Nuevas ciudades contra la crisis de la vivienda: ¿se podrían hacer en Cataluña?
El primer ministro de Reino Unido ha prometido construir 1,5 millones de hogares con la creación de nuevos municipios
BarcelonaDiferentes políticas públicas para resolver el problema de acceso a la vivienda proliferan en todo el mundo: desde prohibir a los extranjeros que compren pisos, como es el caso de Nueva Zelanda, Amsterdam o Canadá, hasta controlar el precio de los alquileres, con múltiples ejemplos en Occidente, incluso en nuestra casa.
Pero hace unos meses ha aflorado una propuesta mucho menos habitual en Reino Unido, y que aquí no se ve al menos desde la posguerra. El nuevo gobierno laborista de Keir Starmer ha prometido construir la "siguiente generación de nuevas ciudades" que permitirán la creación de 1,5 millones de hogares en los próximos cinco años. De momento es sólo una ambiciosa promesa electoral y los nuevos emplazamientos todavía están por determinar, pero algunos investigadores ya han hecho pública una propuesta con el punto exacto en el que hay que levantar la primera ciudad.
Más allá de elegir su ubicación, crear ciudades requiere planes territoriales generales y abrir de par en par la carpeta de urbanismo para aprobar cambios de usos, flexibilizar restricciones y muchos otros trámites burocráticos. Sin embargo, parece ser una apuesta en firme del gobierno británico para afrontar la crisis residencial del país. La pregunta es simple: ¿esta solución podría importarse en nuestro país?
El eje del ferrocarril
De entrada, hay que tener en cuenta que Cataluña ya está llena de términos municipales, es decir, no hay espacios vacíos donde crear nuevos pueblos o ciudades. Pero sí podría facilitarse, por ejemplo, el crecimiento urbanístico de esos términos. "Tenemos una gran cantidad de estaciones a lo largo de las líneas de Cercanías, sobre todo cuando salimos del ámbito de Mataró, Granollers o Martorell. Tienes pueblos en la Selva o incluso colonias fabriles. Si el tren realmente hiciera de red interurbana , tendríamos la oportunidad de copiar el modelo inglés", explica al ARA el arquitecto urbanista y miembro de Fem Vallès, Manel Larrosa.
De hecho, en Inglaterra, el último ejemplo es la ciudad de Milton Keynes, construida en los años 60 del siglo pasado. Tras la Segunda Guerra Mundial, el gobierno británico creó nuevas urbanizaciones de baja densidad en una docena de poblaciones del Reino Unido. "Y la base estaba a partir de pueblos existentes y conectados con el ferrocarril", detalla Larrosa. Si se importa este planteamiento en Cataluña, para Larrosa, un núcleo que tiene mucho interés es Hostalric porque las líneas de Cercanías y de Alta Velocidad se tocan. "A medio camino de Barcelona y Girona, al igual que existe Vilafranca hacia el norte, podrías tener un núcleo en la Selva, que nunca ha tenido una capital potente. También podría estar en Breda, Cardedeu o Llinars, pero Hostalric tiene un potencial geográfico extraordinario", ha añadido.
Para el gerente de la Cámara de la Propiedad Urbana de Barcelona, Òscar Gorgues, crecer urbanísticamente es una medida que "tiene sentido", porque hace tiempo que se habla de ampliar la región metropolitana para extender la gran Barcelona y su área de influencia. "Había pensado en Anoia, que es relativamente cercana a los aeropuertos y tiene una infraestructura ferroviaria: puede crecer de forma exponencial", explica.
Ahora bien, la condición necesaria para esta expansión residencial, que permitiría crear una segunda corona con relativa facilidad, es extender al mismo tiempo la actividad económica. "Tienes que generar actividad económica, y quienes también genera son las administraciones, que han tenido la tendencia de centralizar sus servicios. Si descentralizas es mucho más factible crear nuevos núcleos residenciales y bajar la presión demográfica", explica Gorgues.
En este sentido, Larrosa cree que las administraciones deberían caminar hacia la regionalización para que sean nuevos gobiernos regionales que impulsen estos crecimientos residenciales: "La única administración metropolitana es el AMB. Hemos reconocido la veguería del Penedès, pero no le hemos dado ningún instrumento", explica. "Hay que tener en cuenta que crece más la región de Barcelona que el área, y más el área que la ciudad. Desde principios de siglo está exportando 11.500 ciudadanos al año. Hay un proceso que se podría ordenar: n' hay que vienen a Sabadell, ciudad media cercana. Este proceso estaría bien ordenarlo", añade Larrosa.
Para el codirector del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA), Jaime Palomera, construir a gran escala plantea tres grandes dificultades: un gasto muy elevado que ve "imposible" de llevar a cabo sin aumentar impuestos; la generación de emisiones de carbono por encima de los límites marcados por Europa y las capacidades productivas limitadas del sector.
La barrera burocrática
El proceso de levantar nuevos hogares tiene muchos estadios, que van desde el suelo hasta la habitabilidad, y comporta una importante carga burocrática: primero es necesario un plan de ordenación urbana, en el que se pueden hacer las modificaciones, como recalificar un suelo agrícola para su residencial. "Tienes que definir la habitabilidad, también debes hacer el proyecto de urbanización, debes hacer un estudio de impacto medioambiental, de inundabilidad... eso hace que los procedimientos sean enormes", detalla Gorgues.
Para construir de forma rápida, según este experto, también debería tenerse una normativa más flexible para facilitar su desarrollo y acabar con la obligación de destinar el 50% de las viviendas construidas a protección oficial. "Las restricciones en desarrollo lo que hacen es pasar una carga muy importante a la vivienda libre: si la mitad debe soportar todos los costes de hacer VPO es tan caro que no puedes venderla", añade.