La cláusula de los acuerdos con el PSOE que ahora perjudica a ERC y Junts

BarcelonaDesde el inicio del Proceso, ha sido la legitimidad de las urnas la que ha ido sustentando las propuestas que promovía la mayoría independentista del Parlament. Por eso, la relación entre la cámara catalana y las instituciones españolas –en especial los altos tribunales del Estado– alcanzó un momento de máxima tensión cuando el independentismo definió al Parlamento como soberano. Lo hizo de forma light en la declaración de soberanía de 2013, destacando "el papel principal del Parlament como institución que representa al pueblo de Catalunya", y de mayor intensidad en la declaración de ruptura de 2015, subrayando que, "como depositario de la soberanía y como a expresión del poder constituyente", el Parlamento no se supeditaría a las decisiones de las instituciones del estado español.

Esta preeminencia del Parlamento en el discurso independentista ha continuado después del 2017, pese a que las instituciones estatales siempre se hayan acabado imponiendo (el ejemplo más evidente es la aplicación del 155, pero también todas las resoluciones judiciales de obligado cumplimiento). Por eso, durante la negociación con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, tanto Junts como ERC incorporaron una cláusula que entonces parecía a medida para ambos partidos y que, en cambio, ahora se les vuelve en contra.

Los dos partidos independentistas obligaron a los socialistas a comprometerse a respetar la voluntad mayoritaria del Parlament. Con mayorías absolutas consecutivas desde el 2015 (de hecho, añadiendo CiU y la Izquierda preindependentista, el soberanismo las ha tenido desde 1984), parecía un punto a favor de junteros y republicanos. "Las soluciones de fondos a las que se llegue deben ser soluciones con un amplio consenso social y parlamentario en el ámbito de Catalunya", describe el documento firmado por ERC y el PSOE en referencia a las tablas de negociación. Lo que tiene la firma de los socialistas y Junts es aún más explícito: "Estos acuerdos deben responder a las demandas mayoritarias del Parlament de Catalunya". El problema llega cuando, desde el 12 de mayo, en el Parlament ya no existe mayoría independentista.

Cambio de mayorías

Por el momento, en las negociaciones para la investidura de Salvador Illa, el PSC no quiso incidir en esta cláusula, pero fuentes del partido subrayan que son plenamente conscientes de su existencia. A los socialistas les interesa por ahora avanzar en las conversaciones con ERC y, por tanto, rehuyen cualquier confrontación. Sin embargo, las peticiones de los republicanos –o de los junteros– ya no tienen el apoyo mayoritario del Parlamento. Actualmente, en la cámara no hay mayoría que defienda ya no la independencia de Catalunya (59 diputados de 135), sino tampoco el referendo pactado (65) o el concierto económico (59). Sea como fuere, parece ser en esta última carpeta, la de la financiación, donde el PSC (y el PSOE) están dispuestos a moverse para hacer Isla president. ¿Acabará siendo ésta la voluntad mayoritaria del Parlamento?

Los detalles de la semana

Dicen que todo el mundo tiene un doble en algún sitio del mundo. El pasado fin de semana, por ejemplo, el piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton bromeó durante el gran premio en Montmeló con un seguidor que se le parecía muy físicamente y que se hacía llamar Luis Juan Milton. En el Parlament, esta legislatura parece que tendremos dos gotas de agua en el grupo del PSC. Al menos eso piensan Salvador Illa y Guillem Sánchez.

Si cuesta ya consolidar el nombre de un partido nuevo, conseguirlo cuando se cambia varias veces en poco tiempo es una misión casi imposible. Le está pasando en el espacio heredero del PSUC y de Iniciativa. Primero fue Cataluña en Común, después En Comú Podem, más tarde Sumar Comuns y ahora vuelven a Comuns. Es lógico que haya quien no acabe de acertar: el miércoles, Salvador Illa, optó por En Comú Podem, aunque Podem no forme parte del grupo.