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La docuserie que recuerda cómo 'Bola de Drac' saturó el Mercado de Sant Antoni

'Luz, fuego, destrucción', que se podrá ver en 3Cat, sigue en cuatro episodios el impacto de la ficción japonesa en Catalunya

Un momento del rodaje de la docuserie 'Luz, fuego, destrucción'
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BarcelonaLa llegada de Dragon Ball en las televisiones catalanas tuvo buena parte de suerte y casualidad. En esa época, en los años 90, TV3 compraba series de anime a un distribuidor que le vendió, entre otros títulos, la historia de Son Goku para incorporarla al catálogo infantil. La cadena la adquirió sin imaginar que aquella ficción se convertiría en un referente arraigado en las infancias de miles de personas. "Era un momento en el que el público infantil era estratégico y se buscaban series para llegar", explica Oriol Estrada. Él ha codirigido, junto a Benet Román, la docuserie Luz, fuego, destrucción, que analiza el impacto de Dragon Ball en la sociedad catalana y que estrenará el primer episodio este domingo en el Manga Barcelona. "El jefe de programación de TV3 de entonces, Oleguer Sarsanedas, explica que hasta que su hijo no le dijo que Dragon Ball era muy guay él no era consciente del efecto de la serie", dice Estrada.

34 años después de la emisión del primer episodio en catalán, y poco después que la plataforma 3Cat la haya puesto de nuevo a disposición de los espectadores, el equipo del documental quería explorar cómo la ficción influyó el público entonces infantil y qué recuerdo ha quedado. Por eso se han aliado con el doblador Marc Zanni, que pone voz al Goku adulto y que en la docuserie es el hilo conductor a través del cual se van desarrollando los cuatro capítulos. Lo hace siguiendo la cronología temporal de Dragon Ball; es decir, recordando primero cómo llegó a TV3 en un momento en que elanime todavía no era muy popular en Cataluña.

Un fenómeno transversal e irrepetible

"Antes había otras series, como Heidi o Doctor Slump, pero Dragon Ball supuso un antes y un después. Los espectadores empezaron a imprimir fotocopias de la serie que se intercambiaban en el Mercado de Sant Antoni, que quedó saturado. Luego llegó la colección de cromos y todo el merchandising, en parte creado por los propios fans", explica Estrada. El éxito de Dragon Ball se explica, en cierto modo, porque en esa época la oferta televisiva infantil era limitada y no había internet. "Fue un fenómeno transversal e irrepetible. Casi todos los niños y niñas veían Dragon Ball", dice.

Luz, fuego, destrucción pone un énfasis especial en el efecto de Dragon Ball en niños de entorno castellanohablante y que, gracias a Goku y sus amigos, aprendieron a hablar catalán. "El caso de los Estopa es uno de los más conocidos, pero en la docuserie recogemos a otros, como el de una chica marroquí que entró en contacto con nuestra lengua a través de Dragon Ball. Hay mucha gente que sólo concibe la serie en catalán, hasta el punto de que han estado años esperando a que TV3 comprara la última entrega de la serie, Dragon Ball Súper, para verla", dice Estrada. Luz, fuego, destrucción grabará el último episodio en el Manga Barcelona y, a principios de enero, estarán todos disponibles en la plataforma 3Cat.

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