La pandemia solo se acelera entre los no vacunados

Los contagios se disparan entre los jóvenes, pero preocupa la población de 60 a 69: solo un tercio ha recibido la segunda dosis

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01. Dos jóvenes a la terraza de un bar junto al Mercado de Collblanc, en l'Hospitalet de Llobregat, el julio pasado.  02. Alumnes haciendo un examen en la Universitat Autònoma de Barcelona.

Santa Coloma de GramenetEnésima subida de la curva de contagios en Catalunya. Esta vez, sin embargo, solo entre las personas que no están vacunadas o no lo están del todo. El 90% de los positivos de la última semana se concentran en las edades que todavía no forman parte de la estrategia de vacunación –tres de cada cinco tienen menos de 29 años– o que sí que han empezado a vacunarse pero todavía no han adquirido la inmunidad (30-49 años). En cambio, a partir de los 50 años las incidencias continúan reduciéndose progresivamente.

Con el 66% de los vacunados con la pauta completa, los contagios entre quincuagenarios se han ido desplomando hasta reducirse al 4% de los casos semanales. También son anecdóticas las infecciones a partir de los 70 años (2,5%) y, según datos del departamento de Salud, la única franja que repunta ligeramente su incidencia es la que va de los 60 a los 69 años (3,5%). En este caso, más de dos tercios de los vacunados no han recibido todavía la segunda dosis y en torno al 15% parecen reticentes a vacunarse o al menos a recibir la vacuna de AstraZeneca, puesto que no han recibido ninguna dosis.

Incidencia acumulada en Catalunya por grupos de edad

Así pues, la epidemia de coronavirus en Catalunya va ahora a dos velocidades. Una de las curvas continúa en pleno crecimiento y afecta sobre todo a las personas de menos de 49 años, que tienen una cobertura vacunal más baja. La otra, que corresponde a los de más de 50 años, la mayoría de los cuales están completamente vacunados, continúa su descenso. “Si la explosión de casos entre los jóvenes y los no vacunados demuestra algo es que las vacunas funcionan”, destaca la física e investigadora del Grupo de Biología Computacional y Sistemas Complejos (Biocom-SC) de la UPC Clara Prats.

Prats es prudente y admite cierta preocupación por la deriva de la epidemia en las franjas jóvenes. Recuerda que el verano pasado ya se vio que la transmisión aumentaba entre los más jóvenes por la mayor interacción social que mantienen entre ellos. Y, a diferencia del año pasado, además, ahora se ha producido el "cóctel perfecto" para que el virus se propague con más facilidad y haya un boom de casos juveniles: cada vez hay más presencia de la variante delta –más contagiosa– y se han eliminado buena parte de las restricciones, incluida la mascarilla al aire libre.

Un ejemplo claro son los macrobrotes originados en las Baleares y las Canarias por diferentes viajes de final de curso de jóvenes de todo el Estado y que ya acumulan más de 353 estudiantes contagiados y 2.234 contactos estrechos en Catalunya.

El departamento de Salud quiere abrir “rápidamente” y de golpe la próxima convocatoria de vacunación a los de menos de 30 años, concretamente a los que tienen entre 16 y 29 años, para proteger este colectivo. “Pero incluso si hoy mismo los más jóvenes se pudieran empezar a vacunar –apunta Prats– todavía se tardarían semanas en ver los efectos de las vacunas en la incidencia acumulada". De media, hace falta un mes desde la primera punzada para empezar a observar los efectos protectores de la vacuna en los colectivos inmunizados. Por ejemplo, la población que tiene entre 40 y 49 años, que hace solo quince días que se está vacunando, ya ha logrado el 60% de vacunados con primera dosis y pronto se empezará a ver la bajada de casos.

En el caso de la población de entre 30 y 39 años, a pesar de tener ya el 18% de vacunados con primera dosis, todavía representan uno de cada cuatro contagios semanales. Por este motivo, desde el Biocom se pide "una reducción inmediata de los acontecimientos superpropagadores con muchos contagios" para evitar entornos de riesgo, como grandes encuentros, fiestas e interiores sin mascarilla, que puedan entorpecer el proceso de vacunación. De momento, aseguran, habrá un "crecimiento fuerte" en los próximos días, pero no será hasta tener los datos del miércoles y el jueves que se podrá tener "una idea más clara" de la evolución. Por ejemplo, si la tasa de contagio (Rt), que indica si la pandemia está en expansión, sube hasta el 2 o no. Ahora se sitúa en torno al 1,3.

Pocos jóvenes ingresados

El aumento de la transmisión en las franjas de edad más jóvenes se está dando sobre todo en Barcelona, que concentra un tercio de los contagios del país. Dentro de la capital catalana, la zona oeste es la más castigada, concretamente los distritos de Sarriá-Sant Gervasi –dónde hasta cuatro centros de atención primaria (CAP) detectan ahora el doble de casos que la semana pasada– y el Eixample. La tendencia, sin embargo, se reproduce por todo el país: de los 95.500 tests de antígenos y PCRs que hace la primaria a los casos sospechosos de covid, un 5,5% están dando positivo. En el caso de los jóvenes la cifra se dispara hasta el 8,8%, y en el de los mayores de 49 cae hasta el 2%.

Prats advierte que la primaria podría acabar saturándose: “Por la parte hospitalaria estamos tranquilos, porque tenemos suficiente margen para crecer y asumir los casos que haga falta, pero la primaria vuelve a estar sometida a una situación de mucha presión asistencial”. La primaria no solo se hace cargo de la detección de los positivos, recuerda la investigadora, sino que despliega la campaña de vacunación, hace el rastreo de los contactos estrechos junto con los servicios de vigilancia epidemiológica y atiende cualquier otra patología, sea crónica o aguda, de su población de referencia. 

El auge de contagios juveniles no está teniendo de momento un impacto en la presión hospitalaria, puesto que la mayoría de casos son leves o incluso asintomáticos. Hoy hay 467 enfermos de covid en las plantas convencionales –suponen el 4,3% del total de pacientes de los hospitales– y 136 en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Es decir, una de cada cinco camas de críticos ocupadas lo está por pacientes de coronavirus. A pesar de que este lunes se ha registrado un leve repunte en los datos de hospitalizaciones, ninguno de los cinco nuevos ingresos corresponden a menores de 29 años.

La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha detallado que todos tienen entre 42 y 62 años y que solo uno habían recibido una primera dosis de la vacuna. El resto no se habían vacunado a pesar de tener la edad para hacerlo. El problema en los hospitales se tiene por ahora en los reticentes que pertenecen a colectivos vulnerables. “No estar vacunado es asumir una situación de vulnerabilidad que es evitable”, afirma la codirectora del grupo de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Isabel Sola.

En efecto, la gente joven también enferma e ingresa en el hospital. Clara Prats recuerda que, en el ámbito europeo, aproximadamente dos de cada cien jóvenes de 20 a 29 años acaban entrando en un hospital y, a pesar de que de manera mucho más inusual, algunos de ellos pueden llegar a la UCI. “Los jóvenes no son inmunes a la hospitalización, el riesgo cero no existe, pero evidentemente tienen menos riesgo que una persona de 60 a 69 años”, apunta. Siguiendo los mismos datos europeos, esta franja de edad que todavía no está protegida del todo tendría siete veces más probabilidad de entrar en el hospital. “Ahora bien, si nos acercamos al millar de contagios solo entre los jóvenes, como parece que podría pasar pronto, implicaría que hasta dieciocho jóvenes podrían ingresar diariamente en un centro sanitario por covid”, calcula Prats.

También Sola apunta que con el covid hay una relación clara entre edad y gravedad de la infección –los más jóvenes tienen menos riesgo de enfermar–, pero recuerda que hay personas que no hospitalizan y que acaban muy inhabilitadas durante o después del contagio. “Por ejemplo, con el covid persistente, especialmente los jóvenes. Exponerse al virus es como una ruleta rusa”, alerta. 

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