Esport

Hacer deporte al aire libre (sin necesidad de ser Rocky)

Escalada, 'skate ', petanca o tenis de mesa, la lista de deportes que se pueden practicar en espacios abiertos en Barcelona es casi interminable

Mar Calpena
5 min
Un hombre haciendo deporte por la avenida Tibidabo de Barcelona durante la franja horaria permitida.

BARCELONAEl deporte al aire libre gana adeptos, y no solo debido al covid. Si años atrás eran tan solo los corredores los que, como Rockys, hacían suyas las calles para entrenar, cada vez son más los que han optado por dejar de pagar la cuota del centro deportivo y aprovechar el espacio público para ponerse en forma y, de paso, recargar vitamina D y sumergirse en la naturaleza.

De hecho, el fenómeno no es nuevo. Durante la crisis económica de 2008 ya se notó un ligero descenso del gasto de los hogares en concepto de deporte, que tocó mínimos en 2014 y se fue recuperando hasta lograr máximos históricos en 2018, según datos del INE. A la práctica esto no era tanto un indicador de que hubiéramos decidido descuidarnos como que, en general, optamos por formas más baratas de cuidarnos. La prueba está en el hecho que otros indicios, como el número de zapatillas vendidas o el de inscritos en cursas populares, también se dispararon a partir de entonces. Y ahora parece que la tendencia se mantendrá, después de un año de cierre intermitente de los gimnasios, con una crisis económica que todavía dura y una población que tiene muchas, muchas ganas de aire libre. Y es que, como dice el fisioterapeuta y profesor de fisioterapia de la Universitat de Lleida Manel Domingo, “hacer deporte en exteriores es para lo que nuestro cuerpo está preparado naturalmente. Es un factor preventivo, porque es lo que estamos diseñados para hacer. La naturaleza es un inmenso gimnasio”. 

¿Qué tenemos que saber antes de empezar?

A pesar de que la actividad física al aire libre tiene un montón de ventajas, también pueden surgir problemas. De entrada, el deportista de ciudad debe evitar las zonas y las horas más contaminadas, algo que no siempre es fácil. Y, como en toda actividad física, siempre hay riesgo de lesiones. “Las primeras semanas no suelen darse”, comenta el podólogo y profesor de la UB del máster de podología deportiva Joan Térmens, “y cuando uno empieza a coger fondo, el corazón y los pulmones ya no se cansan tanto, pero entonces es cuando el aparato locomotor se queja”. 

Térmens explica que “el asfalto es un terreno muy duro y muy plano, y las pisadas siempre son iguales y las repetimos mucho. Quizás cuando andamos pronamos un poco demasiado el pie hacia fuera, es decir, lo apoyamos en su cara interna, y esto no tiene más importancia. Pero al correr, todo se lleva más al límite, y este impacto repetido puede conducir a dolores en la espalda, la cadera… En cambio, corriendo por montaña, por ejemplo, esto no pasa, porque vamos adaptándonos al terreno”. El experto comenta que, idealmente, si queremos practicar carrera sobre asfalto estaría bien hacernos hacer un estudio de la huella en manos de un profesional, pero que como mínimo es importante que elijamos un calzado adecuado para la actividad que queremos llevar a cabo. “Por ejemplo, si tenemos que hacer ejercicio de musculación, necesitaremos un talón más reforzado, etc, y sobre todo no usar unos únicos zapatos para todas las ocasiones”.

Domingo, por su parte, recuerda que “hay una frase que no por conocida deja de ser cierta, y que es que, cuando tienes sed es que hace rato que ya tendrías que haber bebido. El cuerpo no da señales hasta que ya es tarde, y está demostrado que no estar correctamente hidratado genera muchas lesiones de carácter tendinoso y muscular, así que hay que pensar al beber si hacemos ejercicio al sol”. El fisioterapeuta resta importancia a estirar, y en cambio enfatiza la necesidad de hacer un buen calentamiento antes de empezar para evitar problemas posteriores. Manos a la obra, pues.

Elegir una actividad

¿Todo preparado? A pesar de que correr es la posibilidad más fácil para el deportista de calle, ¡tenéis muchas más para elegir! De hecho, el simple hábito de andar regularmente es un buen ejercicio, y hay un ciclo de caminatas, el Barnatresc, que invita a explorar la ciudad en salidas regulares o apuntaros a descubrir la marcha nórdica a través de las salidas de centros cívicos y asociaciones especializadas. Pero si insistís en emular a Rocky Balboa, podéis iniciaros en el atletismo a través de alguno de los muchos programas de iniciación al running  que encontraréis en la red y que combinan intervalos de andar con otros de trotar o juntar fuerzas con algún grupo de entrenamiento, como los que propone La Bolsa del Corredor (bcteam.club).

Los que buscan algo similar a las actividades clásicas de un gimnasio pueden optar por los circuitos que hay en varios jardines y playas de la ciudad con bancos de abdominales y barras de equilibrio, de flexiones y de salto. La lista completa está en la web del Ayuntamiento, pero quizás destaca el del Espigó del Gas, el Nike Outdoor Training Project, que tiene dieciocho elementos donde hacer varios tipos de entrenamientos funcionales y de calle. 

En parques y playas también es habitual encontrar grupos que hacen actividades dirigidas bajo la supervisión de un entrenador personal o un monitor de yoga, pero hay que vigilar que se trate de profesionales cualificados y con seguro, y se tiene que vigilar que en todo caso respeten las medidas de prevención del covid. Estas clases dirigidas se pueden contratar a través de apps como Urban Sports Club o de páginas de encuentros, como Meetup, o incluso directamente en algunos parques grandes durante el fin de semana. Pero si sabéis qué estáis haciendo, nada os impide practicar por cuenta vuestra. De septiembre a julio el programa Activa’t als parcs organiza semanalmente clases de taichí y chikung en algunos parques de la ciudad (Como, por ejemplo, el de la Maternitat), que a pesar de que están encaradas a gente mayor están abiertas a todo el mundo.

En las playas también podéis formaros en disciplinas como la vela, el SUP o la natación en aguas abiertas, en escuelas como el Centre Municipal de Vela (Moll de Gregal, 33) o el Espai de Mar (paseo Marítimo, 5, bajos). Del mismo modo, las piscinas municipales al aire libre (como por ejemplo la de Montjuic, en la avenida Miramar, 31, o las Picornell, de la avenida del Estadi, 30-38) que por el precio de la entrada no solo os permitirán nadar sino también disfrutar de algunas de las mejores vistas de la ciudad. 

La fiebre de los rocódromos.

Y en la misma montaña tenéis otras opciones: la sala de escalada Climbat, de La Foixarda, dicen las malas lenguas que se ha convertido en uno de los lugares preferidos para las primeras citas, quizás porque ensartarse en sus 15 metros de pared vertical es una manera segura de acelerar el corazón. Para los amantes de actividades más tranquilas -o no- muy cerca tenéis la Escola Municipal d’Hípica La Foixarda (avenida Montanyans, 1), un mundo mágico dentro de la montaña.

Por otro lado, sin entrar mucho en el mundo de los deportes de equipo -aquí hablamos más bien de la práctica individual-, hay que mencionar también la gran cantidad de pistas de baloncesto y fútbol que hay dispersas por toda la ciudad, y donde podréis hacer fácilmente partidillos improvisados, así como jugar a tenis de mesa y a petanca. En este último caso, si queréis aprender bien, la recomendación es que os apuntéis a alguno de los clubes de la ciudad, como el del Carmel (Gran Vista, 27), donde descubriréis un mundo insospechado, muy familiar, con sus propios Messis y derbis de alta rivalidad. Y en los lugares donde esté permitido, los amantes de los patines y el skate  tenéis muchos lugares donde rodar. Uno de los más interesantes es la Pista Skater de La Marina, un skate park de 3000 metros cuadrados que se inauguró hace un par de años. Casi todos estos equipamientos ofrecen también actividades y cursos para niños, muchos son gratuitos o tienen un precio módico, y permiten la entrada puntual. ¡No tenéis excusa!

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