Italia da ayudas directas para rebajar la inflación récord
El país transalpino compra más productos a Rusia de los que exporta
RomaHasta el mes de febrero, todas las previsiones económicas apuntaban que Italia, igual que otros muchos países europeos, estaba en condiciones de dejar atrás dos años de pandemia y reactivar su dañada economía. Sin embargo, la invasión rusa de Ucrania ha cambiado radicalmente las perspectivas económicas del país transalpino.
El último informe de la patronal italiana Confindustria prevé un crecimiento del PIB del 1,9% en 2022, menos de la mitad respecto de las previsiones publicadas en octubre. El conflicto ha disparado las facturas energéticas de ciudadanos y empresas. Los expertos calculan que la subida de los precios del petróleo, el gas y el carbón provocará un aumento de la factura energética superior a los 68.000 millones al año, 27.000 millones de los cuales pagará únicamente la industria manufacturera. Un sector donde Italia es líder en Europa, solo detrás de Alemania, y que supone alrededor del 18% del PIB. Otro de los sectores más afectados es el metalúrgico, donde la incidencia de los costes de la energía sobre los costes totales de producción podría llegar al 23% a finales de este año, según algunos cálculos.
Pero es en el mercado de gas donde se juega la gran partida. Este miércoles la firma gasista rusa Gazprom anunció una reducción del 15% del suministro de gas en Italia y un día después redujo un 35% el suministro de metano en el país transalpino. Lo peor llegó este viernes, cuando Moscú solo proporcionó la mitad de lo que había pedido Roma, según confirmó la compañía energética italiana Eni en un comunicado: “Ante una solicitud de 63 millones de metros cúbicos, Gazprom ha anunciado que suministrará solo el 50% de lo solicitado”.
De momento, Italia no puede prescindir del gas ruso, que equivale al 38% de todo el gas que consume, aunque ya está estudiando un plan para ser completamente autónoma a partir de 2024, según avanzó el ministro de Transición Ecológica.
La decisión de Moscú de cerrar el grifo en el país transalpino llega después de que Gazprom comunicara una reducción del 40% en el suministro de gas en Alemania a través del gasoducto Nord Stream por razones técnicas, según justificó la compañía. Un eufemismo detrás del cual se esconde una advertencia nada velada del Kremlin a los países considerados hostiles por su apoyo a Kiev. Una lista a la cual se ha unido recientemente Italia, socio estratégico de Rusia en el sur de Europa hasta hace unos meses, con quienes las relaciones no se han enfriado completamente.
Más importaciones rusas
De los datos publicados por el Instituto de Estadística Italiano (Istat, por las siglas en italiano) emerge una gran paradoja: Italia compra ahora más a Rusia de lo que vende. En concreto, el abril pasado, Roma redujo a la mitad las exportaciones a Moscú, mientras que duplicó las importaciones respecto del mismo mes del año anterior.
Aun así, la guerra y las sanciones pesan gravemente en la economía italiana. La inflación llegó al 6,8% anual, una cifra que no se lograba desde marzo de 1986, mientras que los salarios son más bajos que hace 30 años, como se desprende de un reciente análisis de la fundación Openpolis basada en los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Para intentar frenar la sangría en los ahorros de las familias por la escalada de los precios, el Gobierno de Mario Draghi aprobó un paquete de 14.000 millones de euros con el que financiará ayudas directas de hasta 200 euros dirigidas a trabajadores y jubilados los ingresos de los cuales no superen los 35.000 euros anuales.