El análisis de Antoni Bassas: 'Ni provocador ni original'

Qué ingenioso. En realidad no, no es nada ingenioso, aparte de no ser nada digno. La derecha nacionalista española no tiene mucha imaginación y no sale de aquí. Un cartel como éste ya le inventó 'La Razón' en el 2004

El ataque de Irán a Israel hace más pequeña cualquier realidad más cercana que podamos analizar aquí. La famosa Cúpula de Hierro del cielo desvió el 99% de los misiles y drones lanzados la madrugada del domingo, pero ahora el mundo está pendiente del alcance de la respuesta de Israel. 

En estas condiciones, las elecciones vascas, que son el próximo domingo, o las catalanas del 12 de mayo, o cualquier otra previsión informativa resulta menos relevante.

Y sin embargo, es nuestra previsión. Este fin de semana hemos tenido a Puigdemont afirmando que si hay un pacto PSC-PP para que no haya un gobierno independentista en Catalunya retirará el apoyo a Sánchez en Madrid. Mientras, Aragonès, tercero en las encuestas, sigue hurgando a los dos candidatos que le van por delante. Dice que el proyecto de Isla es España y que el proyecto de Puigdemont es Puigdemont, y que el de Aragonès es Cataluña. Pero más allá de lo que pueda decir Aragonés, lo que le ocurre en estas elecciones es que todo el mundo, en Catalunya y en Madrid, está pendiente del resultado de Puigdemont, y su protagonismo no puede evitarse. Habla todo el mundo. Habla Ciutadans, partido que vive con inevitable resignación su próxima desaparición del Parlamento pero que se resiste a hacer desaparecer de la vida política su estilo desagradable y supuestamente provocador, que pudimos comprobar en el último chiste que tuvieron: este cartel realizado a partir de una fotografía que no ha existido, en la que Puigdemont y Sánchez encajan las manos con una estelada detrás. Hoy hablamos de ello para explicar que está hecho con inteligencia artificial.

De hecho, se trata de un fotomontaje, que no pide mucha interpretación: Sánchez saluda al fugado al que debe la presidencia y el sueño húmedo de detenerlos en un guiño al votante. Qué ingenioso. En realidad no, no es nada ingenioso, aparte de no ser nada digno. La derecha nacionalista española no tiene mucha imaginación y no sale de aquí. Un cartel como éste ya lo inventó La Razón en el 2004, cuando tras la reunión de Carod-Rovira con ETA, la hizo realidad en esta portada en la que detrás de ambos interlocutores ponía Zapatero, entonces presidente español.

Imágenes de Ciudadanos (2024) y La Razón (2004)

Del 2004 al 2024 han pasado veinte años y ninguna idea nueva que no sea criminalizar al adversario, sobre todo si defiende la realidad nacional de Catalunya, es influyente y tiene pactos en Madrid. Con esta avalancha de ideas se entiende que Ciudadanos esté a punto de despedirse de todos ustedes.

Buenos días.

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