Astronomía

Descubren trazas del caldo de cultivo de la vida en el asteroide Bennu

Las muestras recogidas contienen sales esenciales para la materia orgánica inéditas en otros astros

La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA fotografió estas rocas en el asteroide Bennu.
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GinebraAunque el origen de la vida en la Tierra es desconocido, para que pueda haberla es necesario que su composición orgánica contenga una serie de elementos clave. De ahí el interés de la ciencia por encontrar evidencias de la presencia de estos elementos, no sólo en la Tierra, sino también a otros astros del Sistema Solar, como planetas, lunas y asteroides.

En un artículo publicado este miércoles en la revista Nature, investigadores del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural, en Washington, han presentado las conclusiones de las muestras que recogieron en 2023 del asteroide Bennu. Los resultados revelan que la evaporación del agua presente en el asteroide dejó un caldo rico en sales y minerales que cree que son esenciales para formar las estructuras complejas que dan lugar a la materia orgánica.

El descubrimiento sugiere que la salmuera extraterrestre fue un elemento clave en el caldo de cultivo de la vida. "Hemos descubierto el siguiente paso en el camino hacia la vida", explica Tim McCoy, curador del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural y principal coautor del estudio. Las muestras fueron recogidas por la misión OSIRIS-REx, lanzada en 2016. Ésta fue la primera misión de la NASA que logró recoger muestras de un asteroide y hacerlas llegar cuidadosamente a la Tierra para ser analizadas.

La vida en una pequeña muestra

Desde su descubrimiento en 1999, el asteroide Bennu ha generado un especial interés gracias a su proximidad a la Tierra ya su composición. Con un diámetro de unos 500 metros y situado en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, cree que podría haber formado parte de un asteroide mayor y rico en carbono –elemento fundamental de la materia orgánica–, del que se va separar.

Aunque los mecanismos precisos que dan lugar a la vida son desconocidos, los científicos creen que la presencia de ciertos materiales es necesaria para su eclosión. El carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el oxígeno, el fósforo y el sulfuro son elementos esenciales que forman parte de los compuestos orgánicos. Por este motivo, son los indicadores que los astrobiólogos buscan por todos los rincones del Sistema Solar.

En total, se han analizado 120 gramos de muestras provenientes de Bennu que contienen una gran variedad de minerales, que incluyen elementos que nunca se habían observado en otras muestras extraterrestres. Entre los distintos componentes se encuentran muestras de fósforo, un elemento abundante en los meteoritos pero escaso en la Tierra. Asimismo, se ha encontrado boro, que es relativamente común en los lagos salinos de nuestro planeta, pero es poco común en los meteoritos. Las trazas de agua así como moléculas orgánicas observadas hacen pensar en la posibilidad de que un asteroide similar a Bennu podría haber aportado estos materiales a una Tierra primigenia.

Restos omnipresentes en el Sistema Solar

Este reciente descubrimiento se añade a la lista de otras evidencias encontradas en varios astros como es Encédal, una de las principales lunas de Saturno, donde, en el 2023, la sonda Cassini también descubrió restos de fósforo. Por otra parte, la misión Hayabusa2 de la agencia espacial japonesa (JAXA) también halló muestras de uracilo en la superficie del asteroide Ryugu. El uracilo es un aminoácido esencial del RNA, una molécula muy similar al ADN, y que es fundamental en el mecanismo de transmisión de información genética de las células. Y hace sólo unas semanas, el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) aportó nuevas evidencias que implican que la materia orgánica es omnipresente en Ceres, el planeta enano que se encuentra en el cinturón de asteroides, más allá de la órbita de Marte.

Aunque la salmuera encontrada en Bennu contiene una gran variedad de minerales, todavía no está claro si el entorno en el que se encontraba en el asteroide era el adecuado para la formación de estructuras orgánicas complejas. "Ahora sabemos que tenemos los ingredientes básicos para continuar la ruta hacia la vida, pero no sabemos lo lejos que podremos llegar siguiendo este camino", declara McCoy. Así, este hallazgo podría ser sólo una de las muchas maravillas que el asteroide Bennu nos tiene reservadas. "Hemos encontrado algo que no esperábamos; ésta es la mejor recompensa de este tipo de exploración", concluye.

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