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Los promotores plantean dos porterías distintas para vecinos pobres y ricos en los bloques afectados por el 30%

Los promotores plantean segregar el acceso a las fincas con reserva de vivienda protegida en función de la renta

Edificios de Barcelona con la Sagrada familia al fondo.
ARA
14/02/2025
2 min
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BarcelonaEn el debate sobre cómo abordar la modificación que obliga a reservar el 30% de nuevas promociones en vivienda pública, la Asociación de Promotores de Cataluña (APCE) ha propuesto que en estos edificios mixtos, donde deben convivir vecinos con altibajos ingresos, haya dos "porterías" diferenciadas para acceder a los pisos. Esta segregación en función de la renta sería la modernización de las escaleras de servicio que servían para que las criadas y los trabajadores de las familias acomodadas no se mezclaran a la hora de entrar en la finca.

La vicepresidenta primera de la APCE, Elena Massot, que a su vez es también consejera delegada del grupo inmobiliario Vertix, ha explicado que el planteamiento de la doble comunidad no tiene nada que ver con evitar "la mixtura social", sino que ha venido a decir que todo el mundo debe sentirse cómodo, ya que la convive. Pero, además, ha insistido en que las escaleras separadas ayudarían a salvar algunas reticencias entre compradores de viviendas caras a la hora de compartir acceso con otros residentes con menor estatus económico. Con este mismo argumento, también se ha referido a las "capacidades distintas para atender gastos de comunidades" en una vivienda libre y en una protegida, porque son dos mercados con públicos muy diferenciados. "¿Queremos tener vivienda social o queremos que esta vivienda social esté a la misma escala que la otra?", se preguntó, y indicó que lo único que mueve a los promotores es hacer negocio y "vender" pisos.

Ahora bien, Massot ha indicado que, tal y como está redactada la norma del 30% de reserva de vivienda protegida, se complica la propuesta de las dos escaleras. Fue en este momento que reclamó del Ayuntamiento de Barcelona "algo más de cintura y encaje" y que, aprovechando la modificación pendiente, se tenga en cuenta que una doble puerta no es fácil de poner en práctica en los 600 metros cuadrados edificables y que se amplíe a 2.400 metros cuadrados para "tener más juego".

La propuesta de Massot ya hace una década que se ha implantado en ciudades como Nueva York o Londres, donde se conoce como poor door, es decir, puerta de pobres. Allí, los defensores de la segregación de puertas justifican que ha sido una solución imaginativa para cumplir con la voluntad de los vecinos ricos de no mezclarse con los pobres en lugares comunes de la finca. Además, también sostienen que de esta forma se puede mantener una calidad en la construcción y en los servicios diferenciada, ajustada al bolsillo de cada residente.

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