquez publicados por Anagrama son dos ejemplos recientes: el terror ha salido del nicho y está conquistando nuevos espacios, demostrando que se puede seducir al público con historias inquietantes, códigos propios del género y una alta calidad literaria.
"Siempre había concebido el terror como una cuestión muy de género, en la que era el tema principal del libro y la parte importante de la trama. Era bastante reticente y ahora he claudicado absolutamente", afirma la editora de L 'Otra, Eugenia Broggi. Los prejuicios se le esfumaron gracias a la estadounidense Shirley Jackson (1916-1965). "Las suyas son novelas de personajes profundísimas y con conflictos emocionales compartibles por muchos. Entendí que el género no condiciona ni la ambición literaria ni la calidad", explica Broggi. La incorporó al catálogo con La maldición de Hill House (2014), Siempre hemos vivido en el castillo (2016) y La lotería y otros cuentos, que acaban de publicar. "Para los lectores generalistas, Jackson era una desconocida flagrante. Muchos de ellos han tenido una revelación", explica Broggi, quien a lo largo de estos años ha ido reeditando los títulos y ha visto cómo, para mucha gente, eran una puerta de entrada al terror. Otra editorial que se ha sumado a esa tendencia es Viena. Dentro de la colección Club Victoria, en 2022 publicaron Drácula, de Bram Stoker (que acaban de reeditar) y el próximo lunes llegará a las librerías Frankenstein, de Mary Shelley.
Poder decir terror y que la gente no se asuste
"Estamos viviendo una normalización del terror. Tenemos más traducciones y más cultivo de este género por parte de las editoriales", subraya el escritor y comisario del Festival 42, Ricard Ruiz Garzón. Por eso este año el terror es uno de los tres grandes ejes de la programación del festival, que tendrá lugar del 6 al 10 de noviembre, y contará con grandes nombres del género como Mónica Ojeda, Lisa Tuttle, Attila Veres, Albert Sánchez Piñol, Elisenda Solsona y Catriona Ward. Según Ruiz Garzón, se ha logrado romper con el nicho en parte porque se está combatiendo el estigma. "Se han creado estrategias para disimular la etiqueta y llegar a públicos nuevos, pero el gran cambio cultural es poder decir terror y que la gente no se asuste. Estamos en un momento de transición", señala el escritor.
Para las editoriales especializadas, esta nueva competencia es bienvenida y celebrada. "Los prejuicios hacia el género van desapareciendo y hay más gente dispuesta a darle una oportunidad. Lo recibimos bien", dice Roser Vales, editora de Obscura, uno de los pocos sellos especializados en terror en catalán. En su catálogo hay títulos como ¿Qué mueve a los muertos de T. Kingfisher (que también será en el Festival 42) y Nos hemos vendido el alma de Grady Hendrix (2023). Su joya de la corona es una edición especial de El exorcista de William Peter Blatty, que publicaron en el 2021. "La buena acogida del libro fue la primera señal de que seguíamos el camino correcto", afirma Vales.
¿Cómo perdió prestigio el terror? Ramon Mas, editor de Males Herbes, recuerda que en los años 70 se vivió una época dorada con Stephen King, que acumulaba un pedazo considerable del mercado editorial. "Era un género muy popular, pero después se publicaron best-sellers de baja calidad que le hundieron", explica Mas, que también participa en el Festival 42. A diferencia de entonces, el renacimiento actual va ligado a "libros ambiciosos y con mucha profundidad literaria" que, según el editor, evitarán que vuelva a pasar lo mismo. Ellos editan una de las pocas escritoras catalanas insertada en el género, Elisenda Solsona. Satélites (2019) ya vimos que no sólo interesaba a los fans del terror", dice el editor. Solsona acaba de publicar Mamalía, una novela en la que el terror aparece, según Mas, "a través de escenas muy inquietantes y con una atmósfera propia del género".
La gasolina latinoamericana
Este nuevo despertar del género se explica, en gran parte, por la obra de numerosas escritoras de América Latina que han llegado a Europa con gran capacidad para seducir a lectores. La argentina Mariana Enríquez (Buenos Aires, 1973) es el máximo exponente, pero a su lado también hay nombres como la ecuatoriana Mónica Ojeda (Guayaquil, 1988), la cubana Elaine Vilar Madruga (La Habana, 1989) y la mexicana Fernanda Melchor (Veracruz, 1982). "Todas ellas han adoptado el género, pero han sabido encontrarle un elemento original y diferenciador", destaca el editor de Random House, Albert Puigdueta.
El continente ha visto cómo el terror proliferaba entre su literatura en parte por "el miedo a que se respira en estos países, y que son el resultado de la inestabilidad y la violencia actual o de las últimas décadas", explica Puigdueta, y también " porque no tienen tantos prejuicios con los géneros por lo general". Las escritoras, además, alimentan el género libro tras libro y esto ayuda a fidelizar a los lectores. Mónica Ojeda, por ejemplo, entró en la lista Bogotá 39, que agrupa a los autores jóvenes más prometedores del panorama literario latinoamericano, con La desfiguración Silva (2014), Nefando (Candaya, 2016) y Mandíbula (Candaya, 2018). Ahora ha publicado Chamanes eléctricos en la fiesta del sol (Random House), donde "ha sabido crear un mundo propio que se nutre del gótico y el terror y de las tradiciones milenarias de las culturas precolombinas de los Andes, y acercarlo a los jóvenes lectores", destaca Puigdueta.
El fenómeno juvenil
La literatura juvenil no ha escapado al crecimiento del terror. Uno de los últimos fenómenos es T. Kingfisher, seudónimo de la estadounidense Ursula Vernon (nacida en Japón en 1977) y otro de los nombres del Festival 42. En Cataluña la podemos leer gracias a Raig Verd, que ha traducido Guía mágica de autodefensa con galletas (2023), Ortiga y hueso (2024) y Iluminaciones (2024). Con el primer libro, Kingfisher ganó el premio Llibreter 2024 y se hizo un hueco entre los lectores jóvenes. "No hace un terror angustioso, sino que juega con los códigos del género e incorpora guiños a las historias. El suyo es un terror dentro de lo cotidiano", señala la editora de Raig Verd, Laura Huerga. Aunque también la leen adultos, Kingfisher tiene éxito sobre todo entre los adolescentes porque, según Huerga, "les trata como a personas inteligentes que buscan explicaciones a su alrededor y les hace copartícipes de la lectura". La escritora crea lectores del género que, más adelante, encontrarán en la literatura para adultos un campo literario cada vez más amplio y diverso por correr.
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Albert Sánchez Piñol: los relatos nos hacen personas
6 de noviembre a las 16 h en la Fabra i Coats.
El escritor de 'La piel fría' protagoniza la conversación inaugural del festival acompañado de Ricard Ruiz Garzón. Juntos hablarán de la literatura fantástica, de la mitología y de los dragones, que son uno de los ejes centrales de la programación de este año.
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Mónica Ojeda: perturbaciones a ritmo volcánico
6 de noviembre a las 18.30 h en la Fabra i Coats.
La escritora ecuatoriana presenta su última novela, 'Chamanes eléctricos en la fiesta del sol', en una conversación con Lucía Leandro. El libro sigue a dos chicas que se adentran en la cultura de las 'raves' de música electrónica en un futuro distópico, donde la gente joven intenta olvidar la violencia y la crisis climática a través de la música y la danza.
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Hablamos de Shirley Jackson: 'A Rather Haunted Life'
8 de noviembre a las 12.30 h en la Fabra i Coats.
El año pasado el Festival 42 comprobó el éxito de Shirley Jackson con la primera 'Shirley-con'. En esta ocasión vuelve con varias charlas, entre las que destaca esta conferencia con Bernice M. Murphy, Astrid Lozano y Javier Calvo que se adentrará en la vida de la escritora estadounidense.
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El laberinto de los orígenes: Solsona, Coch, Masó
9 de noviembre a las 10 h en la Fabra i Coats.
Elisenda Solsona, Roger Coch y Jordi Masó son tres nombres de referencia en el mundo de los géneros fantásticos en catalán. El 42 los une en una charla que servirá para seguir sus obras, buscar puntos en común, explorar los procesos creativos respectivos y celebrar la literatura de género en catalán.
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Ted Chiang: la ciencia ficción como forma de arte
9 de noviembre a las 11.30 h en la Fabra i Coats.
Ted Chiang es uno de los grandes referentes de la ciencia ficción internacional, y el autor de libros como 'Exhalación' y 'La historia de tu vida'. El escritor estará en el Festival 42 en una conversación con la periodista Karen Madrid Ribas. Chiang hablará del género y relatará su concepción poética y exigente de los géneros fantásticos.
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T. Kingfisher: magia, galletas, feminismo… y un Librero
9 de noviembre a las 17.15h en la Fabra i Coats
Una de las citas más esperadas es la conversación que ofrecerá T. Kingfisher (Úrsula Vernon) con la librera Júlia Baena. La escritora desvelará los secretos de su proceso de escritura, la creación de personajes y la importancia de la imaginación en su vida.