La oposición tiene diez días para echar a Silvia Orriols de la alcaldía
Juntos, ERC, el PSC y la CUP confían en ponerse de acuerdo la próxima semana con un pacto que sume al menos 9 concejales y destrone a la alcaldesa de extrema derecha


GeronaEmpieza la cuenta atrás por la cuestión de confianza que debe determinar el futuro del Ayuntamiento de Ripoll. En 10 días se agota el plazo para que los partidos de la oposición aprueben una moción de censura contra la alcaldesa Sílvia Orriols, pero, de momento, no han llegado oficialmente a ningún acuerdo. Si no conformamos una mayoría alternativa antes del lunes 24 de febrero, los presupuestos del gobierno municipal de Aliança Catalana se aprobarán automáticamente, sin pleno ni votación, y Orriols continuará al frente del consistorio ripollés. Tras ese plazo, la opción de la moción de censura seguiría abierta (siempre está a disposición de la oposición), pero la líder de Aliança ya tendría unas cuentas aprobadas para sacar adelante el mandato.
Los partidos de la oposición –Juntos, ERC, el PSC y la CUP– transmiten "optimismo" y reconocen que hay "mejor predisposición de todas las partes" que en ocasiones anteriores para acabar llegando a un pacto que sume al menos nueve concejales. Estas sensaciones positivas las repiten desde el pleno de la cuestión de confianza que presentó Orriols por la imposibilidad de reunir una mayoría por las cuentas, a finales de enero, pero, por ahora, no se han materializado: ha habido conversaciones y negociaciones con todas las formaciones implicadas, pero sin ningún documento firme que certifique el entendimiento. La previsión es que el acuerdo se selle y se anuncie la próxima semana y, entonces, se convocaría un pleno extraordinario a los diez días para formalizar el traspaso de poder.
La clave de la aritmética para que la moción de censura pueda prosperar es que se avengan Junts y ERC, ambos con tres concejales, dado que esto es justamente lo que no fue posible tras los comicios municipales de 2023, entonces con Manoli Vega al frente de los junteros. Ahora, desde el relevo de Montsina Llimós y con Maria Soldevila como portavoz, hay mejor sintonía entre los dos grupos y el entendimiento parece probable. Sin embargo, la fórmula sobre cuál de los dos partidos lideraría el hipotético nuevo gobierno alternativo no está cerrada: es cierto que quien más ha querido capitalizar la opción de la moción, al menos en sus intervenciones en los plenos municipales, ha sido la cabeza de lista republicana Chantal Pérez, pero Junts x Ripoll recibió más votos en los comicios municipales, así que podría acabar asustado. Más allá de ERC y Junts, estos días también ha sonado como posible alcaldable de consenso a Enric Pérez, del PSC, pero no parece la opción más probable.
Asumir el "fracaso" o alimentar el "victimismo"
La discreción y la cautela han sido la tónica habitual durante estas semanas de conversaciones para abordar la moción de censura: "perfil bajo" y "fuego lento", apuntan al ARA concejales de las negociaciones, que no han querido generar falsas expectativas ni realizar ninguna declaración que trunque el escenario. Sobre todo después de la experiencia de las elecciones municipales de mayo del 2023, cuando las filtraciones cruzadas, el revuelo mediático, los constantes giros de guión y las injerencias de las direcciones nacionales del partido terminaron torpedeando la posibilidad de un pacto de investidura alternativo en Orriols.
Igualmente, los cuatro partidos implicados también han mantenido prudencia por la "complejidad" de la situación, conscientes de que la estrategia de la líder de Aliança Catalana de tirarles el balón al tejado con la cuestión de confianza les deja poco margen de maniobra: "Todos los focos de la política del país apuntan a Ripol, fracasado y, en ambos casos intentará sacar rédito para desacreditarnos", reconocen fuentes de las negociaciones.