Una muerte por suicidio en el mundo cada 43 segundos
Un estudio concluye que la mortalidad entre 1990 y 2021 ha descendido un 40% a escala mundial


BarcelonaLas muertes por suicidio son un grave problema de salud pública en todo el mundo: cada año se notifican 740.000 suicidios, es decir una muerte cada 43 segundos de media. Ésta es la conclusión de un estudio elaborado por investigadores del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, en Seattle, en el que han analizado las tasas de mortalidad por suicidio entre 1990 y 2021 y han recogido los datos de la carga global de la enfermedad. Según esta investigación que publica este miércoles la revista The Lancet Public Health, cada minuto hay cuatro hombres y seis mujeres que necesitan tratamiento hospitalario por culpa de una tentativa de suicidio.
"Eliminar el estigma del suicidio y las barreras para acceder a los sistemas de atención a la salud mental siguen siendo medidas críticas, especialmente entre las personas con trastornos mentales y de abuso de sustancias", avisa el autor principal del estudio e investigador del Mohsen Naghavi. Aún así, las conclusiones de la investigación revelan que, entre 1990 y 2021, la tasa global de mortalidad por suicidio disminuyó casi un 40%, lo que indica que las políticas de intervención y prevención precoz funcionan. Ahora bien, esta mejora no es universal y existen regiones y países en los que los suicidios han ido en aumento.
Por ejemplo, en los países de América Latina Central subieron un 39%, con México al frente de la lista de la región con un aumento del 123% sólo para las mujeres. América Latina andina fue la segunda región con el mayor aumento (un 13%), con Ecuador como el país con el mayor incremento para ambos sexos. Los estados de América Latina tropical fueron los terceros (un 9%), con Paraguay al frente de la lista de la región. En cuarto lugar, encontramos los países de altos ingresos de Norteamérica, que aumentaron un 7%, con Estados Unidos al frente de la lista de la región, con un salto del 23% sólo para las mujeres.
Los autores también advierten de las altas tasas que se han registrado en Europa del Este, África subsahariana meridional y África subsahariana central. En cambio, las zonas donde mejor han mejorado los indicadores son los países del este de Asia y del oeste de Europa, sobre todo gracias a la implementación de políticas de prevención. Este esfuerzo preventivo se tradujo en un descenso de la mortalidad del 65,7% y del 40,8% respectivamente. También destaca el descenso de mortalidad en Europa Central, con una caída de las muertes del 39,8%.
Los hombres mueren de suicidio el doble que las mujeres
Los autores del estudio también analizan la mortalidad por sexo y advierten de que los hombres mueren por suicidio el doble que las mujeres. Los intentos de ellos provocan la muerte tres veces con mayor frecuencia que los de ellas. Esto se debe a que los hombres tienden a elegir métodos de suicidio más violentos y letales, mientras que las mujeres son más propensas a elegir medios que "tienen una tasa de supervivencia más alta", explica Emily Rosenblad, segunda autora del estudio y responsable del proyecto en IHME. Sin embargo, las mujeres tienen un 49% más de probabilidades de intentarlo.
La investigación también ha demostrado que el acceso a medios letales se asocia con tasas más altas de suicidios. De hecho, otra variable que han tenido en cuenta los investigadores es el uso de armas de fuego, uno de los motivos que explica por qué en Estados Unidos la tasa de suicidios ha aumentado. Según las conclusiones del estudio, en EEUU un 55% de los hombres y un 31% de las mujeres que se suicidaron llevaban armas. Los investigadores también advierten que existen otras variables que influyen en estas tasas: las víctimas de violencia, agresiones sexuales y traumas infantiles tienen un mayor riesgo, así como las personas que sufren pobreza y privación social.
La pandemia, un punto de inflexión
Si bien el estudio destaca que entre 1990 y 2021 las tasas a escala global se han reducido, el investigador del Grupo de Investigación en Salud Mental del Instituto de Investigación Sant Pau, Víctor Serrano-Gimeno, advierte al ARA que ya hay evidencia de que la pandemia ha hecho crecer. "El suicidio no es un fenómeno aislado que afecte sólo a personas con enfermedades de salud mental. Todo el mundo está expuesto", avisa el experto, que no ha participado en la investigación. Según un estudio que Serrano-Gimeno publicó el pasado año, las conductas suicidas no letales, es decir, de ideación o intentos de suicidio, han aumentado a raíz de la crisis sanitaria. En concreto, subieron un 50,77% tras el confinamiento.
Por todo ello, los investigadores del IHME están identificando los patrones y tendencias existentes para desarrollar métodos de prevención del suicidio más eficaces en todo el mundo, que pueden ayudar a los responsables políticos y trabajadores sanitarios a desarrollar estrategias y enfoques más personalizados para ubicaciones y poblaciones específicas. También defienden que la prevención del suicidio es más eficaz cuando las comunidades trabajan juntas mediante sistemas de concienciación, intervención y soporte.