Cuando dormir es una epopeya

Hay diferencias entre las necesidades de sueño de un adolescente y las de un adulto

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Los trastornos del sueño más habituales afectan a un 15% de la población
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BarcelonaTanto las observaciones clínicas como la investigación científica han concluido desde hace tiempo que dormir bien es esencial para la salud. Las necesidades de sueño, sin embargo, no son iguales para todos. Los adolescentes, por ejemplo, empiezan a segregar la hormona que favorece el sueño, la melatonina, más tarde que los adultos. Esto hace que su horario fisiológico sea el de acostarse tarde y, claro, levantarse tarde. Se trata de un condicionante puramente biológico. En el caso de los ancianos ocurre lo contrario: la melatonina se segrega antes y en menos cantidad, por lo que con la edad se tiende a dormirse y despertarse antes, así como tener un sueño más ligero.

Por otro lado, los bebés no tienen ritmos de sueño marcados después del nacimiento y por eso duermen a ratos durante el día y la noche. A medida que se hacen mayores, tienden a condensar el sueño por la noche y al mediodía. Además de esta evolución natural, el proceso del sueño a menudo sufre alteraciones que reducen la calidad y tienen un impacto negativo en la actividad diurna. Estas alteraciones, llamadas trastornos del sueño, suelen clasificar en cinco tipos.

Insomnio

Es la dificultad para dormirse, tanto al principio como cuando despiertas antes de tiempo y no puedes volver a conciliar el sueño. Si se produce alguna de estas situaciones tres o más veces por semana y, además, esto genera un malestar durante el día, se diagnostica insomnio. Este trastorno afecta a un 15% de la población adulta y tiene más incidencia en mujeres. Las causas del insomnio pueden ser múltiples. "Puede haber un desencadenante emocional que provoque una situación de estrés, una medicación por otra patología o incluso un componente genético", explica Sandra Giménez, médico de la unidad del sueño del Hospital de Sant Pau.

"El abordaje de este trastorno es multidisciplinar y en la mayoría de los casos se basa en la llamada terapia cognitiva conductual", apunta Odile Romero, responsable de la unidad del sueño del Hospital de la Vall d'Hebron. Esta terapia se basa en fomentar una higiene del sueño correcta y en un trabajo psicológico para entender qué es el sueño y para qué sirve, y para romper con comportamientos aprendidos que no lo favorecen.

Apnea

Se caracteriza por las pausas respiratorias durante el sueño. A menudo se produce por una obstrucción natural de las vías respiratorias que hace que el cerebro salga del estado de sueño para recuperar la respiración. Provoca fatiga, somnolencia y dolor de cabeza, y es un factor de riesgo cardiovascular. Afecta a un 15% de la población adulta, mayoritariamente a los hombres. Para diagnosticarla, se hace una prueba en un laboratorio del sueño. Los tratamientos son variados en función de cada paciente y pueden incluir la pérdida de peso en caso de sobrepeso, el cambio de postura para pasar a dormir de lado en lugar de hacerlo boca arriba, el uso de dispositivos mandibulares que se introducen en la boca y facilitan la apertura de las vías respiratorias o de una mascarilla que insufla aire de la misma habitación y evita el bloqueo, y, en algunos casos, la cirugía.

Narcolepsia

Se trata de una aparición repentina de somnolencia durante el día. Puede ir acompañada de pérdida de tono muscular ante emociones fuertes, lo que, según Giménez, representa "un problema en edades escolares porque afecta el rendimiento académico y la actitud del afectado". "Si no se diagnostica, hay riesgo de que se califique a la persona de perezosa", dice la médica de Sant Pau. Se pueden tratar los síntomas con medicación.

Parasomnias

Movimientos anormales durante el sueño. Incluye hablar mientras se duerme, rechinar los dientes, el sonambulismo, los terrores nocturnos -afecta sobre todo a los niños, que se despiertan aterrorizados y desconsolados- y los llamados trastornos de conducta de sueño REM, en los que parece que el afectado se pelee mientras duerme. En la mayoría de casos no requieren tratamiento.

Síndrome de las piernas inquietas

Es una sensación de inquietud que se manifiesta sobre todo en las piernas cuando se está quieto. Dificulta la conciliación del sueño y puede provocar insomnio. Se puede tratar con medicación.

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