Madrid encabeza el ranking de regiones europeas con más sobremortalidad del 2020
Un informe de la UE sitúa los focos más mortales en el centro de España y el norte de Italia
BarcelonaLos primeros meses de la pandemia, el coronavirus se ensañó con la Comunidad de Madrid, que concentró la proporción más grande de defunciones de Europa con un 44% más de muertos que años anteriores. La sobremortalidad en la comunidad que dirige Isabel Díaz Ayuso es la más elevada de la UE junto con la de la Lombardía (39%), la región más al norte de Italia y la primera que registró casos de coronavirus en la UE. Lo concluye el barómetro regional y local que hace el Comité Europeo de las Regiones cada año, publicado en octubre, que este año está marcado por el impacto de la pandemia e incluye una clasificación con las diez zonas que registraron los porcentajes de exceso de mortalidad más altos. Este indicador se ha calculado comparando el número de defunciones registradas en 2020 con la media de muertos de 2016 a 2019.
En el caso madrileño, el pico de decesos se produjo sobre todo entre los meses de marzo y abril (si bien el goteo de víctimas se mantuvo todo el año) y la UE calcula que la media de víctimas semanales en Madrid en ese periodo ya era un 2,9% superior a la registrada en años anteriores. Además, la transmisión disparada acabó difundiéndose por las regiones más próximas y, de hecho, el informe de la UE concluye que el centro de España fue uno de los dos focos más mortales. En concreto, Castilla-La Mancha, que ocupa la tercera posición del ranking con un 34% más de muertes de las esperadas, y Castilla y León, en sexta posición con un 29% más de víctimas, se vieron arrastradas por la estrecha conexión con Madrid (podrían considerarse conurbaciones de la capital). Catalunya también figura en esta clasificación y lo hace en la octava posición, con un 27% de sobremortalidad.
En el conjunto de la UE, el exceso de mortalidad medio en 2020 aumentó por primera vez en abril un 25% coincidiendo con la primera oleada, la más agresiva de todas. Con la excepción de la isla francesa de Mayotte (la quinta zona más afectada con un 32% de sobremortalidad) y el voivodato de Subcarpacia en Polonia (la novena con un 26% más), la mortalidad más alta se produjo en las regiones españolas e italianas.
El comité señala que Italia es el país que presenta la variabilidad más grande entre regiones. Por ejemplo, la provincia de Bérgamo en la Lombardía tuvo un aumento del 63% en las muertes en 2020 en comparación con la provincia de Catanzaro en Calabria, que solo registró un aumento del 2%. En la clasificación, la ciudad de Trento es la cuarta más afectada, con un 32% más de víctimas, el valle de Aosta (28%) es la séptima y el Piamonte la décima (25%). "Las diferencias también son evidentes para España en comparación con las regiones portuguesas al oeste y con las regiones francesas al este", apunta el informe. Aparte de los focos en las regiones centrales de España y al norte de Italia, también se produjeron picos de sobremortalidad en la parte sudeste de Bélgica y en el sur de Polonia y Bulgaria.
La segunda oleada se movió al Este
La UE continúa el informe asegurando que se produjeron hasta tres picos de sobremortalidad más antes de final de año en el conjunto europeo y que estos picos afectaron a estados que hasta entonces no habían sufrido grandes pérdidas en vidas humanas. En octubre se registró en Europa un 18% más de muertes de las esperadas, en noviembre un 41% más (en España se vivía la tercera oleada, una de las más duras en cifras de defunciones) y en diciembre un 30%. A partir del 19 de octubre (la segunda oleada) el gran pico de defunciones se concentró sobre todo en los países bálticos y del este de Europa, concretamente en Bulgaria, Polonia y Rumanía.
Entre las razones que explican las diferencias de sobremortalidad entre las regiones europeas, la UE destaca cinco. En primer lugar, la capacidad del sistema sanitario para hacer frente al aumento de casos y una inequidad en el acceso a instalaciones bien equipadas y, en segundo lugar, el estado de salud base de la población en cada región (si tienen muchas patologías, sobre todo que afectan al sistema respiratorio o no). Además, subraya que el momento, la velocidad y la intensidad de las medidas gubernamentales que se pusieron en marcha para frenar la propagación y mitigar el impacto del virus, junto con la concienciación, la vigilancia y el cumplimiento de las restricciones por parte de la población, jugaron un papel clave.
La UE también apunta como causa las diferencias en las pirámides poblacionales, es decir, la proporción de personas mayores y de usuarios de residencias, así como la proporción de personas vulnerables y grupos minoritarios. Relacionada, y como quinta razón, plantea la diversidad de factores socioeconómicos, como por ejemplo el número medio de personas que viven solas y dentro de familias extensas, o la proporción de población que podía teletrabajar en los primeros meses de pandemia.