La nueva obsesión seriófila: el 'true crime' nórdico sobre el caso de que revolucionó la investigación de asesinatos
La nueva serie de moda en la plataforma se centra en un caso que tardó 16 años en ser resuelto


BarcelonaDespués de unas semanas en las que parecía que en Netflix sólo existía una serie de habla no inglesa, El juego del calamar, uno true crime sueco ha logrado hacer frente a la producción surcoreana. El rastro, una miniserie de cuatro episodios de relativa corta duración (entre 35 y 40 minutos cada uno), ha agujereado en los rankings de la plataforma con una historia que recuerda un caso que marcó un antes y un después en las investigaciones policiales de asesinatos .
Una semana después de su estreno, El rastro ya aparece como la segunda serie de habla no inglesa más vista de Netflix, por detrás de la segunda temporada deEl juego del calamar y por delante de la primera, que ha cogido impulso a raíz de la nueva entrega. La serie sueca se basa en un caso real, aunque el nombre de las víctimas ha sido modificado. En la ficción, el 19 de octubre de 2004, a plena luz del día, un niño de ocho años, Adnan, y una mujer de 56 años, Gunila, son asesinados en cuchilladas en la pequeña localidad de Linköping. La única conexión entre ambos es que viven en el mismo barrio y que ambos hacían cada día el mismo camino, él para ir a la escuela y ella para ir al trabajo. La única testigo de las muertes violentas es otra vecina incapaz de recordar detalles del asesino a causa del trauma. Pese a los esfuerzos de un inspector de policía, el caso queda sin resolverse durante más de una década. Un genealogista será el encargado de sacar el entramado del misterio de la identidad del asesino.
Un caso que hizo historia
La serie se mueve en el terreno de la ficción, pero el caso en el que se basa es bien conocido en Suecia, ya que hizo historia. Como en la ficción, Mohammed Ammouri fue asesinado cuando iba de camino a la escuela por un asaltante que iba enmascarado. Anna-Lena Svensson, una vecina que vio el ataque e intervino para intentar ayudar al niño, también acabó perdiendo la vida. Pese a las pruebas con restos de ADN, la policía no fue capaz de resolver el caso hasta 16 años después de los hechos, en el 2020, cuando el genealogista Peter Sjölund se incorporó a la investigación. las pruebas de ADN, Sjölund rastreó la ascendencia del asesino hasta más de 200 años atrás y reconstruyó un complejo árbol genealógico que finalmente le llevó hasta el sospechoso, Daniel Nyqvist, que cuando fue detenido tenía 37 años.
un asesinato. Sjölund recogió su experiencia en un libro que escribió con la periodista Anna Bodin y que ha servido como inspiración de la serie. "Cuando leí el libro me sorprendió el hecho de que hubiera unos destinos humanos tan fuertes detrás de esta importante investigación de asesinato: agentes de policía que se niegan a rendirse, familiares que quieren respuestas y, finalmente , pero no menos importante, el genealogista que finalmente llegó a resolver el caso", señala el guionista de la serie, Oskar Söderlund. "En medio de esta tragedia, hay gente que se niega a rendirse, que lucha por seguir adelante, aunque sus vidas quedarán marcadas por lo ocurrido", añade.
La directora de los cuatro episodios de la miniserie es Lisa Siwe, que ya dirigió algunos capítulos de otro superéxito sueco como fue El puente (Bron/Broen). Para ella una de las claves deEl rastro es que se centra en las víctimas y la investigación más que en el asesino. "Es una historia sobre la compasión y el cuidado de unos a otros que son necesarias para seguir adelante cuando ocurren cosas terribles", señala.