La Unión Europea pretende recaudar 140.000 millones con el nuevo impuesto a las energéticas
Bruselas quiere gravar con un 33% de los beneficios extras de las compañías de combustibles fósiles
BruselasDespués de un alud de filtraciones a los medios y los tira y afloja entre los diferentes estados miembros y la Unión Europea, hoy la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha formalizado en el discurso del estado de la Unión las principales medidas que propondrá a los Veintisiete para llevar a cabo "una reforma absoluta" del mercado energético. Hacemos una compilación.
Impuestos a los beneficios extraordinarios a las energéticas de combustibles fósiles
Von der Leyen ha anunciado que la Unión Europea prevé recaudar 140.000 millones de euros con el nuevo impuesto que grabaría el 33% de los beneficios extraordinarios de las compañías de combustibles fósiles –petróleo, gas, carbón y refinamiento–, es decir, de las ganancias que han tenido este último año respecto a la media de ganancias obtenidas en los tres últimos cursos, puesto que es un sector que ha aumentado de manera sustancial sus beneficios durante los últimos meses gracias a los precios astronómicos del gas.
Además, el ejecutivo comunitario pretende estipular un límite de precio de €180 por megavatio hora a la electricidad generada a través de energías como la nuclear o las renovables —las que los técnicos de Bruselas denominan inframarginales— porque, aunque sea más barata de producir que la que se hace con gas, las compañías la venden al mismo precio. De este modo, se quiere abaratar el total del recibo de la luz. Ahora bien, según fuentes diplomáticas, este tope no gusta mucho a algunos estados miembros, sobre todo a los menos dependientes del gas y que pagan menos por la energía. Consideran que es demasiado elevado y que, por lo tanto, puede acabar provocando el efecto contrario al que se busca: puede impulsar los precios al alza. La Unión Europea también recaudaría de las compañías que generan electricidad con renovables y nuclear los beneficios que conseguieran entre el máximo acordado y lo que realmente reciben por lo que venden.
Bruselas pretende que este dinero, extraído tanto de los impuestos a las compañías de combustibles fósiles como de las que operan con inframarginales, sea "reconducido" a ayudar a empresas y familias a pagar los recibos de la luz y a compañías eléctricas que tienen problemas de liquidez derivados de la volatilidad de los precios de la energía, y a invertir en energías verdes.
Reducción del consumo eléctrico, sobre todo en horas punta
Una de las iniciativas que desde el inicio cuenta con más consenso es la disminución de la demanda energética. Ahora bien, fuentes diplomáticas aseguran que algunos estados no ven con muy buenos ojos que sea de manera obligatoria y prefieren que Bruselas sencillamente marque cifras indicativas. Así pues, en el caso de la reducción del consumo eléctrico general del 10% hasta el 31 de marzo del 2023 sí que será de cumplimiento voluntario, pero la Comisión quiere que sea obligatorio lograr la disminución del 5% en horas punta.
También hay otros gobiernos, como el de España, que han dicho que apoyarán la medida a cambio de que se dé margen a las administraciones estatales para decidir cuándo y cómo bajarán el consumo de electricidad. De hecho, cada país podrá elegir los momentos pico: tendrán que ser al menos un 10% de las horas del día y hará falta que sean momentos de alta demanda de electricidad o una combinación eléctrica en la que con las energías más baratas, como las renovables o la nuclear, no haya suficiente.
La creación del Banco Europeo del Hidrógeno
La presidenta de la Comisión también ha adelantado la creación del Banco Europeo del Hidrógeno para "ayudar a garantizar la compra de hidrógeno sobre todo a través de los Fondos de Innovación", y ha asegurado que la Unión Europea invertirá 3.000 millones de euros. Según Von der Leyen, hoy vestida con los colores de la bandera ucraniana, este organismo "puede ser un punto de inflexión" hacia la independencia energética de la Unión Europea respecto a Rusia. "Así es como potenciamos la economía del futuro y el Pacto Verde Europeo", ha añadido.
El tope del gas (ruso o no) continúa en el aire
Los Veintisiete se mantienen en posiciones muy diferentes respecto al tope del gas y se continúa sin avanzar en ningún sentido. En el discurso de este miércoles Von der Leyen ha vuelto a pasar sobre el tema de puntillas y ha evitado hablar sobre límite de precio al gas ruso o al gas que llega a la Unión Europea por gasoducto de todos los orígenes, que básicamente sería noruego y argelino. A pesar de que Von der Leyen asegura que los estados miembros ya no temen las amenazas del Kremlin de cortar el suministro de gas a Europa, la realidad es que hay algunos países, sobre todo los más dependientes energéticamente de Rusia, que no lo tienen tan claro. Por otro lado, España, por ejemplo, va un paso más allá y ha pedido poner un tope al precio de todo el gas, independientemente de la vía por la cual llegue y a qué país se compre.
Cambiar el índice de referencia que marca el precio del gas
Hace días que Bruselas y los estados miembro estudian actuar sobre el TTF, el índice de los Países Bajos que sirve de referencia para marcar el precio del gas en Europa y que se ha disparado desde que Moscú empezó a reducir el suministro. "El mercado del gas ha cambiado repentinamente y el TTF no se ha adaptado", ha subrayado Von der Leyen este martes. Por este motivo, algunos estados consideran que tendría que ser más transparente y se tendría que someter a una supervisión financiera que evite maniobras especulativas. Como alternativa, también se prevé crear directamente un mercado de referencia europeo paralelo o vincular de manera temporal el TTF al índice asiático, el JKM.
Los trámites y las reuniones que faltan para que se aprueben todas las medidas
Después de la propuesta oficial de hoy de la Comisión, todavía falta que los estados miembro la discutan (y den el visto bueno) en la reunión entre los titulares de energía de los Veintisiete que se celebrará en Bruselas de forma extraordinaria el 30 de septiembre. También tendría que pasar el filtro del Parlamento Europeo, pero todo apunta a que la Unión Europea intentará encontrar la manera jurídica de saltarse este último trámite para aprobar el plan de choque energético cuanto antes mejor.