Israel opta por una respuesta contenida contra Irán, que menosprecia el ataque

Tel-Aviv lanza un ataque con drones en la ciudad de Esfahán, estratégica para el programa nuclear

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Personal militar hace guardia en una instalación nuclear en la zona de Zardanjan en Esfahán, en Irán, este viernes.

BeirutCon el silencio de Israel tras el ataque a objetivos de Irán en la madrugada de este viernes y las declaraciones oficiales iraníes sin alusiones a la respuesta israelí, se da por cerrada la venganza. El gobierno israelí prometió represalias a el ataque masivo iraní contra su territorio del pasado fin de semana, pero ha optado por una respuesta limitada para evitar una escalada de la guerra regional. La ciudad de Esfahán, en el centro del país, ha despertado con el sonido de tres explosiones cerca de la base militar de Shekari, situada en el aeropuerto de esta monumental ciudad iraní, que también tiene intereses estratégicos para la central nuclear de Natanz.

Las autoridades iraníes han informado de que se han interceptado drones, que han provocado las explosiones, pero que no había habido ataques con misiles. La agencia de noticias iraní Tasnim ha asegurado que las instalaciones nucleares situadas en la región de Esfahán siguen siendo "completamente seguras". Y la agencia oficial IRNA ha anunciado que "no ha habido daños importantes" como resultado de los "incidentes reportados", sin dar más detalles.

Incluso las declaraciones del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, se han centrado en elogiar el ataque sin precedentes de Teherán contra Israel del sábado, en respuesta al golpe israelí en el cuerpo de la Guardia Revolucionaria en el consulado iraní de Damasco, y no ha mencionado las explosiones de hoy en la región central del país.

La frivolidad con la que la prensa y las autoridades iraníes han tratado el asunto del ataque israelí contrasta con las alarmas internacionales de medios estadounidenses, de líderes mundiales del G-7 y la Unión Europea, que han pedido contención para que la tensión en Oriente Próximo no siga aumentando. Israel también ha intentado quitar hierro al asunto y ha optado por el silencio informativo, a excepción del ministro israelí de Seguridad, Itamar Ben Gvir, de línea dura, que en su cuenta de la plataforma X ha hecho una publicación con una sola palabra , “débil”, sugiriendo que Israel estaba detrás de las explosiones pero que su acción ha sido débil.

A Ben-Gvir le ha caído una lluvia de críticas y le han tildado de irresponsable. "Nunca antes un ministro había causado un daño tan grave a la seguridad del país, a su imagen ya su estatus internacional", ha cargado el líder de la oposición, Yair Lapid. "En un tuit imperdonable de una sola palabra, Ben-Gvir ha conseguido burlarse y avergonzar a Israel desde Teherán hasta Washington", ha dicho, por su parte, en un podcast el académico y presentador de radio Shaiel Ben- Ephraim.

Sólo el diario The Jerusalén Post aseguró que Israel disparó misiles contra Irán desde aviones de larga distancia y que su respuesta no se limitó a Irán, sino también a Siria. La agencia oficial siria SANA ha informado de "daños materiales" por un ataque israelí contra defensas antiaéreas en el sur del país, lo que podría apuntalar la versión que el ejército israelí ha lanzado misiles hacia Irán desde el espacio aéreo sirio.

Presión internacional

Israel prometió una represalia "significativa e inminente" después del ataque iraní contra su territorio. Sin embargo, algunos analistas apuntan que bajo la creciente presión internacional, especialmente de Estados Unidos, Tel-Aviv habría optado por una operación calibrada y contenida por mitigar el riesgo de una escalada regional. Pero también hay otras lecturas sobre por qué Irán no ha pagado la sed de venganza del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Los movimientos militares actuales en el sur de Gaza apuntan a una inminente operación terrestre en Rafah, que sería la moneda de cambio por la que la administración Biden evitaría una guerra regional.

Washington pidió a Israel que coordinara su respuesta para que no tuviera impacto en las instalaciones nucleares de Irán para mitigar cualquier respuesta de represalia por parte de Teherán. Este enfoque podría permitir a ambas partes preservar la reputación y evitar una escalada significativa.

Las tensiones regionales han aumentado desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás tras los atentados terroristas del 7 de octubre en Israel, en los que murieron 1.200 personas. Israel respondió con una ofensiva en Gaza que ha causado una devastación generalizada y la muerte de más de 34.000 personas. Las ansias de Netanyahu de mantener su poder a costa de un conflicto sangriento en Gaza se extienden también al territorio palestino de Cisjordania, donde cada día el ejército lleva a cabo redadas contra palestinos alimentando el odio de los grupos ultraortodoxos judíos. Este viernes seis palestinos murieron y varios más resultaron heridos en una redada en el campamento de refugiados de Nur Shams, en la Cisjordania ocupada.

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