La presión de la derecha en la UE ya surte efecto: Bruselas aplaza la gran ley de deforestación
La medida pretende prohibir la importación de productos de todo el mundo que contribuyen a la destrucción forestal, como el café, el cacao o el aceite de palma
BruselasLa derecha y la extrema derecha hace tiempo que han convertido la lucha contra el cambio climático de la Comisión Europea de Ursula von der Leyen con uno de sus principales caballos de batalla. Y tras los buenos resultados en las pasadas elecciones en la Eurocámara, se han visto en corazón de redoblar la presión contra las iniciativas ecologistas que impulsa la Unión Europea y ya han obtenido su primera victoria: Bruselas ha cedido y propuesto este miércoles de aplazar la ley pionera para evitar una deforestación a nivel mundial.
Esta normativa, que debía entrar en vigor a principios del próximo año, pretende garantizar que las importaciones de algunas materias primas de la UE no contribuyan aún más a la degradación forestal de todas partes. Algunos de los productos más afectados son el café, el caucho, el aceite de palma, la madera o, entre otros, el cacao. De hecho, según datos de la propia Comisión Europea, entre 1990 y 2020 el bloque comunitario provocó que se perdieran cerca de 420 millones de hectáreas de bosque, una superficie mayor que todo el territorio de la UE. Uno de los bosques más afectados es el Amazonas.
Sin embargo, patronales europeas que representan a empresas afectadas, como la de los supermercados o de la producción de café, han puesto el grito en el cielo por la ley comunitaria. Alemania, que es el mayor país e influyente de la UE, la derecha y la extrema derecha también se han puesto del lado de las patronales. Así, finalmente, la Comisión Europea ha cedido a la presión y ha planteado retrasar la entrada en vigor de la ley hasta al menos principios de 2026 en el Consejo de la UE —donde están representados los estados miembros— y en el Parlamento Europeo, que durante los próximos días tendrán que ratificar o tumbar esta propuesta.
Cabe recordar que la Eurocámara ya dio el visto bueno en esta normativa, que es pionera en la lucha contra el cambio climático y una de las más destacadas de la pasada legislatura europea. Sin embargo, después de los comicios del pasado junio, la derecha y la extrema derecha han incrementado sustancialmente su representación. De hecho, es el Parlamento Europeo más derechizado de la historia y, por tanto, lo más probable es que acabe apoyando el aplazamiento de la ley contra la deforestación.
Lo mismo ocurre en el Consejo de la UE. Actualmente, la gran mayoría de gobiernos estatales son conservadores o de extrema derecha. Es decir, por lo general contrario a todo tipo de iniciativas ecologistas. Y en cuanto a esta normativa en concreto, también hay que sumar a Alemania, que apoya a las patronales afectadas a pesar de ser gobernada por una coalición de socialdemócratas, verdes y liberales.
El propio ejecutivo comunitario ha emitido un comunicado admitiendo las presiones, pero asegura que "la propuesta de aplazamiento no pone en cuestión los objetivos o la sustancia de la ley". Bruselas defiende que es más bien al contrario y asegura que "fortalece" su "apoyo" al despliegue de la ley de deforestación y, por este motivo, da más margen de tiempo a las empresas a adaptarse, todo ello y que llevan meses advertidas.