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Vox vuelve a actuar "como un ejército" después de la purga

El partido no acepta 'barones' y controla todas las decisiones

El líder de Vox, Santiago Abascal, durante la sesión de control en el Congreso
07/04/2025
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BarcelonaVox no admite discrepancias ni desobediencias y ha encadenado deserciones de dirigentes en los últimos años. Del núcleo original del partido de extrema derecha han bajado del barco exportavoces al Congreso como Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona, ​​ex diputados como Juan Luis Steegman –crítico con la deriva “neofalangista”– y Víctor Sánchez del Real, el ex líder madrileña Rocío Monasterio –que critica Juan García-Gallardo y el ex líder balear Idoia Ribas. Incluso han tenido un intento de rebelión en el Ayuntamiento de Valencia. ¿Cómo funciona Vox y cómo deben entenderse estas bajas?

Consultadas por el ARA, fuentes críticas que abandonaron el partido denuncian un funcionamiento sin ningún tipo de autonomía. En resumen, la dirección estatal lo decide todo. No es sólo una impresión de los críticos: fuentes de la formación lo aceptan y defienden que es la mejor forma de funcionar. Más allá de las críticas por el punto de vista, está clara una idea: "Vox funciona como un ejército". Con obediencia al líder, Santiago Abascal, y su dirección, con sentido jerárquico.

Ni matices ni autonomía

Fuentes oficiales de Vox explican que "es imposible que haya varones [territoriales] porque la dirección nacional lo decide todo". Aceptando la lógica del funcionamiento "como un ejército", matizan que "los militantes eligen al general, pero luego todo esto marca" –elegir el presidente del partido es el único espacio con primarias–, y define una "cadena de confianzas". defender lo mismo en toda España": "Si alguien tiene una discrepancia sobre una decisión nacional, se le destituye". Esto ocurrió con García-Gallardo porque no quiso obedecer. Pero si bien él era del sector duro, otros como Olona, ​​Espinosa y Monasterio se encuadraban en el sector ultraliberal, extinguido. El partido reivindica una estructura similar a la de Marine Le Pen en Francia, Matteo Salvini en Italia y Viktor Orbán en Hungría. Según estas fuentes, las opiniones "se trasladan internamente", pero cuando hay decisión estatal debe defenderse o el camino es la destitución.

La lealtad a Abascal y también al secretario general, Ignacio Garriga, son clave y todas las decisiones de voto e iniciativas parlamentarias y municipales pasan por el órgano uniformizador llamado oficina técnica, que dirige la catalana Montserrat Lluis, de la confianza de Abascal, que se encarga, como las vicesecretas, de las vicesec. Los tres forman el núcleo duro, agrupado en el comité de acción política, tal y como explicó el AHORA. Y el poder catalán no acaba aquí, porque el eurodiputado Jorge Buxadé tiene una influencia ideológica destacada y es el artífice del giro de las alianzas por haber acabado pasando en el blog del pro-ruso Orbán.

Fuentes del sector crítico que ha abandonado Vox sostienen que "el sistema de trabajo que tienen es más parecido a una secta", porque "hay un componente espiritual de adoración al líder con fe ciega y obediencia", dicen. ¿El motivo? "No quieren criterio propio". Y se ejerce un control hasta el mínimo detalle. De ahí el trato a quienes se han ido, según estas fuentes: "Te dilapidan y te tratan de traidor". Son como "muñecos", recalcan fuentes disidentes, que denuncian un trato "vejatorio" y autoritario dentro del partido por parte de la dirección, que no admite matices, y en el que el "clan catalán" tiene mucho peso. Con la decisión de "cargarse el sector liberal" y acercarse a Orbán "impulsada" por Buxadé se ha impuesto "la línea falangista".

Proceso gradual

En el 2019, con la entrada en las instituciones, Vox eliminó las primarias para elegir a los candidatos a las elecciones. Entonces esta decisión pasó a manos del comité ejecutivo nacional, comandado por Abascal. En el 2022 también se eliminaron las primarias para elegir a los líderes provinciales. Según fuentes de la formación, "las primarias eran un drama, una guerra fratricida por el control", e igualmente los líderes provinciales y los candidatos locales eran "un delegado más" sin autonomía. Lo único que se elige con primarias es el presidente del partido, el líder indiscutible.

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