Alemania

El coste energético y la desaceleración china frenan la economía alemana

La tasa de inflación del país se encuentra en su nivel más alto desde hace casi 50 años

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Un trabajador en bicicleta en una refinería a Lena, Alemania.
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DormuntLa economía alemana teme recuperarse peor de lo que se preveía hasta ahora. Al menos tiene que encajar contratiempos de mucho peso. La guerra en Ucrania, la inflación y el cierre en China frenan de forma clara la velocidad de la locomotora europea. 

Diversos centros de estudios económicos han rebajado esta semana las perspectivas de recuperación para el país. El Instituto de Investigación Económica, con sede en Múnich, apunta a un crecimiento del PIB del 2,5% en 2022, cuando en marzo situaba este pronóstico en el 3,1%. El Instituto Económico de Rin del Norte-Westfalia ha reducido su pronóstico del 2,5% al 1,9%. Y el Instituto de Economía Mundial, con sede en Kiel, en el norte del país, mantiene su previsión hecha en marzo del 2,1%, pero rebaja la expectativa de crecimiento para 2023 del 3,5 al 3,3%.

El ataque ruso en Ucrania y el confinamiento por el coronavirus en China –el socio comercial más importante de Alemania– se consideran los riesgos más grandes para la coyuntura económica del país. Estos acontecimientos contribuyen al hecho de que los precios en el consumo puedan subir este año más que nunca desde la reunificación de Alemania. Es probable que las mercancías y los servicios aumenten de precio una media del 7,4%, según prevé el Instituto de Economía Mundial, que en marzo presentaba la cifra del 5,8%.

La inflación, disparada

“La pérdida de poder adquisitivo de los hogares, asociada a los altos precios, se ha reflejado en el descenso del consumo de productos a principios de año”, afirma el economista del Instituto de Investigación Económica, Timo Wollmershäuser. La economista asesora del Gobierno alemán Monika Grimm coincide en que el problema de la inflación lastra mucho las ganas de comprar y no tiene fácil solución a corto plazo. “Los precios de la energía siguen altos, los alimentos son escasos porque Rusia y Ucrania exportan menos. Creo que esta dinámica seguirá extendiéndose”, apunta. 

El fuerte aumento de los precios de la energía y la alimentación han comportado esta semana el anuncio de que la tasa de inflación en Alemania está a su nivel más alto en casi 50 años. En mayo, los precios en el consumo fueron un 7,9% más altos que en el mismo mes del año anterior, según los cálculos de la Oficina Federal de Estadística. Esto significa que la tasa de inflación se mantuvo por encima de la marca del 7% por tercero más consecutivo. Una tasa similar se dio por última vez el invierno del curso 1973-1974, con la crisis del petróleo.

Durante el mes pasado, los precios de la energía subieron en Alemania un 38,3% respecto a hace un año y también tuvieron que rascarse más los bolsillos para comprar alimentos (11% más caros que en mayo de 2021).

Mientras la recuperación del consumo privado se retarda, la industria alemana también sufre porque la rápida subida de precios coincide con las interrupciones de la cadena de suministros provocadas por los cierres en China. Con esto, este año se espera que el déficit sea del 1,4% del PIB y del 0,9% en 2023. También se prevé que el paro baje de la tasa del 5,7% de 2021 al 5,1%.

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