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Macroeconomía

La economía china crece un 5%, el menor ritmo de las últimas tres décadas

La flexibilización fiscal y el despliegue de una campaña de incentivos al consumo han ayudado a reactivar el PIB

Imagen de Pekín.
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PekínEl gobierno chino cumple rigurosamente el objetivo anual de crecimiento económico y confirma de forma oficial que el PIB ha aumentado en un 5% en 2024. Aunque la segunda economía del mundo logra alcanzar su meta, no se puede olvidar que es la menor tasa de las últimas tres décadas y que está por debajo del 5,2% registrado en 2023. Las intensas medidas de estímulo de Pekín han dado sus frutos en el último trimestre y han registrado un repunte del PIB de hasta el 5,4% respecto al mismo período del año anterior. Esta cifra ha compensado la ralentización de los tres trimestres anteriores. Según las cifras de la Oficina Nacional de Estadística, en 2024 la economía china alcanzó los 17,8 billones de euros.

La flexibilización fiscal y el despliegue de una campaña de incentivos al consumo, subvencionando parte de las compras —por ejemplo, de electrodomésticos—, han activado la economía. El buen comportamiento de las exportaciones, que han crecido un 7,1% interanual, también han ayudado a consolidar el crecimiento. Pero el dato debe interpretarse con prudencia, ya que la amenaza del presidente electo estadounidense, Donald Trump, de subir los aranceles ha provocado que muchos exportadores avancen las entregas para esquivarlos.

Pese al optimismo que expresan las autoridades chinas y la esperanza de que las medidas de estímulo se sigan notando en el 2025, el gobierno también ha advertido de los efectos adversos de la difícil coyuntura internacional. El gigante asiático tendrá que hacer frente a las amenazas de Trump ya una escalera de la guerra comercial. Pero sobre todo debe resolver problemas estructurales de su economía, como sanear el sistema bancario, estimular el consumo interno y recomponer al sector inmobiliario.

La debilidad del consumo es palpable en las calles de la capital, donde se ven tiendas cerradas y centros comerciales funcionando a medio gas. Los consumidores se muestran cautelosos y abunda la sensación de pesimismo. Las tiendas y sobre todo las plataformas de ventas online están llenas de mensajes de ofertas. La falta de confianza en la economía en una sociedad que no tiene una red pública de asistencia social desarrollada conduce a la gente a ahorrar por miedo a los imprevistos.

Control en el sector inmobiliario

Pekín también necesita estabilizar el sector inmobiliario, que antes aportaba en torno a un 25% al ​​PIB. Aunque se ha logrado frenar la caída de precios de la vivienda, ésta sigue depreciándose. El gobierno chino ha eliminado restricciones a la compra de segundas y terceras residencias al tiempo que ha pedido a los bancos que faciliten las hipotecas. También ha aprobado líneas de crédito a través de las entidades bancarias para financiar inmobiliarias que tienen proyectos vendidos sobre plano. Éste es un problema que puede generar mucho descontento social y preocupa al ejecutivo. La vivienda fue hasta hace unos años uno de los principales canales de inversión para los chinos.

Pero el sector está lejos de estabilizarse: un ejemplo es el caso de Vanke, la segunda mayor promotora de China. Sus acciones han caído un 7,8% frente a la posible "desaparición" de su consejero delegado, un eufemismo por decir que está detenido bajo investigación. La inmobiliaria debe hacer frente en 2025 a un vencimiento de deuda que posiblemente no podrá pagar y el gobierno estaría estudiando una reestructuración. Ya ocurrió con Evergrande y Country Garden, las principales promotoras del país.

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