¿Qué se está haciendo para salvar a los bosques catalanes?

El sector forestal pide ayudas específicas para protegerse ante la sequía

sequía en los bosques del Berguedà y el Pirineo
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Barcelona"La lluvia de la semana pasada nos ha dado un pequeño respiro, pero la herida de la sequía es muy grande en los bosques catalanes", afirma contundente la directora general de Bosques y Gestión del Medio del departamento de Acción Climática, Anna Sanitjas. La acumulación de tres años de sequía ha llevado a los bosques en el límite: masas enteras de árboles mueren en bloque, la fauna desaparece y el riesgo de incendios aumenta a un ritmo vertiginoso. ¿Qué se está haciendo, pues, para paliarlo? Desde la conselleria aseguran que trabajan en dos aspectos principales: por un lado, las actuaciones "de emergencia" adoptadas para hacer frente a la grave sequía; y, por otra, las destinadas a prevenir los incendios. "Todas están centradas en generar paisaje en mosaico y preparar los bosques", subraya Sanitjas.

El director de la Federación Catalana de Asociaciones de Propietarios Forestales (Boscat), Jordi Tarrada, reclamaba al ARA hace algunas semanas que las administraciones pusieran en marcha un plan de emergencia dotado de ayudas para hacer frente al impacto de la sequía en los bosques. "Llegan ayudas ordinarias y de prevención de incendios, pero no hay una ayuda específica por la sequía. Los bosques no son una prioridad", lamentaba. Ante esta petición, Sanitjas se limita a decir que la conselleria "ya trabaja".

De momento, el Gobierno señala que una de las actuaciones clave que han puesto en marcha es la retirada de árboles muertos por sequía, que generan peligro para las personas (como por riesgo de caída) y los que están en zonas estratégicas riesgo de incendio. También se harán aclareos "para que los árboles no mueran". De hecho, es una medida apuntada por el catedrático emérito de ecología de la Universidad de Barcelona (UB) Narcís Prat en la jornada Medidas para reducir el impacto de la sequía en el verde urbano. Según el experto, el 68% del territorio catalán está ocupado por bosques y esa cantidad de árboles absorbe mucha agua.

"Cada vez hay más bosques, muy densos, que se están muriendo porque los árboles compiten entre sí por el agua", afirmó Prat. De hecho, en el caso concreto de la demarcación de Barcelona, ​​uno de cada tres bosques verá agravada "de forma significativa" la mortalidad por estrés hídrico entre 2040 y 2050, según el mapa con el grado de vulnerabilidad a la sequía de los bosques de la Red de Parques Naturales. Para Prat, la solución "es muy sencilla": "Si desea agua, debe gestionar el bosque, lo que también sirve para que haya menos incendios".

Hoja de ruta de prevención

La Generalitat sí ha anunciado que destinará una línea de ayudas para comprar maquinaria forestal, así como una tala de árboles de forma quirúrgica en las cabeceras de los ríos para que llegue más agua a los embalses. También se ha abierto una línea de ayudas destinada a las fincas privadas –el 75% de la superficie forestal de Cataluña es privada– y se han reforzado los Grupos Especiales de Prevención de Incendios Forestales (GEPIF), que por primera vez en la historia han adelantado cuatro meses la operación de verano. Sin embargo, la directora de Bosques y Medio Ambiente resalta que el objetivo es "el equilibrio y la multifuncionalidad del bosque": "No estamos haciendo nada que no sea gestión forestal sostenible".

El resto de acciones se enmarcan, mayoritariamente, en el Plan de Prevención de Incendios Forestales, que se puso en marcha en el 2022. “No es una reacción a la sequía. Es una hoja de ruta que tenemos desde entonces”, aclara la directora general de Boscos. Las medidas incluyen, en primer lugar, el diseño y ejecución de infraestructuras estratégicas para prevenir incendios, como pistas forestales estratégicas y puntos de agua, en zonas de protección prioritaria. Por ejemplo, el Montseny o el cabo de Creus. “Valoramos los puntos estratégicos que ayudarán a los bomberos a apagar los incendios”, resume.

Además, se ha invertido una partida en modernizar el material y los vehículos de las agrupaciones de defensa forestal (ADF) y se han aumentado las ayudas para mantener las franjas de protección perimetral en urbanizaciones y núcleos urbanos que limiten con terrenos forestales. “También hemos mejorado la predicción del riesgo de incendio. Todos los días puedes comprobar si tu municipio está en peligro alto, muy alto o extremo”, añade Sanitjas.

Todas estas medidas pretenden “reducir el impacto de la sequía en los bosques”, según fuentes gubernamentales. “Debemos asumir que en un escenario de cambio climático global los ecosistemas cambiarán y los bosques tendrán que adaptarse. La manera de ayudarles es gestionándolos, cuidando de ellos y aprovechándolos”, afirma.

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