Brasil, India y Sudáfrica se desmarcan de apoyar a Ucrania en la cumbre de paz
Se han abstenido de firmar la declaración conjunta que defiende la integridad territorial del país
BarcelonaLa conferencia de paz celebrada en los Alpes suizos este fin de semana ha concluido con una declaración conjunta que apoya las tesis de Kiiv sobre cuáles deben ser las bases de un futuro proceso de paz en la guerra que enfrenta a Rusia y Ucrania. Ahora bien, este éxito de la diplomacia ucraniana se ha visto aguado debido a que una quincena del centenar de participantes, entre los que potencias del Sur Global como Brasil, India y Sudáfrica, se han abstenido de firmar la declaración. Además, ya habían declinado tomar parte en la cumbre la propia Rusia y China, su gran aliado. Por tanto, no está nada claro si la cumbre tendrá algún impacto en la dinámica del conflicto, iniciado en febrero de 2022 y que ya ha provocado decenas de miles de fallecidos.
La declaración reafirma la importancia de respetar los principios del derecho internacional y la Carta de la ONU en cualquier proceso de paz, incluida la integridad territorial y la independencia de Ucrania. Ahora bien, reconoce que para llegar a una paz “completa y duradera” será necesaria una “más participación de los representantes de todas las partes”, una velada referencia a Rusia, el gran ausente. La anfitriona, la presidenta suiza, Viola Amherd, lo ha expresado sin tapujos: "Una cuestión clave permanece: ¿cómo y cuándo podría Rusia ser incluida en el proceso? Lo hemos oído en muchas de sus declaraciones. Una solución duradera debe involucrar a las dos partes".
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha calificado la cumbre de "inútil" poco antes de su inicio, y ha planteado unas condiciones maximalistas para un alto el fuego, incluida la cesión a Moscú de más territorio ucraniano. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, aseguró que Putin está dispuesto a dialogar para llegar a un acuerdo de paz, pero advirtió de que cualquier pacto deberá reflejar el equilibrio de fuerzas en el campo de batalla. "Putin no rechaza nada, no rechaza la posibilidad de conversaciones. Los acuerdos sobre el papel son fruto de complejas negociaciones entre expertos, un equilibrio de intereses y, naturalmente, tener en cuenta las realidades sobre el terreno. Y esto también será así en este caso", ha afirmado Peskov.
Por su parte, Kiiv se felicitó por el contenido de la declaración conjunta y considera que la cumbre fue un éxito. "El texto es equilibrado, todas las posiciones de principios sobre las que Ucrania había insistido se han tenido en cuenta", ha comentado el ministro de Asuntos Exteriores, Dmitró Kuleba, citado por la agencia Reuters. "Evidentemente, entendemos perfectamente que llegará el momento de hablar con Rusia, pero nuestra posición es clara: no vamos a permitir que Rusia hable con el lenguaje de los ultimátums como hace ahora", ha añadido.
A la conferencia han asistido más de 50 jefes de estado y de gobierno, entre ellos el alemán Olaf Scholz, el francés Emmanuel Macron y el español Pedro Sánchez. Por Estados Unidos lo ha hecho la vicepresidenta, Kamala Harris. Todos estos países se encuentran entre los signatarios de la declaración conjunta, así como otros países que a menudo se han mostrado cercanos a las tesis rusas o han querido exhibir neutralidad, como Serbia, Turquía y Hungría de Orbán. "Un país no puede invadir a su vecino. No puede anexionarse el territorio de otro país por la fuerza", dijo Sánchez en la reunión del plenario que puso fin a la cumbre.
Los disidentes
Entre los estados que han rechazado firmar la declaración se encuentran India, Brasil –que ha asistido con el estatus de observador–, Sudáfrica, México, Arabia Saudí y Vaticano. Durante todo el fin de semana se ha especulado con que Riad podría ser el anfitrión de una futura conferencia que dé continuidad al proceso de diálogo iniciado en Suiza con el objetivo de incluir a Rusia. Sin embargo, en estos momentos ni siquiera se ha confirmado la celebración de una segunda cumbre.
Además de apoyar la integridad de Ucrania, la declaración conjunta hace mención de tres aspectos concretos vinculados al conflicto. En primer lugar, defiende que debe garantizarse la seguridad de las instalaciones nucleares ucranianas, en especial la central de Zaporíjia, que debería volver a pasar a estar bajo control ucraniano.
En segundo lugar, aboga por el respeto al principio de libre navegación por el mar Negro, para que la guerra no afecte negativamente a la seguridad alimentaria mundial. De hecho, se explicita que la seguridad alimentaria no puede utilizarse como “un arma”. La inclusión de este punto es una advertencia directa en el Kremlin, que ha intentado impedir las exportaciones de grano ucraniano. Por último, el texto hace un llamamiento a la liberación de todos los prisioneros de guerra, así como al regreso a Ucrania de todos los civiles detenidos y de los menores ucranianos deportados a Rusia ilegalmente.
Ante las notables ausencias en la firma de la declaración conjunta y de que no se hayan abordado cuestiones como el alineamiento geoestratégico de Ucrania, el canciller austríaco, Karl Nehammer, ha optado por ver el vaso medio lleno: "La conclusión importante es que todos hemos venido aquí y hemos hablado. Muchos países de continentes diferentes están hablando entre ellos. Ésta es la esencia de esta conferencia. La paz y los procesos de paz llevan tiempo, se avanza milímetro a milímetro". Una vez que se han apagado las luces en el lujoso complejo de Bürgenstock ha vuelto a quedar claro que será la evolución en las trincheras del este de Ucrania el factor que marcará el futuro del conflicto.