El pueblo de la gigafábrica de Musk donde triunfa Alternativa para Alemania
Grünheide, un pueblo de 9.000 habitantes, acoge la única fábrica de Tesla en Europa

Grünheide (Alemania)En Grünheide, un pueblo de 9.000 habitantes de la antigua Alemania comunista en la que el multimillonario tecnológico Elon Musk ha construido la primera fábrica de Tesla en Europa, la extrema derecha fue el partido más votado en las elecciones federales del 23 de febrero. Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo 32,5% de los votos. "He votado a AfD", explica Marc, de 18 años, en el centro de Grünheide. Este joven alemán, que no quiere dar su apellido, achaca el éxito a la región del partido de extrema derecha a que muchos alemanes del este están "hartos" de las políticas de la coalición semáforo, formada por los socialdemócratas del canciller saliente Olaf Scholz, los ecologistas y los liberales.
Marc, que al igual que Elon Musk, considera que solo AfD puede salvar a Alemania, aplaude el programa antiinmigración de este partido de extrema derecha. Este joven, que estudia formación profesional y lleva la cabeza rapada, está a favor de "expulsar a los extranjeros delincuentes y no llevar a tantos [extranjeros] al país para que queden puestos de trabajo libres".
Grünheide, situado a medio camino entre Berlín y Polonia, no es una excepción en la antigua República Democrática Alemana (RDA). AfD fue el partido más votado en los cinco estados de Alemania del Este, donde obtuvo entre el 32% y el 38% de los votos. El récord de votos en AfD lo ostenta Karlsdorf, un pueblo de Turingia, donde el 73,3% de los 117 habitantes votaron a la extrema derecha.
AfD, que ha hecho de la inmigración su principal tema de campaña, es más fuerte en Alemania del este, donde curiosamente viven menos inmigrantes: por ejemplo, sólo el 7,5% de los habitantes de Brandeburgo, el estado federado donde se encuentra Grünheide, son extranjeros, frente al 23,3% de Berlín. "AfD atiza los miedos de la gente. En las regiones donde hay menos extranjeros, se vota más a AfD. No tiene sentido, pero es populismo y la gente les escucha", explica Thomas Grünert, un vecino de Grünheide que votó La Izquierda, el equivalente de Podemos en Alemania.
Más convencidos y menos voto de castigo
El partido de la ultraderechista Alice Weidel convence cada vez más a los alemanes, no sólo del este, sino también cada vez más al oeste. "Mucha gente cree que lo que defiende AfD es correcto. Así que la creencia de que los votantes de Alternativa para Alemania les votan principalmente como protesta es ingenua", según Julia Reuschenbach, la politóloga de la Universidad Libre de Berlín (FU Berlin). "El número de votantes de protesta es cada vez menor, mientras crece el número de los que dicen estar convencidos de lo que dice la AfD, de lo que representa y de lo que exige", explicó Reuschenbach en un encuentro con la Asociación de la Prensa Extranjera.
La gigafábrica de Tesla y su controvertido propietario, Elon Musk, dividen a Grünheide. Musk, durante la campaña electoral, ha insultado al canciller saliente Scholz y al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier. Dijo que Scholz, con quien inauguró en 2022 la fábrica de Tesla, es "burro" y un "estúpido incompetente". Musk consideró que Steinmeier es un "tirano antidemocrático", después de que el jefe de estado denunciara los intentos de injerencia extranjera en la campaña electoral alemana.
Cambio de postura de AfD respecto a Tesla
El propietario de Tesla y de la red social X, durante la campaña electoral pidió el voto para Alternativa para Alemania. Este partido ultraderechista, antiinmigración y euroescéptico aboga por el cierre de fronteras y expulsiones masivas de extranjeros. En Grünheide, en la fábrica trabajan 12.500 personas de 150 países, que producen 5.000 Teslas made in Germany a la semana.
Curiosamente, Alternativa para Alemania se oponía a la construcción de la fábrica. "¿Qué se cree Tesla? ¿Dónde llegaríamos si entregáramos nuestro país a cada multimillonario estadounidense para que lo destruyera a su antojo?", se preguntaba en el 2021 la líder local de AfD, Kathi Muxel.
Sin embargo, el apoyo de Musk a AfD durante la campaña electoral ha hecho que el partido haya dado un giro de 180 grados a la hora de hablar del impacto de este fabricante de automóviles eléctricos y baterías en la región. "Tesla es un factor económico, un empleador y un contribuyente importante en la región", opina ahora Steffen John, portavoz de política económica del grupo parlamentario de la AfD en Brandeburgo.
La fábrica de Tesla, que ocupa 300 hectáreas de terreno, es para Grünheide "una maldición y una bendición a la vez", según la socialdemócrata Pamela Eichmann, presidenta del consejo municipal. "Aspectos positivos: puestos de trabajo para la región, aumento de los ingresos fiscales para el municipio y atención nacional e internacional para nuestra localidad", explica en el ARA. Pero también hay "aspectos negativos: la tala de bosques y la reforma de la infraestructura. Los ciudadanos temen la escasez de agua y un mayor impacto en la flora y la fauna".
La fábrica está situada a dos kilómetros del centro de Grünheide. Muchos de sus trabajadores viven en Berlín o en la cercana Polonia y van a la fábrica en coche o en tren. Desde la desangelada estación de Fangschleuse, en las afueras del pueblo, salen autobuses hacia la fábrica. Pocos trabajadores de Tesla pasan por el centro de Grünheide. Los empleados que esperan a la lanzadera se niegan a hacer declaraciones a la prensa sobre las elecciones alemanas, Musk o el triunfo de la extrema derecha en Alemania del este. Muchos temen perder el puesto de trabajo si hablan. Muchos son extranjeros que no hablan alemán.
"El tráfico ha aumentado un 150%. El microclima ha cambiado. Y la contaminación lumínica es enorme. Vivo a 10 kilómetros de la fábrica y por la noche tenemos el cielo iluminado. Es increíble", explica en un café del pueblo Manu Hoyer, miembro de la Iniciativa.
Tesla ahora quiere ampliar la fábrica 170 hectáreas más. Por eso habrá que talar 100 hectáreas de bosque para construir una estación de mercancías, almacenes y una guardería. "¿Pero quién lo paga? Los contribuyentes, no Tesla", se queja Hoyer sobre los planes de construir una nueva estación de tren más cerca de la fábrica y aún más alejada del pueblo.
Varios vecinos de Grünheide enumeran la subida de los alquileres y de los precios de la vivienda entre los impactos negativos que ha tenido la apertura de la fábrica de Tesla en la región. En una reciente consulta popular, la mayoría de los habitantes de Grünheide votaron en contra de la ampliación de la planta. El no a la ampliación de Tesla es "una victoria histórica" para la protección de los bosques y las aguas, no sólo en Grünheide, sino también en todo Brandeburgo y Berlín, según Hoyer, que muestra, en una vuelta en coche, el impacto ambiental que ha tenido la fábrica en la región.
"He sido elegida por los ciudadanos, no por Tesla. Seguiré trabajando por los intereses de los ciudadanos de Grünheide. Siempre me ha parecido importante intervenir entre los ciudadanos que están a favor de esta implantación y los que están en contra", concluye la presidenta del consejo municipal.