El gran asterisco del fútbol catalán
Seis de los doce principales clubs tienen propietarios extranjeros, una solución provocada por las deudas que no supieron resolver empresarios locales


Barcelona"Comunicado oficial: anuncio de venta del Terrassa FC. El precio del paquete accionarial completo se ha fijado en 1,75 millones". Este comunicado publicado por el Terrassa FC sirve para explicar la realidad de la mayor parte de clubes de fútbol profesionales y semiprofesionales de Catalunya: entidades históricas que en su momento estaban lideradas por empresarios locales, pero que en los últimos años se han visto abocadas, principalmente por motivos económicos, a una venta. Al rescate casi siempre han acudido propietarios extranjeros con capital suficiente para comprar, pero no siempre han tenido suficiente capacidad de gestión para reflotarlos y conducirlos a un nivel superior.
Lo que le ha ocurrido al conjunto egarense lo han vivido también en el Espanyol, el Girona, el Sabadell o el Sant Andreu, que también tienen un propietario extranjero. La llegada de inversores asiáticos, americanos y europeos es una tendencia creciente a escala global de la que el fútbol catalán no es una excepción: seis de los doce clubes que compiten en las cuatro principales categorías del fútbol español tienen como principal accionista a un inversor de otro país. Una solución forzada, provocada por las deudas que no supieron resolver los empresarios locales que estaban al frente. Las exigencias económicas para competir en un fútbol cada vez más caro les llevó a vender a inversores de origen muy diverso. ¿El resultado? Ya hay más empresarios asiáticos que catalanes al frente de los doce clubs principales.
Sólo cuatro, Barça, Europa, Cornellà y Olot, se mantienen en manos de sus socios. Los tres primeros son entidades deportivas sin ánimo de lucro, mientras que el conjunto de la Garrotxa estipuló, cuando se convirtió en una sociedad anónima deportiva (SAE), que ningún socio o empresa pudiera controlar más de un 10% de las acciones. Son la resistencia del fútbol catalán.
El Espanyol vivía una situación límite para la elevada deuda histórica que arrastraba antes de la llegada de Chen Yansheng. Rastar Group elevará este verano su participación en el club a más de 200 millones cuando capitalice un préstamo participativo de 42 millones. El Girona, por su parte, abandonó la tutela judicial y salió del concurso de acreedores apenas año y medio antes de la venta en el City Football Group. Ambos grupos sanearon las respectivas entidades, que saborearon Europa y sufrieron descensos durante su mandato.
Volver al fútbol profesional es el objetivo anhelado de las entidades de Primera y Segunda Federación. El Nàstic de Tarragona es el único de los doce clubs que cuenta con un empresario catalán a la cabeza, Josep Maria Andreu. El expresidente del conjunto grana es el principal accionista de un club, cuyo 40,5% se encuentra en manos de los socios, que tienen participaciones inferiores al 5%. Detrás de Andrés aparece el empresario sueco Fredrik Wester. El propietario del grupo Paradox Interactive ha invertido ya 7 millones para ayudar al club grana a escapar de una categoría deficitaria y volver a Segunda en un plazo de entre tres y cinco años. Escogió al Nàstic porque lo consideraba "un equipo modélico, con liderazgo, prestigio e historia". El suyo es un caso atípico, ya que en distintas ocasiones ha reiterado que no aspira a la mayoría accionarial.
Europa lidera el grupo 3 de Segunda Federación. Detrás suyo está el Sant Andreu, que tiene en Taito Suzuki, propietario de Taica Corporation, como máximo accionista. El multimillonario japonés compró el club tres meses después de convertirse en su principal patrocinador. "Nuestra ambición es subir a las categorías profesionales, pero todo esto lleva un proceso y no nos ponemos fechas. La entidad de barrio seguirá siendo muy importante", explicó en su presentación.
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En 2021 aterrizó en Terrassa el empresario griego Constantinos Tsakiris. El expresidente del Panionios FC y propietario de la empresa de barcos Paradise Navigation ha ido realizando diferentes aportaciones, por valor de entre 1,2 y 2 millones, para secar las pérdidas y reforzar la plantilla, que busca volver a la categoría de bronce quince años después. La entidad llegó a refundarse por la situación financiera crítica que sufrió con el descenso en Tercera del 2010. Los resultados irregulares, que han alejado al equipo del play-off de ascenso, junto a la impaciencia de parte de la afición, han provocado que los accionistas quieran vender el club.
También en el Vallès Occidental, el Sabadell estrenó propiedad el pasado verano, tras caer en la Segunda Federación. El estadounidense Adam Rosthein, cofundador de Disruptive Technologies Partners, llegó a la Creu Alta, donde en la última década han visto pasar a un propietario japonés, Keisuke Sakamoto, y otro catalán, Esteve Calzada, ahora CEO del Al-Hilal. El plan de Rosthein implica buscar nuevas vías de financiación, como conciertos, que aporten ingresos y aseguren un crecimiento estable y sostenible: "Queremos crear un círculo virtuoso que nos permita promocionar el club y que haya más gente que nos siga".
Más delicado es el presente del CF Badalona Futuro, que ocupa posiciones de descenso. Desde enero, el propietario es Sedrak Petrosyan, empresario de origen armenio que ha adquirido el club por un euro a cambio de asumir una deuda de 600.000 euros. El fundador de Petrosyan Group tiene inversiones en diferentes sectores y es el promotor de un complejo urbanístico, Barcelona District, en New Tashkent, una nueva ciudad que se desarrollará en Uzbekistán. ¿Su objetivo? "Consolidar e impulsar el club a metas ambiciosas con el apoyo y la colaboración del Ayuntamiento de Premià de Dalt y del CE Premià de Dalt".
El Lleida CF resucitó gracias a Luis Pereira, exfutbolista gallego que había llegado a jugar en Primera con el Celta y que hizo fortuna como empresario en Suiza. Pereira, que también tiene una agencia de representación de jugadores, evitó la desaparición del club, que arrastraba grandes deudas. Más abajo, en la Tercera Catalana, compite el Inter Barcelona, club creado en 2023 por Xuandong Ren, empresario chino que hasta 2021 era CEO del Birmingham City, y que creó este club después de estudiar la compra de diferentes entidades semiprofesionales. Ha empezado desde la categoría más baja, pero ansía llegar algún día al fútbol profesional. "No digo que repliquemos lo que ha conseguido el Luton Town inglés –pasó de Quinta División en la Premier–, pero lo intentaremos. Debe ser una aspiración para nosotros llegar lo más arriba posible", explicó hace unos años al ARA. De Ren a Yansheng, pasando por Suzuki, Tsakiris o Rothstein: son los nuevos propietarios del fútbol catalán.