DÍA DE LA HISPANIDAD

La derecha reinterpreta la historia de la conquista de América

Dirigentes del PP se han dedicado a exaltar la épica de la gesta, pero han obviado sus sombras

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Ilustración que representa la llegada de Cristòfor Colom en América.

MadridEn 1892, 400 años después de que Cristóbal Colón pusiera los pies en América, fue la primera vez que se marcó el 12 de octubre en el calendario como la fiesta nacional de España. La elección se consolidó con la restauración de la democracia, después de que durante el franquismo esta fiesta hubiera pasado a un segundo plano porque el régimen había potenciado la fecha del 18 de julio. El decreto ley de 1987 justificaba la elección del 12 de octubre por el hecho que “simboliza la efeméride histórica” en que España “inicia un periodo de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos”. La colonización del continente americano supuso un antes y un después en la historia de la humanidad pero, como todos los acontecimientos históricos, tiene luces y sombras.

Con los años, el debate sobre si había que pedir disculpas por las partes oscuras de la historia se ha ido abriendo, y son muchos los ejemplos de países que han hecho actos públicos de constricción, como por ejemplo Francia con Argelia o el Reino Unido por la guerra de Irak. En España, sin embargo, la derecha española y en concreto el PP han optado por convertir la negativa a disculparse en una batalla política, y han llegado incluso a reescribir la historia. Una dinámica que se ha exacerbado en las últimas semanas después de que los populares hayan reaccionado aireadamente al hecho de que el papa Francisco pidiera perdón a México por los pecados cometidos durante la evangelización del país.

Empezó la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, criticando el perdón del papa Francisco a México, y se fueron añadiendo diferentes dirigentes populares como el mismo presidente del partido, Pablo Casado. Resucitaban así un debate que no es nuevo. Hace dos años, el mismo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pidió al rey Felipe VI que pidiera perdón a su país por la conquista de América. Por ahora no ha tenido éxito. Hasta ahora España solo ha pedido disculpas a la comunidad judía sefardí por haberla expulsado de la península durante el siglo XV.

Para el PP, la carta del Papa a López Obrador pidiendo disculpas es un error, mientras que para el presidente mexicano la actitud de los conservadores demuestra su aval a lo que considera un “genocidio indígena”. Diversos dirigentes populares se han enorgullecido en los últimos días del pasado colonial español y han edulcorado una conquista en que también se cometieron excesos y atrocidades. “No hay construcción de un imperio sin violencia y no hay colonización sin violencia”, afirma el catedrático de historia moderna y contemporánea de la Universitat Pompeu Fabra Josep Maria Fradera.

Ni rastro de la violencia

La violencia con la que los colonizadores castellanos trataron a las comunidades indígenas es, precisamente, uno de los elementos que el PP ha obviado estas últimas semanas. El expresidente español José María Aznar habló de “claroscuros” y “de aciertos y errores” en la conquista de América, pero pasó de largo para asegurar que, a pesar de todo, se sentía “orgulloso” de esta gesta. Uno de estos claroscuros ha estado desde hace años la mortalidad que hubo en el continente americano tras la llegada de los europeos -españoles, pero también de ingleses o portugueses.

Según el catedrático emérito de historia de América de la Universitat de Barcelona Javier Laviña, la tendencia alcista que ha estudiado esta cuestión habla de una pérdida de entre un 85% y un 90% de la población indígena de entre los 100 millones de personas que estos mismos estudios cuentan que vivían ahí -otras tendencias, en cambio, lo contabilizan más a la baja y sitúan el tenedor de habitantes del continente entre los 10 y los 40 millones.

La mayor parte de esta mortalidad fue derivada de epidemias, como el sarampión o la viruela, que fueron importadas por los europeos -las poblaciones americanas vivían en una situación de aislamiento en relación a las euroasiáticas, recuerda Fradera-. Se le sumó la violencia ejercida sobre las comunidades originarias, a pesar de que, según Fradera, fue desigual en los diversos territorios del continente y tuvo menos impacto en la mortalidad total en relación a las epidemias. Laviña añade el comercio de esclavos como otro factor de aumento de la mortalidad. Recuerda que, por ejemplo, un 20% morían durante la travesía hasta la Península. Por todo ello, el historiador habla de “etnocidio”.

Ahora bien, la forma de actuar de los colonizadores cuando llegaron al llamado nuevo mundo fue cuestionada pocos años después desde Castilla. “Había dudas de moralidad sobre lo que se estaba haciendo por parte de la iglesia y de la Corona. Ni la una quería perder cristianos ni la otra súbditos”, apunta Fradera. Lo subscribe Laviña, que recuerda que en 1512-1513 se impulsaron las leyes de Burgos y Valladolid, que ponían límites a los excesos de los colonizadores en relación a la esclavitud, por ejemplo.

Las comunidades originarias

A pesar de que todos los historiadores hablan de conquista, para el director de la Oficina del Español de Madrid, Toni Cantó, se tendría que hablar de “liberación” de las comunidades originarias porque estaban sometidas a un poder “salvaje y caníbal”, según dijo la semana pasada. “Es todo mucho más complejo, esto son simplificaciones e ignorancia supina”, rebate el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz.

Había diferencias entre los pueblos que vivían en la costa, por ejemplo, y los que vivían en grandes imperios como el azteca. Ahora bien, desde el punto de vista social y económico, el nivel de organización era similar al de Castilla en muchos casos, apunta Laviña. Diferían a nivel tecnológico, puesto que las comunidades indígenas no estaban tan desarrolladas. El canibalismo del que hablaba Cantó era un canibalismo de “ritual”, enmienda el historiador. Es decir, no se comían a sus vecinos, sino que después de las guerras, por ejemplo, hacían ofrendas a los dioses y los sacerdotes mordían el hígado y el corazón del enemigo.

Para el PP, sin embargo, fue positivo que se evangelizara el continente. Casado aseguró que los actuales mandatarios de América Latina tendrían que agradecer a España su llegada y Ayuso incluso dijo que “el catolicismo llevó la civilización a América”. “¿Qué civilización?”, se pregunta Sánchez-Albornoz, que recuerda que fue en el siglo XVI cuando se dieron también las violentas guerras entre católicos y protestantes. “Se introdujo una religión nueva suplantando a las anteriores y se provocó un choque moral, intelectual y anímico”, añade el historiador. De hecho, ha habido clérigos que han censurado los “abusos” de la colonización, recuerda Javier Laviña.

La conquista de América, en los términos en que se dio, “no es un hecho excepcional”, sino que lo que lo es “es el momento en que se hace y su carácter pionero”, dice Fradera. Es un hito “importante” desde el punto de vista de la globalización, añade Sánchez-Albornoz. También recuerda, sin embargo, que durante muchos siglos nadie se acordó del 12 de octubre. En cambio, ahora la derecha española ha decidido convertir esta fecha también en un caballo de batalla político, dentro y fuera del Estado, aunque sea sin explicar la historia completa.

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