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Israel busca seguir en el sur del Líbano cuando expire la tregua

Los incumplimientos del alto el fuego, como la represión de una marcha pro Hezbollah, complican la resolución del conflicto

Manifestación en Beirut en el 20 aniversario de la muerte del exprimer ministro libanés Rafik Al-Hariri, el 14 de febrero del 2025.
17/02/2025
3 min
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BeirutEl ejército israelí no cumplió la fecha límite para retirar a sus tropas del sur del Líbano tras el fin de el alto el fuego de sesenta días, que terminó el 27 de enero. Ahora, crece la incertidumbre sobre si se mantendrán en la zona más allá del nuevo plazo fijado para este martes, 18 de febrero. Esta posibilidad aumenta la tensión en una región que ya es inestable, y pone en riesgo la seguridad de una frontera donde los intereses de distintos actores, tanto locales como internacionales, son difíciles de alinear.

A medida que se acerca la fecha clave, crece la preocupación y la incertidumbre de si Israel cumplirá con una retirada total del sur de Líbano. El gobierno de Netanyahu pidió a Estados Unidos permiso para mantener tropas en puntos estratégicos de la frontera, pero Washington no ha dado luz verde a la solicitud. Parece que EEUU cree que el ejército libanés está suficientemente desplegado y que su reposicionamiento completo en la frontera debe hacerse antes de la fecha límite. Sin embargo, hay informes que indican que Israel no planea retirarse de entre cinco y siete puestos clave en el sur del Líbano después del día 18, argumentando que su presencia es necesaria para proteger la frontera norte.

Mientras tanto, la misión de paz de la ONU en la región (FINUL) ha informado sobre la construcción de lo que califican de "bases de operaciones avanzadas semipermanentes" en colinas cercanas a la Línea Azul, la frontera definida por Naciones Unidas. Esto alimenta las sospechas de que Israel no tiene intención de irse a corto plazo, lo que podría empeorar las ya tensas relaciones entre ambos países. Su justificación por quedarse es que las Fuerzas Armadas Libanesas no han logrado desarmar a Hezbollah ni desplegarse completamente en la zona, lo que, según Tel-Aviv, representa un riesgo directo para su seguridad.

En respuesta, el gobierno libanés sostiene que no puede completar el despliegue de sus fuerzas hasta que Israel se retire completamente. Sin embargo, el ejército libanés ha aumentado su presencia en el sur del río Litani, un área clave situada a entre tres y veintiocho kilómetros de la Línea Azul. La ONU ha reconocido este esfuerzo como una señal de compromiso por parte de Líbano para asumir el control de la región y limitar la influencia de Hezbollah.

El ejército libanés le ha quitado a Hezbollah el control de algunas instalaciones

Uno de los movimientos más importantes en esta transición ha sido la toma de control por parte de las fuerzas armadas libanesas de diversas instalaciones que antes estaban en manos de Hezbollah, incluida su red de túneles. Con ello, el gobierno libanés busca reforzar su autoridad en una zona que durante años ha estado bajo la influencia de la milicia chií.

Pese a la tregua, Israel ha seguido atacando infraestructuras de Hezbollah y incautando armas a lo largo de la frontera. También ha destruido cientos de viviendas, carreteras, lugares de culto y redes eléctricas y de agua. Para mucha gente en Líbano, estos ataques no son sólo operaciones militares, sino parte de una estrategia para volver inhabitable la región y evitar el retorno de sus habitantes.

Sin embargo, el 27 de enero miles de libaneses desafiaron las advertencias israelíes y regresaron a sus aldeas fronterizas. Más allá del deseo de volver, la movilización también tuvo un tono simbólico y organizado, con los participantes llevando banderas de Hezbollah y retratos de combatientes fallecidos durante el conflicto reciente. Esto demuestra que la vuelta de los desplazados no es sólo una cuestión humanitaria, sino también política.

El coste humano de esta marcha reivindicativa fue alto. Ese mismo día, al menos 22 libaneses murieron y 124 resultaron heridos por fuego israelí. Este episodio aumentó la indignación en el país y fortaleció la narrativa de Hezbolá como defensor de los derechos de los habitantes del sur, lo que complica aún más la posibilidad de una desescalada real en la región.

Mientras tanto, el presidente libanés, Joseph Aoun, ha pedido a la Unión Europea que presione para que Israel se retire completamente antes del 18 de febrero. Durante una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de Portugal, Paulo Rangel, Aoun reafirmó el apoyo del Líbano a la Iniciativa de Paz Árabe y rechazó cualquier intento de desplazamiento forzado de los palestinos. Los próximos días serán clave para saber si Israel cumple su retirada o permanece en el sur del Líbano. Más allá de la presencia militar, lo que está en juego es la capacidad de mantener un equilibrio en una zona que, tras el repliegue de Hezbollah por el alto el fuego, podría volver a ser escenario de nuevas tensiones si Israel sigue postergando su retirada.

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