La cineasta catalana que dirige tus series favoritas
En 2024 Elena Trapé dirigió dos de las series más destacadas del audiovisual español, 'Yo, adicto' y 'Celeste'


BarcelonaCon títulos como Las distancias y Los encantados, Elena Trapé (Barcelona, 1976) es uno de los nombres de referencia del cine catalán. Su filmografía se ha construido en paralelo a su trayectoria de directora de series de televisión, una tarea que en 2024 le permitió participar en proyectos como Yo, adicto y Celeste, dos ficciones que asegura que ella habría visto como espectadora independientemente de su vínculo con ellas.La cineasta atiende al ARA justo un día antes de ponerse al frente de una nueva ficción serializada de la que no puede revelar el título porque la plataforma que la emitirá aún no lo ha hecho.
En una ficción televisiva, lo habitual es que no todos los capítulos los dirija la misma persona. "En el cine el trabajo del director es siempre muy solitario. Cuando entras en un proyecto de serie, de repente compartes y tienes diálogo con otras personas que trabajan de forma muy distinta a la tuya", señala. Cuando se repasa el currículum televisivo de Trapé una de las sorpresas es encontrar entre los títulos Élite, la serie adolescente de Netflix, bastante alejada del universo cinematográfico de la directora, más intimista y de autor. De hecho, ella fue la encargada de dirigir los dos capítulos finales de la serie y asegura que una de las cosas que más agradece a esa ficción es haberle dado la posibilidad de experimentar. "No pudo rodar Los encantados cómo lo hice si no hubiera pasado por Élite y por Rapa. Probé cosas que nunca había probado", argumenta. ¿Cuáles son las cosas que ha aprendido gracias a la televisión? Pues desde rodar una escena de persecución hasta filmar una discusión entre ocho personas.
Ante aquellos que señalan Élite como ficción fast food, Trapé la defensa y la reivindica. "Si yo hubiera tenido 18 años, la habría visto seguro, habría sido pegadísima como lo estuve de Sensación de vivir", confiesa, y señala que la serie ha sabido reírse de sí misma y, al mismo tiempo, introducir cuestiones como la identidad de género, la orientación sexual y el consumo de drogas.
El salto a la televisión
Más allá de las posibilidades creativas que da trabajar en una serie, hacer carrera en televisión también es una almohada económica necesaria para seguir en el cine. “Económicamente, yo necesito trabajar. decir «Ahora paro seis meses y me dedico a escribir». Lo sufro mucho porque me encantaría poder hacerlo, pero no puede ser», reflexiona. que levantar sus largometrajes, que se encuadran dentro de un cine no comercial, lleva tiempo, y mientras tanto es necesario ganarse la vida.
ámbito en el que trabajaba cuando no estaba dedicada al cine. Las distancias que a Trapé le cogió el gusanillo de hacer ficción aunque no fuera en el cine, y fue así como se introdujo en el mundo de las series. "Yo le había conocido cuando nos había hecho de editor de guión en un proyecto que nunca llegó a salir. Cuando él estaba preparando la serie HIT, para TVE, pensó en mí porque yo había trabajado con adolescentes en Blog", recuerda. Después de aquella serie, y mediante un representante que buscó en Madrid, saltó a hacer Rapa. "El cine y la televisión no son vasos comunicantes. Tú puedes tener una carrera de cineasta haciendo largometrajes y que nadie te conozca en una productora. No es tan fácil saltar de una cosa a otra", dice. Asegura que el hecho de no haber tenido ninguna nominación a los Goya –pese a haber sido distinguida con tres Bisnagues en el Festival de Málaga– hace que no la tengan tan presente.
De sus dos últimos proyectos televisivos, Yo, adicto y Celeste, habla como experiencias intensas. De la primera, basada en la historia de desintoxicación de Javier Giner, asegura que ha sobrepasado los límites del trabajo para acabar convirtiéndose en una experiencia vital profunda. De la segunda, remarca que se echó de cabeza nada más leer el mapa de tramas. Se define como una gran consumidora de series desde joven y, a pesar de su mala fama binge watching, confiesa que prefiere mirarlas de un tirón, aunque en algunos casos no es lo más recomendable. "Yo, adicto la vi de un tirón en el Festival de San Sebastián y salí como si me hubieran apaleado", dice.
Sobre el supuesto menosprecio del cine hacia la televisión, Trapé considera que es algo del pasado. "Desde que HBO empezó a hacer A dos metros bajo tierra y Los Soprano, el cine ya no menosprecia la televisión. En 2000 empezó una propuesta de hacer ficción televisiva con lenguaje cinematográfico y con unos planteamientos que quieren aprovechar la duración que puedes tener en la tele para desarrollar de una manera más profunda los personajes y las historias", explica. Asegura que como directora de series es muy consciente de que el exceso de oferta ha hecho que los espectadores sean más exigentes y menos pacientes. Diego San José [creador de Celeste] lo decía mucho durante el rodaje para hurgarme: «Venga, va, ahora rodaremos la escena que hará que la gente siga mirando la serie o la deje»".