Territorio

Exploradores de mamíferos: "Cuando empiezas a investigar, descubres cosas muy fuertes"

Por primera vez se dispondrá de un atlas de mamíferos grandes y pequeños de Cataluña elaborado con ayuda de voluntarios

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Imagen de un ciervo captada con una de las cámaras del proyecto.

BarcelonaNuestro entorno natural todavía tiene secretos por revelarnos. Respecto a los mamíferos, se dispone de un buen conocimiento de los grandes y medios que habitan en Cataluña, pero no tanto de los pequeños, como ratones, musarañas, topillos y murciélagos. Que se lo digan a la barcelonesa Jaroa López, que recientemente ha terminado la carrera de biología pero hace tiempo que cultiva el interés por hacer seguimiento de la fauna que nos rodea. Desde hace 10 años tiene afición por la ornitología, en la naturaleza se siente como en casa y en los últimos dos años se ha paseado por Les Garrigues como nunca lo había hecho todavía. Su objetivo: descubrir los mamíferos que viven en él y, aunque es una tierra que conoce bien porque desde pequeña ha pasado los fines de semana, la experiencia le ha brindado notables sorpresas.

En una sola noche de seguimiento acústico de los murciélagos, detectó ocho especies diferentes. "Pensaba que sólo había uno de los más comunes", confiesa, haciendo referencia a la pipistrella común. También prestó atención a una pequeña laguna de riego de los campesinos, en una comarca marcada por los cultivos de secano, como el olivo, el almendro o el viñedo. Muchos mamíferos van a beber e incluso nidifican pájaros, como las piernas largas y la garza real. "De los pequeños rincones que tenemos alrededor no nos damos cuenta y, cuando empiezas a investigar, descubres cosas muy fuertes". Tales como esta: "En medio del sequíal hay una balsa con vida, donde están criando los pájaros y que está a 15 minutos del pueblo donde estoy todos los fines de semana".

Aún tuvo otra sorpresa. "A la hora de poner la cámara de trampeo, detecté a una hembra de corzo con una cría –relata, lo que le ha proporcionado una gran satisfacción personal–. Emociona porque sabía que había corzos en la zona, pero nunca había encontrado huellas de cría y nunca había visto ninguna por ahí". Todos estos descubrimientos –hechos entre Castelldans, Cervià de les Garrigues y la Pobla de Cérvoles– no se les queda sólo para sí misma. Son fruto de su participación en la elaboración del primer Atlas de Mamíferos de Cataluña, para lo que resulta esencial la labor de voluntarios como la Jaroa, que ha tomado parte en 2022 y 2023. El afán de esta iniciativa, pilotada por el Observatorio del Patrimonio Natural y la Biodiversidad impulsado por la Generalitat, es tener un conocimiento exhaustivo de los mamíferos, con especial atención a los más pequeños, que son los menos estudiados.

Imagen capturada con el fototrampeo de un zorro de noche.
Imagen capturada con el fototrampeo de un corzo.
Imagen capturada con el fototrampeo de un zorro de noche.

Según la bióloga Maria Mas, que coordina el atlas, hasta ahora los libros se habían basado en "datos bibliográficos antiguos" para realizar la distribución de los mamíferos o se habían centrado sobre todo en los grandes y medios, que son "los más fáciles de detectar". Por eso, desde 2022, decenas de voluntarios están peinando Catalunya con el objetivo de obtener un muestreo sólido sobre la presencia de estos animales en todo el territorio. Se emplea una metodología estandarizada, lo que debe favorecer la elaboración futura de nuevos atlas que muestren la evolución de los mamíferos y ayuden en su gestión. Se prevé terminar la labor de los voluntarios de esta primera edición este 2024 –a menos que se decida extenderla un tiempo más por si quedan algunos lugares por explorar– y, una vez analizados los datos, culminará con la publicación del atlas con mapas de la distribución de los mamíferos salvajes de Cataluña.

Para el atlas se ha dividido Cataluña en 386 cuadrados de 10x10 km² (basándose en el sistema de coordenadas UTM) y, dentro de cada uno, se peinan tres hábitats de 1 km² –uno forestal, uno abierto (como prados) y uno de ribera– con cuatro métodos: salidas a pie para identificar rastros, fotografiar heces y, si se observan ejemplares, anotarlos; cámaras de fototrampeo con sensores de movimiento para captar mamíferos medios y grandes; trampas para obtener muestras de pelo con un método no invasivo –tubos de PVP con un señuelo (como mantequilla de maní) para que los atraviesen pequeños mamíferos y quede pelo pegado en un velcro–, y detectores de ultrasonidos –AudioMoth– para realizar el seguimiento nocturno de los murciélagos, que siguen siendo "muy desconocidos", recuerda Mas, que es experta. En lugares concurridos por las personas –se muestrea incluso en Barcelona ciudad– hay que ser hábil para camuflar todo este material para que nadie lo encuentre y tenga la tentación de trastear con él.

Trabajo de campo de Jaroa López para fotografiar pisadas y recoger muestras.
DST05513
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La sequía no lo pone fácil

Cada voluntario puede hacerse cargo de un cuadrado entero o tan sólo colaborar con él. De entrada cada uno sólo se peina uno de los años de la exploración sobre el terreno que desembocará en el atlas, pero existen circunstancias que pueden obligar a devolver al siguiente. La ingente sequía se está haciendo notar especialmente entre los mamíferos pequeños, que quizás salen menos de lo habitual de la madriguera, y los muestreos suelen hacerse en los meses de más calor, en los que cada vez es más habitual el activación del Plan Alfa por peligro de incendios forestales con restricciones de actividades en el medio natural. Además, "las zonas más despobladas siempre cuestan más de cubrir", afirma Mas, como la llanura de Lleida y el interior de Tarragona.

Los voluntarios realizan una formación previa y reciben al menos parte del material, pero muchos ya están acostumbrados a realizar seguimientos de fauna y los tienen propio, como cámaras de fototrampeo. Estar en contacto con la naturaleza, aprender sobre los mamíferos y profundizar sobre el entorno más cercano son algunas de las principales motivaciones para participar en el atlas. Jaroa López se apuntó sin pensárselo: "El hecho de estar en la naturaleza me carga las pilas, la siento parte de mí y cuando estoy me siento en mi sitio". David Manzanera es un técnico de conservación del medio natural y tomó parte en el atlas en 2022 como voluntario en Alinyà (Alt Urgell). "Es un trabajo, pero es divertido, contribuyes al atlas y haces una introspección más profunda sobre el territorio y las especies que viven", subraya.

Imágenes capturadas con el fototrampeo de unos jabalíes, el mamífero más detectado.

En su caso, le ha servido para corroborar la distribución del gato hacer y empezar a estudiar los murciélagos, con algún handicap propio de trabajar en la naturaleza, como cuando una riada se llevó algunos de los tubos que había colocado para tomar muestras de pelo. En el muestreo de este año, participará por primera vez como voluntario Enric Canut Font, también en el Alt Urgell, entre la Seu y la frontera con Andorra. Desde pequeño le gusta "estar cerca de los animales", ha colaborado con otras iniciativas similares –como los atlas de pájaros de Catalunya– y valora que pueden servir para planificar el territorio. De los mamíferos considera que son "un grupo que interesa a la gente, pero son bastante esquivos y cuestan bastante de ver".

Por qué se recurre a voluntarios

El atlas es una experiencia de ciencia ciudadana en la que entre 2022 y 2023 han participado 199 voluntarios y un centenar más de colaboradores. Este año se espera que serán un centenar de voluntarios más los colaboradores. Según Mas, sería "impagable" realizar el atlas sólo con profesionales por todo el esfuerzo que implica. Además, contar con los voluntarios también tiene sus ventajas: parten de tener interés naturalista, eligen el territorio a muestrearlo –lo conocen, lo que aumenta las posibilidades de detectar mamíferos– y, con proyectos como éste, “acaban amando y protegiendo su territorio", resalta Mas.

Las especies de mamíferos detectadas hasta ahora en más cuadrados “son las más fáciles de ver”, detalla Mas, y por orden son el jabalí, el zorro, el corzo, la ardilla, el tejón, la garduña, la gineta, el conejo y la liebre europea. La siguiente en la lista es la nutria, cuya distribución va en aumento. También aparecen invasoras, como el coipú. De las más sensibles prefieren no difundirlo hasta la publicación del atlas.

Les espècies més detectades
Rànquing d'espècies detectades, segons l'extensió, en els 386 quadrats de 10x10 km² en els quals s'ha dividit Catalunya
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