Sequía

El Govern renuncia a traer agua con barcos y apuesta por desalinizadoras móviles

El ejecutivo prevé hacer una desalinizadora flotante en el Port de Barcelona, ​​que costará 100 millones, y otras doce instalaciones en el Alt Empordà

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Desalinizadora de El Prat de Llobregat.

BarcelonaSi en los próximos meses no llueve y la situación de emergencia por sequía se agrava, el Govern ya ha dejado claro qué estrategia seguirá: ha descartado la opción de traer agua con barcos, tal y como se había acordado con el Estado, y priorizará la instalación de una decena de desalinizadoras nuevas, una de las cuales se ubicará en el puerto de Barcelona y será flotante. El consejero de Acción Climática, David Mascort, ha asegurado este jueves que los dispositivos que desalinizan el agua de mar permitirán garantizar el suministro de agua en Barcelona y el área metropolitana, así como en la Costa Brava, y no será necesario recurrir a los barcos. "El Govern huye de soluciones poco sostenibles y efímeras, por lo que renunciamos a los barcos de manera consciente y proponemos una solución que es económica y medioambientalmente más sostenible y más estable en cuanto a la seguridad del abastecimiento", ha afirmado tras la reunión semanal de la Comisión Interdepartamental de Sequera.

El ejecutivo catalán pondrá una desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona que entrará en funcionamiento en caso de que el sistema Ter-Llobregat entre en la fase 2 de emergencia, un escenario que el ejecutivo no prevé que pase hasta pasado el verano. En el Alt Empordà, la comarca que actualmente tiene más restricciones y la que sufre más el riesgo de quedarse sin agua, instalará doce desalinizadoras móviles que abastecerán a una docena de municipios a partir de junio. El objetivo de estos dispositivos es aumentar las reservas de agua y evitar la necesidad de aplicar limitaciones más duras que las previstas en el plan de sequía. "Los ciudadanos de Catalunya que se encuentran en emergencia por sequía no verán agravada su situación aunque la sequía continúe en los próximos meses", aseguró Mascort.

La desalinizadora flotante que se instalará en el puerto de Barcelona estará terminada antes de octubre, cuando el Govern teme que, si no llueve, el sistema Ter-Llobregat entre en fase de emergencia 2. Ahora, estos territorios –donde viven hasta seis millones de habitantes– mayoritariamente están en emergencia 1. La previsión es que esta nueva herramienta contra la falta de agua, que explotará la empresa pública ATL, aumente el volumen de agua que se incorpora a diario en la red. Según cálculos de la conselleria, proporciona unos 40.000 m³ al día, mientras que el transporte de agua con barcos cisterna se estima en unos 25.000 m³ de media al día. De hecho, el ejecutivo confía en que con esta decena de desalinizadoras se pueda aplazar sine die la posibilidad de recurrir al agua de otros territorios.

El triple de caro

Mascort ha explicado en rueda de prensa que para poner en funcionamiento la desalinizadora flotante del puerto de Barcelona será necesaria una inversión de unos 100 millones de euros, a los que después habrá que añadir los costes de funcionamiento ordinario. Esta inversión supone tres veces más dinero que la partida reservada para traer agua potable de la Comunidad Valenciana, que era de treinta millones de euros. Pese a esta importante inversión, según explican desde el Govern, producir agua a través de una desalinizadora flotante es mucho más económico que llevarla con embarcaciones: mientras que el gasto a desalinizar se sitúa en torno a los 6 euros por m³, con barcos se elevaría hasta los 10 €/m³. Además, estas instalaciones serían propias y no dependería de otras administraciones.

La desalinizadora flotante es una embarcación de entre 100 y 150 metros equipada con la tecnología necesaria para llevar a cabo un proceso de desalinización por ósmosis inversa. Es decir, se bombea el agua a alta presión hacia una membrana semipermeable que retiene las sales. Este sistema permitiría aprovechar aproximadamente el 45% del agua que se filtra. El Govern asegura que la nueva infraestructura del puerto de Barcelona producirá 14 hm³ de agua al año, que es el equivalente al 6% del consumo de agua del área metropolitana de Barcelona. También se superaría la capacidad actual del pantano de Sau, que está a 10 hm³. Cada día la instalación aportará 40.000 m³ de agua en la red de suministro. El Puerto de Barcelona tiene ya las instalaciones preparadas, ya que son las mismas que se habilitaron para recibir agua en barcos cisterna.

Según ha explicado Mascort, la compra de la desalinizadora se ha realizado para que funcione durante cinco años. Sin embargo, el conseller reiteró que, en caso de que Barcelona y su área metropolitana no necesiten el agua producida desde la desalinizadora, el Govern "se la podría vender". Mascort también ha indicado que la previsión de cinco años se debe a que es el plazo en el que el ejecutivo prevé que ya estén en funcionamiento las obras clave en lo que se refiere a la producción de recursos hídricos, como son la ampliación de la desalinizadora de la Tordera y la del Foix.

L'Empordà, zona "altamente tensada"

En el Alt Empordà, el Govern y el Consorcio de Aguas Costa Brava Girona (CACBG) instalarán 12 desalinizadoras móviles, más pequeñas que la de Barcelona, con el objetivo de que garanticen el suministro de agua a los municipios de la Costa Brava Norte que ya están en fase de emergencia 2. El proyecto tendrá un coste aproximado de 10 millones de euros, la mitad de la inversión a cargo de la Agencia Catalana del Agua (ACA), y se prevé que cada una de ellas produzca 1000 m³ al día.

"Es una zona altamente tensada por la falta de lluvias y, con estas infraestructuras móviles, aseguramos la continuidad en el suministro de agua para todos los usos", ha afirmado Mascort. El conseller ha explicado que estas desaladoras se pondrán en Roses (4) y Empuriabrava (8) y permitirán cubrir el 35 por ciento de la demanda de los municipios más afectados por la sequía. Las localidades son las siguientes: Cadaqués, Llançà, Roses, Castelló d'Empúries –que incluye Empuriabrava–, la Mancomunidad de Pau, Palau-saverdera, Vilajuïga, Garriguella, Pedret y Marzà, Port de la Selva y Selva de Mar.

Estos municipios que dependen del pantano Darnius-Boadella se encuentran en el nivel 2 de la fase de emergencia, con restricciones más duras que el resto del país, ya que el embalse está a sólo un 11,6% de su capacidad. "O encontrábamos una solución, o estaba en riesgo el suministro de agua de boca de estos municipios a partir de septiembre", ha reconocido Mascort. El conseller también admitió que la apuesta por las desalinizadoras responde al rechazo de los campesinos de la cuenca de la Muga, que rechazaban la opción de construir nuevos pozos por la salinización que provocan en los acuíferos.

"El decreto no está pensado para abrir piscinas de hoteles"

El consejero de Acción Climática, David Mascort, ha afirmado que el decreto ley que permite a los ayuntamientos abrir piscinas públicas y privadas en verano "no está pensado para abrir las piscinas de los hoteles". "Está pensado para ayudar a los ayuntamientos a abrir las piscinas municipales y para dar una salida a aquellos que no tienen para que puedan utilizar un equipamiento municipal como refugio climático", ha apuntado.

Mascort también ha recordado que la medida se dirige sobre todo a los municipios de interior y que todos los ayuntamientos tendrán que "justificar" su elección de piscinas para poder inscribirlas en el censo. "Será responsabilidad del Ayuntamiento", ha concluido.

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