El plan del Govern para el catalán en las aulas: que cada centro adapte la inmersión a su entorno

El borrador del nuevo decreto da pistas de cuál puede ser la respuesta de Educación a la sentencia del 25% en castellano

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Una estudiante de sexto de primaria haciendo un exàmen de catalán a la escuela El Tomillo

BarcelonaEl borrador del futuro decreto de currículums que está redactando el departamento de Educación, y al cual ha tenido acceso el ARA, plantea dar "autonomía a los centros" para que puedan adaptar la política lingüística a su realidad. El texto propone que cada centro decida "los criterios (...) para el aprendizaje de las lenguas (...) teniendo en cuenta la composición lingüística del alumnado y la realidad sociolingüística del entorno de cada centro". El objetivo es que los centros presten más atención a la enseñanza del catalán o del castellano en función del uso que hagan los alumnos y sus familias. Este cambio parte de la base de que el equilibrio entre las dos lenguas no es el mismo en todas las ciudades del país. Eso sí, el objetivo será el mismo para todos los centros del territorio catalán: "Finalizar la enseñanza obligatoria con el pleno dominio de las lenguas catalana y castellana, y occitana en Aran".

La mitad del currículum –el documento que fija qué y cómo tienen que aprender los alumnos– viene determinada por el gobierno del Estado y la otra mitad, por el Govern catalán. Algunos de sus aspectos se tienen que cambiar a raíz de la conocida como ley Celaá –fue impulsada por la ministra Isabel Celaá–. El texto, que enterraba la polémica Lomce del Partido Popular, se aprobó en diciembre de 2020 con los votos favorables del PSOE, Unidas Podemos, el PNV, Bildu y ERC. El curso que viene se empezarán a aplicar los cambios, pero, inicialmente, solo a los cursos impares: 1º, 3º y 5º de primaria, 1º y 3º de ESO, y 1º de bachillerato o 1º de FP básica. La semana pasada, en una videoconferencia con todos los directores de los centros catalanes, la secretaria de Políticas Educativas, Núria Mora, desgranó algunos de estos cambios, explicó que en la conselleria les habría gustado que la propuesta del Estado fuera "más osada" y dijo que en Catalunya "estamos más avanzados, tenemos más calidad organizativa y metodológica". Ahora la conselleria ha enviado los borradores a la comunidad educativa para que hagan las aportaciones que crean convenientes y en unas semanas se puedan aprobar definitivamente. Se trata, pues, de documentos temporales que todavía se pueden modificar.

Uno de los cambios más importantes de la propuesta catalana es el de la política lingüística que, además, llega en plena ofensiva judicial contra el catalán en las aulas, a raíz de la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) de considerar firme la sentencia que obliga a las escuelas catalanas a impartir el 25% de las clases en castellano. En este apartado también hay que destacar que a partir del 2024 tener el nivel C2 de catalán será obligatorio para poder ejercer como docente, tal como anunció Mora en la reunión con los directores de los centros catalanes. Este requisito, de hecho, ya estaba en la ley de educación de Catalunya, pero nunca se había aplicado y solo se tenía en cuenta como un mérito. Los planes del Govern en cuanto a la nueva política lingüística dan pistas de cuál puede ser la respuesta del Govern a la polémica sentencia del 25% de enseñanza en castellano. El viernes 21 de enero empezó a correr el plazo de dos meses para que el Govern deje claro cómo ejecutará la sentencia.

"En proceso de logro"

Además de las propuestas sobre la enseñanza en catalán, el borrador también incluye algunas modificaciones en cuanto a la evaluación, que será al final de cada ciclo (2º, 4º y 6º de primaria). Las cuatro calificaciones posibles serán: logro excelente, logro notable, logro satisfactorio y en proceso de logro, en lugar del suspenso de antes. El objetivo de este cambio de criterio es reforzar con la terminología la idea de que la enseñanza es continua.

Obtendrán el título de graduado en educación secundaria los alumnos que hayan logrado las competencias, pero los que no lleguen también lo podrán obtener si el profesorado considera que no es un impedimento para seguirse formando. "Esta situación se tendrá que reflejar en la documentación oficial de evaluación", dice el texto. Si el alumno no ha logrado las competencias y los profesores consideran que tiene que repetir curso, lo podrá hacer un año más, pero los docentes tendrán que elaborar "unas orientaciones personalizadas" en cada caso. "De manera excepcional", avisa el borrador, "un alumno puede repetir dos veces cuarto curso si no ha repetido en cursos anteriores".

El texto también dice que "en todos los documentos elaborados" los docentes tendrán que utilizar un lenguaje "no sexista ni androcéntrico".

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