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Cuerpo y mente

El arte de saber comunicar: "Hablando la gente no se entiende"

Conversamos con el psicólogo Xavier Guix, especializado en comunicación y programación neurolingüística

'Cuerpo y mente'.
02/03/2025
3 min
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Barcelona¿Cuántas veces hemos dicho algo que se ha interpretado justo al revés de lo que queríamos decir? ¿Cuántas veces, a través de las palabras, hemos querido construir puentes y lo único que hemos hecho ha sido levantar muros? Expresiones como "hay que hablar", a menudo iniciadas con la mejor de las intenciones, han acabado creando desastres épicos. Y todo porque no hemos sabido comunicarnos bien.

Parece que comunicar ideas y sentimientos sea una herramienta básica de nuestra especie. Damos por supuesto que somos capaces de llevarlas a cabo con éxito, pero nada más lejos de la realidad. Saber comunicarse es un arte a trabajar. Al menos esto asegura el psicólogo Xavier Guix, autor del libro Ni me explico, ni me entiendes (Arpa, 2025).

"La palabra, lo que nos decimos, no es suficiente para entender el marco de referencia de una persona", asegura Guix. Es decir, cada persona construye su realidad a través de lo que entiende en su propio circuito mental. "Lo que a mí me parece normal y comprensible, no quiere decir que para el otro sea igual, porque el otro lo entiende según su mapa mental", matiza. Y es ahí cuando comienzan los malentendidos y los problemas de interpretación, "porque todo el mundo considera que su versión es la buena".

Si a esto le añadimos que a menudo no decimos las cosas tal y como son, sino que las intentamos decir "según imaginamos o pensamos que debemos decirlas dependiendo de la relación con la otra persona", esto sólo hace que generar aún más confusión a la hora de comunicarse. "Yo siempre digo que hablando la gente no se entiende –ríe–. Para entendernos necesitamos un recurso, un esfuerzo personal de querer entender al otro, como es su mapa y qué querrá decirme. Si no sé entenderlo, entonces lo interpretaré según mi manera", aclara.

Otro reto a la hora de hacernos entender es tener presente nuestra comunicación no verbal, que según Guix representa el 93% de nuestra forma de expresarnos. "En nuestra historia evolutiva, el habla es la parte más moderna, y antes eran los gestos y expresiones sonoras las que daban información a los demás", dice. Esto ha desarrollado en los humanos una mayor sensibilidad frente a la observación durante la comunicación. Es decir, cómo mostramos la cara y cómo modulamos nuestra voz son aspectos que pueden marcar la diferencia a la hora de hacernos entender. ¿Y si resulta que no nos damos cuenta pero estamos utilizando un tono de voz inadecuado? "Una persona no se puede escuchar a sí misma. Puede pensar que está hablando normal y el interlocutor percibir que está gritando demasiado. Y lo mismo ocurre con las expresiones faciales. Uno puede pensar que está haciendo una cara normal y el otro ver que está encendido y tiene los ojos fuera de las órbitas", compara Guix.

Relación y mensaje

Claro que a veces existen relaciones que, por su naturaleza, tienen más tendencia a no entenderse bien. "Pero esto es ya un problema de relación, no de comunicación", matiza el psicólogo, que considera fundamental entender que toda comunicación siempre tiene un doble sentido: "Hay un mensaje, una información que va dirigida al contenido y otra que va dirigida a la relación, y ambas interfieren". En otras palabras, si te sientes gusto con una persona, puede que lo que te cuente ya lo des por bueno. Pero si no estás bien, aunque sea tu pareja, a la hora de comunicarte no dejarás pasar ni una, porque el vínculo ya está afectado.

Entonces, ¿cómo conseguimos comunicarnos de forma eficaz? Yeso tiene claro que, para lograrlo, debemos recurrir a la metacomunicación. "Solo podemos entendernos si somos capaces de hablar sobre cómo nos comunicamos", asegura. Es decir, el problema no es tanto la comunicación como la capacidad de hablar de cómo estamos utilizando esta comunicación. "Si no se da ese paso tan necesario, de nada servirán otras herramientas como la asertividad o la empatía", continúa el psicólogo.

Por tanto, un paso imprescindible es preguntar: "No como si fuera un interrogatorio, sino preguntas suaves y amables para saber qué está interpretando el otro, que está entendiendo y cómo lo estoy diciendo", matiza. Ésta es la única manera que tenemos para saber cómo el otro está procesando tu información. "Si no hacemos esto, lo único que hacemos es presuponer, y esto ya es empezar con los malentendidos", continúa.

Por último, Guix aconseja que, a la hora de comunicarnos, debemos dar mucha importancia a la respuesta del otro. "Si vemos que no está respondiendo como nosotros preveíamos, quiere decir que la comunicación está fallando por nuestra parte. Nosotros debemos ocuparnos de saber que el otro ha recibido el mensaje que queríamos que recibiera. Si no lo conseguimos, no debemos culpar al otro, sino preguntarnos si realmente nos estamos explicando bien", concluye.

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