El Banco de España anticipa un impacto estructural "reducido" de la reforma fiscal
Medidas como la rebaja para pymes compensarían los ingresos de otros ajustes como la equiparación del diesel con la gasolina
MadridDe más a menos. Éste es el impacto que tendrá, por ahora, la reforma fiscal del gobierno español aprobada en el Congreso de los Diputados en cuanto al aumento de los recursos. Aunque el paquete fiscal todavía puede recibir algunas modificaciones, su impacto en las arcas públicas será decreciente de 2025 a 2027, según cálculos del Banco de España.
En concreto, el organismo supervisor estima que la reforma supondrá un incremento de los recursos públicos (ingresos) del 0,3% del PIB en 2025, es decir, de unos 4.500 millones de euros, pero avisa de que la cifra "se irá reduciendo los años posteriores a consecuencia del carácter temporal de algunas medidas, y por el efecto contrario [otras medidas] sobre los ingresos públicos". Es decir, por el efecto de las rebajas impositivas que también incluye la reforma, empezando por la rebaja del impuesto de sociedades que afecta a las micro, pequeñas y medianas empresas y que el PSOE acordó con Junts. Así, el Banco de España estima que en los años 2026 y 2027 la reforma fiscal sólo supondría un aumento de los recursos públicos del 0,2% del PIB (unos 3.000 millones de euros al año), tal y como se desprende en el informe de proyecciones macroeconómicas publicado este martes.
El organismo monetario apunta que hay que tener en cuenta que la reforma está por pasar el trámite del Senado (lo hará hoy miércoles), donde en principio la mayoría del PP permitirá introducir cambios. Sin embargo, estos posibles cambios tendrán que volver a ser validados en el Congreso de los Diputados, donde el bloque de investidura puede tumbarlos. Además, el ejecutivo de Pedro Sánchez tiene la intención de aprobar la equiparación del diesel con la gasolina, lo que supone unos 1.000 millones de euros adicionales y que cayó durante la tramitación. También se ha comprometido con los socios parlamentarios de izquierdas a mantener durante un año más el impuesto extraordinario en el sector energético. El Banco de España sí prevé en sus estimaciones que este tributo estará en vigor en 2025, aunque anticipa ya una "recaudación significativamente menor" teniendo en cuenta las deducciones por descarbonización que ha anunciado el gobierno.
Sea como fuere, fuentes del organismo supervisor constatan un impacto estructural "reducido" del paquete fiscal. A ojos del ente, un ejemplo muy claro de esta limitación es que a pesar de aprobarse la equiparación entre los hidrocarburos, el impacto de la rebaja en Sociedades para pymes y su total aplicación en 2029 podría compensar "completamente" los recursos de la primera medida fiscal.
Temporalidad de las medidas
De entre las medidas temporales, el Banco de España destaca el impuesto extraordinario a la banca, que por ahora sólo se prevé que esté en vigor hasta 2027, o la prórroga del límite del 50% en lo que se refiere a las deducciones por las pérdidas de las filiales que las empresas pueden aplicar sobre el impuesto de sociedades. Asimismo, el Banco de España también pone la lupa en aquellos desembolsos vinculados a sentencias judiciales que tumbaron algunas medidas fiscales del pasado.
El conjunto de la reforma es clave para recibir el próximo pago de los fondos europeos, que el gobierno español tiene intención de pedir antes de que acabe el año. Pero también es clave para cumplir con las proyecciones fiscales del gobierno español ante Bruselas, es decir, con el compromiso de gasto, deuda, pero sobre todo déficit que el ejecutivo de Pedro Sánchez ha puesto negro sobre blanco en el Plan Fiscal estructural de medio plazo.
En este sentido, el Banco de España calcula que si el gobierno español quiere cumplir con el crecimiento del gasto primario neto que ha estimado (un 3,5% de media hasta 2027), tendrá que hacer ajustes. El organismo defiende que el gasto va a crecer mucho más que lo que el ejecutivo español le ha prometido a Bruselas para cumplir con las reglas fiscales. Para cumplir su estimación, la institución apunta a un ajuste anual de un 0,2% del PIB (3.000 millones de euros). Ahora bien, deja la puerta abierta a cómo podría llevarse a cabo. En este caso, pone sobre la mesa la posibilidad de más medidas que engorden los ingresos, de gastar menos, como ocurrió durante la crisis financiera, o de reajustar partidas presupuestarias. Sin embargo, en todos los escenarios habría un impacto sobre el crecimiento económico.