El consultorio

Un bebé llora dos horas al día: ¿qué nos está intentando decir?

El llanto es una de las cosas que más angustia provoca en los padres recientes

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Bebé llorando con su madre.

Hasta los tres meses, los bebés lloran aproximadamente una media de dos horas al día (entre una y cuatro horas diarias según las fuentes), con un pico máximo sobre las seis y ocho semanas de vida. También hay estudios que hablan de que hasta el 30% presentarán llantos prolongados y que la mayoría de estos episodios no se traducen en ninguna enfermedad o problema de salud. Sin embargo, el llanto de un bebé es una de las cosas que más sufrimiento, impotencia y angustia causa en los padres recientes. Partimos de la base de que el llanto es un mecanismo normal que utilizan los pequeños para comunicar sus necesidadesSin embargo, ¿cuándo deja de ser “normal” y pasa a ser excesivo? Daniel de Luis, pediatra neonatólogo del Hospital Parc Taulí de Sabadell, explica en este sentido que cada progenitor conozca a su hijo “juega un papel fundamental”. "Parte del aprendizaje como padres es entender qué quiere comunicar el bebé", añade. Si tuviera que elegir algún aspecto clave para diferenciar un llanto excesivo, de Luis apunta “comprobar si se puede consolar con las rutinas habituales, es decir, comiendo, succionando, tomándolo en brazos, con movimiento, cambiando de ambiente”. ., o si interfiere en sus necesidades, es decir, si no puede dormir o no quiere comer cuando le tocaría”.

¿Qué causas puede haber detrás del llanto de un bebé de pocos meses?

Dentro de las causas fisiológicas, De Luis menciona el apetito, el sueño, tener el pañal húmedo, estar incómodo, tener frío o calor, la necesidad de contacto o el dolor. Sin embargo, también habría que tener en cuenta, puntualiza, “si ha habido algún cambio en la rutina como visitas que puedan hacer que el bebé esté cansado o cambios en la alimentación, porque hay fases en las que tienen más hambre ”.

¿Existen varios tipos de llanto?

De Luis afirma que cada padre y madre “aprende a conocer a su hijo, así como a identificar si el llanto en cada momento le parece lo habitual o no”. También hay que tener en cuenta el contexto y otros gestos que pueden ayudar, como “fregarse los ojos cuando tienen sueño o buscar con la cabeza y la boca algún punto en el que chupar cuando tienen hambre”. A nivel médico, añade, hay escalas que valoran el dolor y el estrés y que suelen fijarse “en la expresión facial (hacer muecas), si muestran una respiración agitada o tensión en las extremidades, o si realizan movimientos bruscos y agitados”.

¿Y cuáles son las técnicas más adecuadas para calmarlos?

Para De Luis, las medidas ambientales son el primer paso. Esto significa "estar en un espacio con poca luz y ruido y con temperatura agradable". Para intentar relajar al bebé es clave mantener la calma, "porque puede ser una situación estresante y frustrante también para los padres", añade este profesional, que también recomienda "favorecer posturas cómodas del bebé que no eviten sujetarlo con firmeza, así como probar a masajearle o favorecer que pueda succionar o comer”. El porteo se ha relacionado con varios beneficios, “entre ellos la disminución del llanto”, dice De Luis. En cualquier caso, cada vez que el bebé llora “tenemos que valorar cuál puede ser la fuente de la molestia, si está incómodo con el método de transporte, si la temperatura no es confortable...”

¿Y qué ocurre si no nos funciona nada? ¿Hay que dejarles llorar?

De Luis desaconseja dejar llorar al bebé y recuerda que "es su forma de expresar molestias”. Sobre todo en los bebés más pequeños, los cuales “no tienen herramientas para solucionar la molestia por sí mismos”. Hace unas décadas, recuerda, van surgir métodos de crianza que favorecían dejar llorar a los niños de pocos meses, sobre todo en relación con la hora de acostarse, “pero actualmente no se aconseja”.

¿Cuándo habría que alarmarnos por el llanto del bebé?

Tal y como destaca De Luis, los principales signos de alarma son que el llanto “interfiera de forma importante en las necesidades básicas del bebé, principalmente comer o dormir”. La mayoría de casos de llanto prolongado no se relacionan con ningún problema de salud, “mientras que entre las causas médicas más frecuentes se encontrarían los cólicos, la alergia a las proteínas de leche de vaca, el estreñimiento o una infección de orina”. Ante cualquier preocupación por el estado del bebé, "es recomendable comentarlo con el equipo de atención primaria". Y entre las principales causas para ir a urgencias relacionadas con el llanto estaría "el rechazo del alimento, cambios del estado general o asociado a otros síntomas como fiebre en menores de tres meses, vómitos persistentes o mucosidad asociada a dificultades por respirar”.

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