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La Torre Agbar fue adquirida por Merlin Properties por un precio de 142 millones de euros en 2017.
07/04/2025
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"Moderación de contenidos" es una denominación eufemística para referirse al trabajo de filtro que hacen ciertas personas en las redes sociales con el propósito de evitar que la gente cuelgue verdaderas atrocidades. En efecto, las redes (especialmente las de mayor proyección global, como Facebook, Instagram, X o TikTok) reciben continuamente miles de vídeos para muchos de los cuales el calificativo de basura se queda tristemente corto. Gran parte se deben a personas que, por el motivo que sea, deciden grabarse cometiendo crímenes, cuanto más violentos y truculentos mejor. Violaciones, asesinatos, mutilaciones, profanaciones, en los que las víctimas pueden ser animales, pero también bebés, ancianos, mujeres embarazadas, cadáveres, etc. Y un gran número de suicidios, también.

El trabajo de moderador de contenidos consiste en ver todo este material y descartarlo para que no se publique. A veces el nivel de violencia o la capacidad ofensiva de estos vídeos se queda en una línea más sutil (entre lo que es tolerable y lo que no lo es, y sobre todo entre lo legal y lo que no lo es), y entonces al moderador de contenidos también le corresponde dilucidar qué se publica y qué no. Tiene poco tiempo para hacerlo (segundos, la mayoría de las veces), y a cambio está sometido a una gran presión: si se equivoca, la responsabilidad es suya, y la empresa lo penalizará. También sufre un fuerte desgaste psicológico debido a la naturaleza extrema del material audiovisual que está obligado a revisar, y a menudo sufre estrés, ansiedad o depresiones.

Telus International es una empresa de moderación de contenidos que hasta hace unos días trabajaba para Meta (que es la matriz de Facebook e Instagram) y tenía su sede en la Torre de las Aguas de Barcelona, o Torre Agbar, o como la llaméis. Hace unos días, Meta rompió el contrato con Telus y, como consecuencia, Telus se va de Barcelona y deja a unas 2.100 personas con un futuro laboral más que incierto: los trabajadores están en casa con un permiso retribuido a la espera de que se pongan en marcha las negociaciones para evitar que se vayan a la calle, tal y como explica la información de Carlota Serra Llagostera y Paula Solanas Alfaro en este diario. Todo esto ha pasado sin previo aviso, que es la forma de actuar de las multinacionales de naturaleza expat como Telus, que ahora simplemente podría desaparecer de Barcelona. Telus ya había sido multada (con 40.985 euros) por Inspección de Trabajo debido a los efectos de su actividad sobre la salud mental de sus empleados.

Aparte del conflicto laboral, en el que tendrán que intervenir los sindicatos y la Generalitat, sería interesante detenerse un momento a pensar qué tipo de sociedad es la que genera un puesto de trabajo consistente en valorar vídeos en los que, según una extrabajadora de Telus, "te puedes considerar afortunado si solo hay una decapitación". Antes que eso, todavía, en una sociedad en la que tanta gente siente la necesidad de grabarse en vídeo mientras comete un acto de máxima violencia, con el objetivo de compartirlo en una red social para que pueda verlo todo el mundo.

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