Arnaldo Otegi relata las torturas que sufrió en el cuartel de Intxaurrondo
El secretario general de EH Bildu denuncia las vejaciones que sufrió por parte de la Guardia Civil en 1987

BarcelonaEl cuartel de Intxaurrondo, sede de la Comandancia de la Guardia Civil de Guipúzcoa, era conocido con el apodo de la discoteca. Y no porque antes de que se instalara ese cuerpo armado fuera un centro de ocio, sino porque los vecinos explicaban que ponían música a todo trapo para evitar que se oyen los gritos de las personas que eran torturadas.
Epicentro de la lucha antiterrorista, algunas de las prácticas desarrolladas en el acuartelamiento fueron denunciadas como torturas por personas detenidas por su vinculación a ETA. La condena a 71 años de cárcel a su máximo responsable, Enrique Rodríguez Galindo, por el caso Lasa y Zabala, así lo avala. Que un centenar de guardias civiles destinados a Intxaurrondo fuesen asesinados por ETA a lo largo de los años también evidencia que era uno de los grandes objetivos de la organización.
Aprovechando que el 13 de febrero es el Día contra la Tortura en Euskal Herria, a raíz de la muerte ese mismo día de 1981 de Joxe Arregi por las torturas que le infligió la policía española a la dirección general de Seguridad de Madrid, el secretario general de EH Bildu, Arnaldo .Lo ha hecho a través de un hilo en la red social X en el que explica el periplo que ocurrió desde que fue detenido.
Otegi explica que el primer día le pusieron una camisa de fuerza y le sumergieron la cabeza una y otra vez en la bañera hasta que perdió el conocimiento. Una práctica que la Guardia Civil mantuvo el segundo día añadiendo descargas eléctricas. El tercer día le empezaron a golpear mientras proferían amenazas de muerte hacia él y su familia mientras era interrogado. Al día siguiente, las torturas prosiguieron, aunque por ley sólo podía estar tres días detenido. "Este cuarto día me dejan una pistola en la mesa y me animan a cogerla y fugarme", explica a X.
Otegi, que está convencido de que le tuvieron arrestado en Intxaurrondo, pero que no puede confirmarlo al 100% porque le vendaron los ojos todo el tiempo que pasó allí sin que pudiera ver nada, explica que el quinto día declaró con una persona que en teoría era su abogado. "No sé si es abogado o Guardia Civil. Me dicen que lo firme todo o que después volvamos a empezar. Lo niego todo y no firmo", explica. Una vez ingresado en prisión al día siguiente, Otegi denunció las torturas que había sufrido. Una denuncia que llegó a Naciones Unidas, pero que no prosperaría.
La denuncia contra las torturas en Otamendi
Sí prosperaron, muchos años después, otras torturas que le salpicaron a él de forma indirecta. En 2011 Estrasburgo obligó al Estado a pagar 20.000 euros de indemnización al líder de la izquierda aberzale por injurias a la Corona. Los hechos se remontan a febrero del 2003. El rey inauguró con el entonces lendakari, Juan José Ibarretxe, una central eléctrica en Vizcaya. En rueda de prensa, Otegi preguntó a Ibarretxe cómo podía fotografiarse con el "jefe supremo del ejército español y responsable de los torturadores" a raíz de las torturas que había sufrido el periodista Martxelo Otamendi, director deEgunkaria.
La Fiscalía se querelló contra el dirigente aberzale, y el Tribunal Supremo español condenó a Otegi a un año de prisión por injurias graves al rey. "Una pena de prisión impuesta por una infracción cometida en el terreno del discurso político no es compatible con la libertad de expresión garantizada por el artículo 10 del Convenio Europeo de Derechos Humanos", rebatió el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en su resolución. Un tribunal que también obligaría al Estado a indemnizar con 24.000 euros a Otamendi por no haber investigado sus denuncias.